Cristiano, cansado de la Juve
Su airada reacci¨®n ante el Genoa es una muestra m¨¢s de que quiere marcharse, pero su futuro no est¨¢ nada claro. La situaci¨®n del equipo tampoco ayuda.
Cristiano no est¨¢ feliz en la Juventus y eso ya no es noticia. AS inform¨® sobre las ganas que tiene el portugu¨¦s de regresar al Real Madrid, por el que estar¨ªa dispuesto a recortarse su actual sueldo (30 millones netos), pero de momento los blancos no han movido ficha. Sin un club que ponga sobre la mesa los 25 millones que pide la Vecchia Signora, el portugu¨¦s tendr¨¢ que quedarse un a?o m¨¢s en Tur¨ªn, algo que, visto lo visto, le inquieta.
El delantero hab¨ªa llegado a Italia con el objetivo de hacer historia, rompiendo el gafe bianconero con la Champions. Despu¨¦s de tres a?os de decepciones en Europa (ante Ajax, Lyon y Oporto¡), Ronaldo ve como a su equipo se le est¨¢ escapando tambi¨¦n el d¨¦cimo scudetto seguido. Ahora debe luchar por no perder un sitio entre los primeros cuatro de la tabla y el billete para la pr¨®xima Champions: demasiado poco para su nivel, que sigue siendo sobresaliente.
En este curso suma 32 goles en 37 partidos, y desde que lleg¨® a Italia en 2018 firm¨® 97 goles en 126 encuentros. Sus tantos nunca faltaron, pero no sirvieron para evitar la crisis de resultados de la Juve, y entonces apenas es suficiente que llegue un partido sin ¡®mojar¡¯ para que su rabia explote. Ocurri¨® ante el Genoa, que el domingo cay¨® 3-1 en el Allianz Stadium, gracias a las firmas de Kulusevski, Morata y McKennie. El portugu¨¦s estuvo nervioso durante todos los 90 minutos, quej¨¢ndose de los pases de sus compa?eros, discutiendo con los rivales (llam¨® 'mentiroso' a Perin), y dejando claro su estado de ¨¢nimo despu¨¦s del pitido final.
Cristiano abandon¨® el verde cabizbajo, un recogepelotas le pidi¨® la camiseta y ¨¦l la tir¨® al suelo, desapareciendo r¨¢pidamente en los vestuarios. All¨ª, como public¨® ¡®La Gazzetta dello Sport¡¯, empez¨® a dar pu?etazos a la pared, se duch¨® r¨¢pidamente y abandon¨® el estadio en silencio. Pirlo le defendi¨®, pero lo ocurrido es un s¨ªntoma claro del malestar que vive el portugu¨¦s. Quiere marcharse, pero su futuro no est¨¢ nada claro. Y, mientras, le tocar¨¢ luchar por mantener al menos el cuarto puesto.