La Champions ilumina a Vinicius
Doblete y extraordinaria actuaci車n del brasile?o. El Madrid vapulea al Liverpool en la primera parte y resiste despu谷s. Asensio vuelve a marcar.
Conviene no apostar contra el Madrid cuando suena el himno de la Champions, que es la banda sonora de su vida. En cierto modo el partido fue ese r赤o revuelto en el que suele pescar mucho el Liverpool, pero estuvo m芍s cerca del chorreo que so?車 Boluda que del peligro que se presum赤a en la v赤spera. El Madrid tuvo un aire imperial en la primera mitad y aguant車 el intercambio de golpes en la segunda para llevar unos buenos ahorros a Anfield. Sucedi車 en la noche en que a Vinicius se le apareci車 el gol, el don que le faltaba para romper en primer赤sima figura.
El Madrid se despert車 sobresaltado con la COVID de Varane, el 迆ltimo supercentral sano del duelo. El destino decidi車 que este encuentro entre dos de las grandes casas reales europeas se jugara sin barreras, con mayor赤a de defensas interinos. El percance tambi谷n anul車 cualquier tentaci車n de Zidane, si es que la tuvo, de protegerse con tres centrales. Esta opci車n obligaba a tirar de Marcelo, al que estos partidos de gran tama?o han atropellado en los 迆ltimos tiempos.
As赤 que el Madrid cambi車 v谷rtigo por v谷rtigo, tridente por tridente. Al fin y al cabo, este plan le ha dado a Zidane tres Champions, la competici車n en la que el Madrid suele limpiar pecados y conciencia.
Un inicio blanco
Klopp tampoco mir車 hacia atr芍s. Mejor Diogo Jota en marcha que Firmino por arrancar. Mejor la f赤sica de Keita que la qu赤mica de Thiago. El Liverpool gana sus partidos por el procedimiento del tir車n: robar pronto, resolver pronto. Una presi車n hiperactiva, hasta con diez jugadores en campo contrario. S車lo si se rompe el frente le tiemblan las piernas. Pero una cosa es el manual de vuelo y otra planear sobre la Champions, donde hasta los m芍s atrevidos saben que sobrevivir empieza por no equivocarse. Y su equipo fue una cadena de desprop車sitos.
El partido amaneci車 envuelto en prudencia. Casemiro pegado a los centrales; Alexander-Arnold y Robertson, laterales de asalto, confinados en su campo; Keita y Wijnaldum, muy contenidos. Un comienzo acad谷mico, a la altura del evento. Esa precauci車n que hace que todos los partidos se parezcan sospechosamente, que todo parezca haberse visto y vivido en el f迆tbol. De esa rutina escap車 pronto Vinicius, el futbolista imprevisto, emprendedor hasta la obstinaci車n, siempre una sorpresa aunque no siempre agradable. Por ah赤 le meti車 mano al partido el Madrid.
El brasile?o encontr車 espacios, estir車 al equipo, se hizo amenaza. Y el Madrid domin車 el inicio a su estilo, haciendo n迆meros, atacando poco y tolerando nada. El minimalismo de quien anda corto de gol hasta que Vinicius se col車 por la puerta de atr芍s con un tanto espectacular. Le meti車 un superpase de 40 metros Kroos, pero la jugada a迆n ten赤a miga: el brasile?o control車 con el pecho entre Phillips y Alexander-Arnold, meti車 un aceler車n y remat車 sobre la marcha a la red con una pericia a la que no acostumbra. El espaldarazo que necesitaba el Madrid para echarse al monte.
El gol le convenci車 de que el Liverpool ha perdido los dientes (Salah, Man谷...) y que es lo que dicen sus 迆ltimos resultados. Y que al Madrid tricampe車n de Zidane a迆n le queda recorrido. Tambi谷n ayud車 esa propensi車n de los 'red' a tirotearse los pies en estos encuentros. Alexander-Arnold pretendi車 interrumpir un pase de Kroos y le regal車 el segundo gol a Asensio. Y Kabak le ofreci車 el tercero en otra pifia espantosa. Le salv車 que la pelota cay車 en la derecha del balear. Aquello estaba repleto de Karius. La defensa de Klopp era una broma. Y su centro del campo, un adorno. No esper車 ni al descanso para meter a Thiago. Fue uno de esos cambios de castigo que los t谷cnicos aplican cuando el mundo se derrumba a sus pies: uno a la ducha y diez advertidos.
La reacci車n 'red'
El equipo se dio por aludido. El Liverpool que conocimos volvi車 del descanso. Apret車, rob車 pronto, encerr車 al Madrid y tuvo la fortuna de marcar enseguida. Un disparo de Diogo Jota interceptado por la zaga blanca le cay車 a Salah. No perdon車. Primer remate y primer gol ingl谷s. Eso siempre lo tienen los grandes.
Sofocado parcialmente el incendio, el Madrid volvi車 al punto en que lo hab赤a dejado: un dominio pausado, paciente, esperando el hueco o el error. Al asalto se sumaron casi todos, con el peligro de desabrigarse atr芍s. Pero el Liverpool sigui車 mostr芍ndose como un equipo desatento, de alg迆n modo distra赤do, sin la tensi車n propia del evento. De otra manera no se explica que acabara encajando el tercer gol tras un saque de banda. Vinicius estuvo ah赤 para penalizarlo.
Esta vez el Madrid ech車 mejor las cuentas. Comenzaba a convenirle que pasaran ya menos cosas. Por eso entr車 Valverde, la bater赤a extra en el centro del campo. As赤 que decidi車 refugiarse en la pelota, escond谷rsela al Liverpool, meterle un vals al partido. Klopp hizo un 迆ltimo intento con Shaqiri y Firmino, con Fabinho como central, y busc車 por primera vez a Man谷 y Salah, pero a este Madrid glorioso al que Zidane estira como el chicle le sobr車 oficio para resistir. Al Liverpool a迆n le queda Anfield, pero esta vez tendr芍 que caminar solo.