Fallece Calpe, mito del Levante y Campe¨®n de Europa 'ye-y¨¦'

Antonio Calpe ha fallecido a los 81 a?os de edad, un "defensa de seda, un exquisito de la zaga", como le defin¨ªan los cronistas de su ¨¦poca. Leyenda del Levante Uni¨®n Deportiva, referente del equipo que logr¨® el primer ascenso a Primera Divisi¨®n en la historia del club, y campe¨®n de tres Ligas y una Copa de Europa (1966) con el Real Madrid de los ye-y¨¦.

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Calpe levant¨® en Bruselas la Copa de Europa tras haber pasado por todas las categor¨ªas del f¨²tbol espa?ol. Desde Tercera con el Alcoyano hasta Segunda con el Levante. Al club granota lleg¨® a la conclusi¨®n de la temporada 1961-62 y un a?o despu¨¦s, en junio de 1963, tras jugar todos los partidos en aquella hist¨®rica temporada como titular, acab¨® colocando al Levante por primera vez en la ¨¦lite del f¨²tbol espa?ol. Tres a?os despu¨¦s fue traspasado al Real Madrid, donde cosech¨® cinco t¨ªtulos: tres Ligas, una Copa y la mencionada Copa de Europa de 1966.?

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El Levante le ha rendido un emotivo tributo en su p¨¢gina web que reproducimos a continuaci¨®n:?

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?Para muchas generaciones de granotas Antonio Calpe formaba parte de la reserva espiritual del levantinismo. Conformaba el brazo armado del grupo de futbolistas de alma subversiva que hab¨ªan logrado en junio de 1963 el tit¨¢nico ascenso a Primera Divisi¨®n. Durante un prolongado tiempo de penurias las crisis de fe, desde una perspectiva azulgrana, se solucionaban regresando hacia atr¨¢s en el espacio temporal para recuperar aquellos d¨ªas de una felicidad extrema en el marco de la m¨¢xima categor¨ªa del f¨²tbol. El vetusto feudo de Vallejo volv¨ªa a iluminarse para rememorar un partido de promoci¨®n ante el Deportivo de La Coru?a, Coru?a a secas por entonces, o una legendaria victoria ante el F.C. Barcelona (5-1). Por el coliseo de la calle de Alboraya desfilaron, para dar empaque a la instalaci¨®n, las huestes del Real Madrid, Atl¨¦tico de Madrid o Athletic de Bilbao. En ese punto espacial germin¨® el relato del derbi entre el Valencia y el Levante que hoy afortunadamente forma ya parte del imaginario colectivo de nuestra ciudad. Sonaban los Beatles en los viejos pick up cuando los granotas y el equipo de Mestalla se bat¨ªan en duelo recordando viejas batallas olvidadas.

Calpe fue protagonista de excepci¨®n de todos aquellos hitos. Entre las temporadas 1962-1963 y 1964-1965 su presencia en el once del Levante fue continuada. Lel¨¦, Quique y Orizaola confiaron en sus prestaciones deportivas. Era un futbolista sagaz e intuitivo. En cierto modo, Antonio Calpe fue un precursor. Desde el costado de la defensa sol¨ªa proyectarse con virulencia hacia el ataque emulando a los carrileros que har¨ªan fortuna en el f¨²tbol mucho despu¨¦s. Envest¨ªa a todo lo que se pon¨ªa por delante. Era veloz y t¨¦cnico. Vicente Camarasa, capit¨¢n del m¨ªtico ascenso del 63, recordaba con una sonrisa maliciosa que era el componente m¨¢s talentoso de la retaguardia levantinista. El resto eran unos 'llenyadors', en definici¨®n del gran capit¨¢n. No era un mero cumplido. Los defensas de la ¨¦poca eran toscos y ten¨ªan fama de carceleros. Calpe con el bal¨®n en los pies ten¨ªa criterio y juicio. Era imaginativo y punzante. Irradiaba f¨²tbol.

