El 28 de marzo de 1971 Jose Vicente Forment marc¨® en el minuto 92 en un partido contra el Celta de Vigo un gol que es eterno. "Me dejaron suelto en el ¨¢rea... y la que se l¨ªo fue gorda".
Un abrazo de gol es algo ¨²nico. Cada aficionado tiene uno en su recuerdo y hay goles que son historia de una generaci¨®n. Los valencianistas m¨¢s longevos hablan de uno Igoa en semifinales de Copa contra el Athletic en 1950, que pon¨ªa el 6-2 en el marcador, igualando as¨ª el 5-1 de la ida y que forz¨® una pr¨®rroga que decidi¨® Gainza. Los m¨¢s j¨®venes tendr¨¢n siempre en su retina el de Rodrigo Moreno al Getafe en la Copa de 2019. Est¨¢ el gol de Tendillo al Real Madrid que evit¨® el descenso en 1983 o el de R¨®bert Fern¨¢ndez a Buyo en 1992. Y cap¨ªtulo aparte merece el de Rub¨¦n Baraja al Espanyol en abril de 2002, que le acerc¨® al t¨ªtulo de Liga 31 a?os despu¨¦s. Pero el 28 de marzo de 1971, hace hoy 50 a?os, en Mestalla se celebr¨® un gol como jam¨¢s se ha celebrado otro. El gol eterno de Forment.
El Celta visitaba Mestalla a falta de cuatro jornadas. El Valencia de Di St¨¦fano sumaba un punto m¨¢s en la clasificaci¨®n que sus dos perseguidores, el Atl¨¦tico de Madrid y el Barcelona, que ese fin de semana jugaban a domicilio en San Sebasti¨¢n y Gij¨®n respectivamente. Un gol de Enrique Claramunt adelant¨® al Valencia. Pero, mediada la segunda mitad, un error en cadena de la defensa valencianista propici¨® el gol del empate de los vigueses. En ese instante el marcador Dardo de Mestalla, llamado a¨²n entonces Lu¨ªs Casanova, reflejaba sendas victorias de rojiblancos y azulgranas. El tiempo transcurr¨ªa y el ¨¢rbitro G¨®mez Platas anulaba por fuera de juego dos goles al Valencia. Ambos de Forment, uno en el 65' y otro en el 88'.
Ese segundo gol anulado encendi¨® la ira del p¨²blico del Luis Casanova, donde hab¨ªa cerca de 60.000 almas. La capacidad del estadio era mayor que en la actualidad y tampoco hab¨ªa los controles de acceso que hay ahora. Las gradas estaban todav¨ªa m¨¢s cerca del terreno de juego y los aficionados acud¨ªan a los partidos con tracas en los bolsillos como quien ahora va con pipas. Una lluvia de almohadillas invadi¨® el terreno de juego como protesta por ese segundo gol anulado. El partido tuvo que ser interrumpido durante unos minutos y de ah¨ª que se llegara al 92 de partido. En ese instante el colegiado pit¨® un c¨®rner a favor del Valencia, protestado por el cuadro vigu¨¦s (Arza, su entrenador, dijo a la conclusi¨®n: ¡°El gol fue fruto de un c¨®rner que no era tal c¨®rner¡±). Sergio centr¨®, Forment remat¨® y lo que despu¨¦s se vivi¨® fue algo apote¨®sico, inigualable. Tanto que 50 a?os despu¨¦s, el gol de Forment a¨²n se celebra.
"A mi padre y a m¨ª nos pill¨® ya en el vomitorio; nunca vi una celebraci¨®n igual"
Luis Casanova, hijo del legendario presidente del Valencia, presente se d¨ªa en Tribuna
Luis Casanova, hijo del legendario y m¨¢s laureado presidente del Valencia, fue uno de los miles de valencianistas que esa tarde de marzo estuvieron en Mestalla, un estadio que precisamente ten¨ªa el nombre de su progenitor. ¡°Ese d¨ªa, como tantos otros, fui al f¨²tbol con mi padre¡±, recuerda con su enciclop¨¦dica memoria Luis Casanova. ¡°El gol no lo vimos, el gol lo sentimos, ten¨ªamos por costumbre irnos de nuestros asientos de Tribuna unos minutos antes de acabar, de lo contrario era imposible salir del estadio con mi padre, y el gol nos pill¨® ya en los vomitorios, as¨ª que lo que realmente vimos y vivimos fue la locura de la gente, nunca hab¨ªa visto nada igual, ?qu¨¦ algarab¨ªa!¡±.
