Resistir tambi谷n es ganar
El Madrid se mete en semifinales de la Champions haciendo fortuna de un partido de contenci車n. El Liverpool s車lo apret車 a ratos y top車 con Courtois.

El Madrid, que tiene el acta fundacional de la Champions, conoce mejor que nadie las mil maneras de llevarla hasta su museo. Por eso tiene trece. En Anfield adopt車 el modo supervivencia, con alg迆n mal rato pero sin verse sometido a un agobio feroz. No hay gran trofeo que no obligue a pasar en alg迆n momento por cuidados intensivos. Esta vez el Madrid jug車 con el tiempo, la ansiedad de un Liverpool venido a menos, la confianza de quien conoce el oficio y dos centrales que no parecieron suplentes. Y, as赤, sin la solemnidad de otros tiempos, se ve de nuevo en semifinales, un territorio que hace tres meses le parec赤a Marte.
Visto el once, cabe deducir que Zidane no le tuvo miedo a Anfield, o al esqueleto de Anfield, por ser exactos, pero s赤 a Odriozola. Hace tiempo que el Madrid tiene dos plantillas: una formal, amplia, en la que est芍n todos los que cobran, y otra real, corta, a la que el t谷cnico conf赤a su vida (o las vidas de cien gatos, que son las que ha consumido en cinco a?os). Odriozola, al que le cuesta fingir que es un extremo mal reconvertido, s車lo figura en la primera. Sus 47 minutos en dos meses con el lateral derecho titular lesionado son prueba irrefutable. Y como Zidane entendi車 que con la defensa propia y la ajena deshechas era mejor devolver goles que evitarlos mantuvo su tridente y le cambi車 el registro a Valverde al ponerle de ins車lito lateral derecho. Jugadores con sus pulmones lo admiten casi todo. Hasta plantarse en la cara de Man谷, que conoci車 tiempos mejores.
Klopp, al que no le gustaron de Madrid ni Valdebebas ni el 芍rbitro (y si le dan un minuto m芍s de micr車fono dispara al Retiro y al Museo del Prado), estuvo en las mismas. Insisti車 en los poco fiables centrales interinos para mantener a Fabinho en el coraz車n del equipo y entendi車 que la competici車n exige oficio (bien lo sabe el Madrid), el de Milner y Firmino, dos boinas verdes.
La carga 'red'
El Liverpool es un equipo sin pre芍mbulos, que ordena la carga de la caballer赤a desde la secuencia de apertura hasta los t赤tulos de cr谷dito. Y tra赤a en la cabeza el manual de la remontada: la primera entrada (brutal, de Milner a Benzema), el primer disparo (a quemarropa, de Salah, a los pies de Courtois), el primer c車rner...

Al Madrid le cost車 muletear esa primera embestida. Courtois le sac車 un segundo gran remate a Milner y Man谷, jugador rel芍mpago, le dio un mal estreno a Valverde. Fue hasta que los centrocampistas blancos, el mejor activo del equipo, salieron a escena y aplacaron el temporal con posesiones largas, que tienen un efecto refrigerante. Pero le cost車 ir m芍s all芍, amenazar, probar a Alisson, asustar a los centrales de Klopp. Fue un manoseo de la pelota sin darle una preocupaci車n al Liverpool hasta la irrupci車n de Benzema, que con el 迆nico auxilio de su ciencia fue inventando recortes en el 芍rea hasta estrellar su disparo en el palo. El franc谷s se siente capaz de todo. Fue la primera vez que el Madrid dej車 de mirar el reloj para mirar a Alisson.
El Liverpool, sin la pelota, perdi車 el factor sorpresa, m芍s all芍 del revoloteo permanente de Salah, su 迆nico volc芍n verdaderamente activo, y de esa facilidad para penalizar las p谷rdidas del rival. Ese punto, mitad estrat谷gico mitad emocional, fue la gran aportaci車n de Klopp para el despegue de un equipo con un largo declive en la mochila. En el juego posicional, sin embargo, es menos ocurrente.
Con todo, camino del descanso, retom車 el estruendo de los primeros minutos, pis車 el 芍rea y tuvo dos buenas ocasiones, erradas por Salah y Wijnaldum. El Madrid, en esa primera parte estuvo sobresaliente en temple y cerca del suspenso en las llegadas, que resultan siempre disuasorias cuando el enemigo aprieta. As赤 que se vio moderadamente aculado en la porter赤a de Courtois.
La resistencia
Ese progresivo cautiverio del Madrid se acentu車 a la vuelta de vestuario, cuando el Liverpool le meti車 m芍s nervio a su presi車n. En tres minutos, Firmino tuvo dos buenas opciones dentro del 芍rea. Courtois le tap車 un primer disparo y meti車 despu谷s mal la cabeza a un centro desde la derecha. Ech車 de menos en esa acometida el rugido de Anfield, una grada que hasta remata c車rners.

Cuando amain車 por segunda vez, Klopp busc車 la agitaci車n en el banquillo. Thiago, para mejorar el riego; Diogo Jota por un central para acobardar al Madrid, con Fabinho en el eje de la zaga. A Zidane no le quedaba demasiado para responder y mantuvo a su fatigado once, que s車lo hab赤a amenazado con una llegada de Mendy, cuyo centro, en medio de una marea roja, no lleg車 a un Benzema que ya se relam赤a, y con un esprint que gan車 Vinicius, al que un control largo de cabeza le dej車 sin opciones para la vaselina sobre Alisson.
El Madrid se exced赤a en su contenci車n y a menudo se vio en un l赤o con esa defensa de acumulaci車n casi en 芍rea propia. Corr赤a el equipo de Zidane el riesgo de verse abatido por una bala perdida. De dos le salv車 Militao, otra vez impecable, como Nacho.
El t谷cnico franc谷s vio otra vez al equipo al l赤mite. Kroos sac車 bandera blanca y no le qued車 ya otro remedio que meter a Odriozola. Tambi谷n se march車 Vinicius, que no encontr車 por donde colarse.
Con todo perdido, el Liverpool ya no mir車 a su espalda y el Madrid tuvo hasta la victoria en un cabezazo franco de Benzema, que pifi車 al picarlo, pero el partido se qued車 a cero. El n迆mero perfecto para un Madrid levantado de atr芍s hacia adelante. Empezando por el mejor Courtois y acabando por Zidane, al que el tiempo convertir芍 en eterno.