Calpe aterriz¨® en el Levante en el verano de 1962. La temporada anterior hab¨ªa defendido la camiseta del Alcoyano. El destino podr¨ªa haber mudado si se hubiera comprometido con el Elche. Hubo algo m¨¢s que serias proposiciones. No obstante, la entente no lleg¨® a concertarse. El Valencia tambi¨¦n vigil¨® celosamente sus movimientos en ese per¨ªodo. Aquello pudo acabar en un cisma familiar de primera magnitud. Algo se estaba fraguando en Vallejo, con Eduardo Cl¨¦rigues como presidente, y Blas Escrig, protector en el ¨¢mbito econ¨®mico, cuando el Levante anunci¨® el compromiso con el defensor. En realidad, Calpe naci¨® con el gen levantinista inoculado. Hay herencias que se trasmiten por v¨ªa paterna. Es el caso. Calpe vino al mundo un 4 de febrero de 1940. Ese d¨ªa la UDLG (Uni¨®n Deportiva Levante-Gimn¨¢stico) venci¨® al Gerona en tierras catalanas (1-2). ?l sol¨ªa recordar esa efem¨¦ride con orgullo siempre que pod¨ªa.

La dicha de Ernesto Calpe, su padre, debi¨® ser doble. Al resplandeciente triunfo hab¨ªa que a?adir el alumbramiento de su primer v¨¢stago. El grupo dedic¨® la victoria a Antonio Calpe. Hay algunos que nacen bendecidos. Fue su partida bautismal como granota. Ernesto Calpe fue el iniciador de una saga que el tiempo perpetuar¨ªa con sus hijos Antonio y Ernesto. Todos defendieron el blas¨®n del Levante F.C. y Levante U.D en encuentros repletos de trascendencia. El rastro de Ernesto Calpe es perceptible en la narraci¨®n del ¨¦pico triunfo en la Copa de La Espa?a Libre en julio de 1937. Era un defensa aguerrido y contundente. Su hijo mejor¨® la matriz. La esencia combativa se mantuvo como una se?al de identidad com¨²n, pero en las botas de Antonio hab¨ªa chispa, distinci¨®n y creatividad.

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Calpe fue hijo de la postguerra. Como la mayor¨ªa de los ni?os de su ¨¦poca creci¨® asido a un bal¨®n en las calles de una Valencia todav¨ªa herida por los efectos de la Guerra Civil. Enfrente de su casa estaba el Campo de La Cruz en el Camino Hondo del Grao. All¨ª resplandeci¨® el primer Levante F.C. Quiz¨¢s fuera una premonici¨®n o un nuevo indicativo. Parec¨ªa destinado a enfundarse la camiseta azulgrana. Antonio Calpe debut¨® en el Levante en el feudo de Vallejo el 16 de septiembre de 1962 ante el Cartagena (2-1). Fue un triunfo revelador de una temporada hist¨®rica cerrada con el asalto a la Primera Divisi¨®n. Calpe no se perdi¨® ni un segundo de la cr¨®nica de aquel curso que comprendi¨® una profunda aventura por la Copa del General¨ªsimo hasta alcanzar la eliminatoria de los octavos de Final ante el Real Madrid. Ante el Mestalla, en el coliseo blaugrana, palade¨® el dulce sabor del gol. Las fichas de las cr¨®nicas resaltan que transform¨® una pena m¨¢xima en el minuto 62. Su consolidaci¨®n en el Levante le permiti¨® proyectarse hacia cotas de mayor envergadura. Fue seleccionado para representar a Espa?a en las categor¨ªas inferiores y adquiri¨® prestigio y notoriedad. Su nombre trascendi¨® las fronteras del feudo de Vallejo. El Sevilla y M¨¢laga ten¨ªan su nombre subrayado en rojo. El Real Madrid de Santiago Bernab¨¦u puj¨® por sus servicios, aunque la historia es un tanto detectivesca.

