La vida sigue igual
Fuenlabrada y Sabadell sumaron otro empate en el casillero en un partido en el que ambos tuvieron multitud de ocasiones para llevarse la victoria.
La vida sigue igual para dos equipos que no saben ganar. Fuenlabrada y Sabadell firmaron un empate que no ayuda a ninguno en la lucha por la permanencia en la que ambos se encuentran inmersos.
Tiene el Sabadell en su portero Ian Mackay un abal importante para conseguir la permanencia. El cancerbero arlequinado detuvo de manera magistral la primera intentona clara de los azulones en el 2', remate de Path¨¦ Ciss previo. Sabe el aficionado azul¨®n que el Fuenlabrada no muerde en los primeros minutos de juego, arrasa. Tambi¨¦n sabe que el tiro de sus jugadores anda bastante desviado toda la temporada. Con estas dos variables marcharon los primeros minutos de juego, dominio azul¨®n y su correspondiente fallo de cara a porter¨ªa.
Los visitantes intentaron deshacerse de ese envite inicial local haci¨¦ndose due?o del bal¨®n, pero el buen planteamiento de los pupilos de Oltra hac¨ªa casi imposible que pasaran del centro del campo. Casi porque los de Hidalgo se acercaron por primera vez con peligro en el 16' en una arrancada de sus dos carrileros. De esa jugada sali¨® el primer gol del encuentro, un se?or golazo de Ozkoidi enganchando una volea desde fuera del ¨¢rea (0-1, 18').
El tanto dej¨® fuera de combate al Fuenlabrada. Castigo futbol¨ªstico para un equipo que debe aprender a ser m¨¢s efectivo que efectistas, algo parecido dijo su entrenador Oltra en rueda de prensa: "Da igual como juegues si los resultados al final no llegan". El Sabadell, mientras, a hacer bueno el resultado viviendo en la tela de ara?a ideada por Hidalgo.
Otra vez Mackay dej¨® en nada las esperanzas de la afici¨®n del Fuenlabrada. El portero puso una mano de piedra para detener el ca?onazo de Mula en el 29'. Una parada de categor¨ªa superior para frenar a unos rivales enrabietados por el buen juego defensivo rival y por el arbitraje de Gonz¨¢lez Esteban muy en la l¨ªnea de lo visto en la categor¨ªa y con cualquier equipo. Un arbitraje m¨¢s que deficiente, es decir, malo.
Si la rabia es veneno en el d¨ªa a d¨ªa, en el f¨²tbol puede ser vida. Y en el Torres no hab¨ªa nadie m¨¢s enrabietado que los jugadores del Fuenlabrada. Estos volvieron a volcar el campo hacia la porter¨ªa de Mackay. Tanto fue el c¨¢ntaro a la fuente que, al final, Borja Garc¨¦s encontr¨® premio en una jugada que es 100% del canterano del Atl¨¦tico. El nueve enganch¨® un bal¨®n muerto en el ¨¢rea que entr¨® llorando en la meta arlequinada (1-1, 50').
El gol local mostr¨® la verdadera cara del Sabadell, la de un equipo que propone con el bal¨®n y no sabe contemporizar. Sirvi¨® esto para que el Fuenlabrada se echar¨¢ para atr¨¢s y cogiera algo de aire pero sin olvidarse de visitar al portero rival como as¨ª hizo Mula que la mand¨® fuera estando delante del guardameta rival.
Los nervios empezaron a hacer acto de presencia y una concatenaci¨®n de errores por parte de los defensas del Fuenlabrada acab¨® con un fallo claro de Juan Hern¨¢ndez con la porter¨ªa vac¨ªa en el 63'. Adem¨¢s de fallos, los nervios dejaron en el campo un sinf¨ªn de tanganas. En este momento del partido hab¨ªa un jugador sobre el c¨¦sped que se relam¨ªa... Canchero y talentoso a partes iguales, Ib¨¢n Salvador hizo suyo el partido. Con una de sus cabalgadas puso a Randy Nteka en una posici¨®n franca que bati¨® o Mackay tras un gran recorte (2-1, 65'). Le durar¨ªa poco la alegr¨ªa de la victoria al Fuenlabrada ya que Crist¨®bal se anotar¨ªa gol en propia en un embarullado c¨®rner (2-2, 71') Agua en el desierto para los arlequinados que ya suspiraban ante el muro ideado por Oltra. Fuego en el Ed¨¦n para los azulones que se relam¨ªan con una victoria de oro.
Se dedic¨® a jugar con fuego el Fuenlabrada en los ¨²ltimos minutos, malos pases en la frontal, faltas de ataque y dem¨¢s, que no supieron aprovechar todas las ocasiones que en bandeja de plata le sirvi¨® el equipo local.? Ambos equipos intentaron romper el empate con m¨¢s f¨¦ que acierto en un duelo que se fue como vino, sin premio para ninguno.