Javier Monle¨®n D¨ªaz, como representante del Levante, detall¨® en un informe que custodia el Museo Virtual granota la operaci¨®n. La delegaci¨®n granota, que inclu¨ªa al jugador, se desplaz¨® a la capital de Espa?a con la intenci¨®n de cerrar el fichaje de Calpe por el Sevilla por un montante de 1.650.000 pesetas. En el Hotel Mediod¨ªa, y ante la aparici¨®n de Antonio Calder¨®n, gerente del Real Madrid, los acontecimientos dieron un viraje notable. La ca¨®tica situaci¨®n financiera de la sociedad de Vallejo, en consonancia con el descenso a Segunda Divisi¨®n a la finalizaci¨®n del curso 1964-1965, propici¨® que los mejores activos del Levante salieran en oferta al mercado de valores futbol¨ªsticos. Seraf¨ªn emigr¨® al F.C. Barcelona. Antonio Calpe inici¨® una extensa relaci¨®n con el Real Madrid que se prolong¨® hasta la temporada 1970-1971. A la orilla de Chamart¨ªn barniz¨® su curr¨ªculum con t¨ªtulos nacionales e internacionales. Integr¨® el colectivo que conquist¨® la sexta Copa de Europa en el ejercicio 1965-1966.

La marcha de Calpe alivi¨® la caja de caudales del Levante, pero no fue su ¨²ltimo acto de servicio. En el arranque de los a?os setenta regres¨® al punto de origen para sellar su carrera profesional. Ten¨ªa propuestas m¨¢s distinguidas y mejor retribuidas, pero no dud¨® ni un ¨¢pice en regresar a casa para proteger la casaca azulgrana en lo que se interpreta como un descomunal ejercicio de afecto que siempre ha reiterado. ?Soy del Levante desde que nac¨ª?. El Levante se hab¨ªa despe?ado hacia el infierno de la Tercera Divisi¨®n. Vallejo ya no exist¨ªa y los Beatles se hab¨ªan separado. La entidad se hab¨ªa trasladado al barrio de Orriols. El actual Ciutat de Val¨¨ncia emerg¨ªa como un fantasma en medio de la nada. Calpe aport¨® m¨²sculo y experiencia al ascenso a la categor¨ªa de Plata con Juncosa en el banquillo. Era la temporada 1972-1973. Durante muchos a?os fue de los contados jugadores que hab¨ªan defendido el pabell¨®n granota en todas las divisiones del f¨²tbol nacional.

Tras su retirada del f¨²tbol se reinvent¨® para quedar ligado al club, aunque tuvo alg¨²n per¨ªodo alejado del Levante. Conoc¨ªa su idiosincrasia y sus particularidades. Era una especie de navaja suiza. Pod¨ªa ser segundo entrenador, hombre de confianza del preparador de turno, delegado, t¨¦cnico eventual o miembro de la secretar¨ªa t¨¦cnica. Entren¨® a Cruyff en las ¨²ltimas jornadas de la campa?a 1980-1981 por la lesi¨®n de Rif¨¦. Cuentan que su nivel de exigencia con respecto a los jugadores que ten¨ªa que examinar era muy elevado. En alguna ocasi¨®n medio en broma vino a se?alar que, a su juicio, si no pod¨ªan jugar en el Real Madrid tampoco lo pod¨ªan hacer en el Levante. Fue pieza del paisaje habitual del Levante durante las ¨²ltimas d¨¦cadas. Y no tuvo mayor protagonismo en la instituci¨®n por esa tendencia hacia la introversi¨®n que marc¨® su car¨¢cter. Era pura elegancia con el cuero imantado a los pies, pero retra¨ªdo fuera de los terrenos de juego. Se ruborizaba cuando le reconoc¨ªan como uno de los grandes de la historia del Levante. En la actualidad era Presidente de Honor de la Asociaci¨®n de ExFutbolistas del Levante UD. Hoy a los ochenta y un a?os se ha ido para siempre. Quiz¨¢s ha marchado como siempre so?¨®; en silencio y sin alzar la voz en estos tiempos tenebrosos"

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