"No vi un gol, vi un milagro; la celebraci¨®n fue tremenda"
Paco Lloret, periodista, presente en Mestalla ese d¨ªa en el Sector 4
El periodista Paco Lloret ten¨ªa 10 a?os y ese d¨ªa ocup¨® junto a su padre su asiento de la fila 14 en el sector 4 de la llamada grada numerada. ¡°Ese c¨®rner lo vio todo el estadio puesto en pie, creo que todos empujamos aquel bal¨®n; no vi un gol, vi un milagro¡±, comenta 50 a?os despu¨¦s. ¡°Lo que pas¨® tras el gol fue una cosa tremenda, ca¨ªan almohadillas de lona, que eran muy pesadas, de todos los rincones del estadio; mi padre me protegi¨® con su gabardina, la grada temblaba, sonaban tracas, hubo invasi¨®n de campo¡ llegu¨¦ a asustarme un poco, la verdad¡±.
"La gente invadi¨® el campo por necesidad de tener espacio para poder saltar de alegr¨ªa"
Paco Gisbert, escritor, presente en Mestalla ese d¨ªa en la fila 2 de Tribuna
Paco Gisbert, periodista y escritor, tambi¨¦n fue al f¨²tbol con su padre. Ten¨ªa 8 a?os. Ambos ocuparon su asiento en la segunda fila de Tribuna, muy cerca del c¨®rner de la banda contraria desde la que Sergio puso en juego el bal¨®n que remat¨® Forment. ¡°Mi recuerdo es que el bal¨®n entr¨® como a c¨¢mara lenta y que nadie en Mestalla sab¨ªa realmente qui¨¦n hab¨ªa rematado; mi vista se fue a Sol, que levant¨® los brazos medio enganchado con la red, y despu¨¦s al ¨¢rbitro, para ver si lo daba por v¨¢lido, porque esa tarde hab¨ªa anulado dos goles a Forment y este s¨ª, fue gol¡±, rememora Gisbert, que ese d¨ªa comprob¨® que ¡°el lanzamiento de almohadillas no es solo un s¨ªmbolo de protesta sino que lo puede ser tambi¨¦n de felicidad¡±.
Jos¨¦ Vicente Forment (Almenara, 1947) sonr¨ªe con ternura, orgullo y nostalgia cuando recibe la llamada de AS. ¡°?Qu¨¦ si me acuerdo de aquel gol? Han pasado 50 a?os, ha llovido la verdad¡ pero c¨®mo voy a olvidarlo¡±. El ¡®xic d¡¯Almenara¡¯ fue uno de los pilares del Valencia de Alfredo Di St¨¦fano, campe¨®n de Liga contra todo pron¨®stico en 1971, un equipo cuya principal virtud fue su solidez defensiva y en el que el m¨¢ximo goleador fue precisamente Forment (8 goles). El 28 de marzo de 1971 marc¨® su gol eterno, cuyo recuerdo medio siglo despu¨¦s hace justifica a una carrera truncada por una entrada de Aguirre Su¨¢rez que le rompi¨® la pierna el 17 de septiembre de 1973 en Granada.
Hoy se cumplen 50 a?os de su gol al Celta¡
Qu¨¦ lejos queda. Me hace feliz que a¨²n me lo recuerden. Creo que estoy m¨¢s contento ahora que entonces. Ahora s¨¦ que en mi vida algo inolvidable. Jugar en el Valencia, marcar ese gol¡ para los que somos de aqu¨ª, no se puede pedir m¨¢s. ?Qu¨¦ orgullo!
?C¨®mo lo recuerda?
Ten¨ªamos que ganar s¨ª o s¨ª. De lo contrario Atl¨¦tico y Barcelona nos hubieran pasado en la clasificaci¨®n y cuando tienes a dos por delante quedando solo tres jornadas¡ adi¨®s Liga. En el ¨²ltimo suspiro del partido nos pitan un c¨®rner a favor. Sergio era el encargado de sacarlo. Subimos todos al ¨¢rea menos Abelardo, que era el portero y entonces no estaba bien visto que subiera. La llegada de nuestros defensas, que eran t¨ªos fuertes como Sol, An¨ªbal, Barrachina o Ant¨®n, hizo que los jugadores del Celta se pegaran a ellos y a m¨ª me dejaron suelto¡ y medio siglo despu¨¦s se sigue hablando de mi gol.
Se califica como el gol m¨¢s celebrado en Mestalla. ?C¨®mo se vivi¨® esa algarab¨ªa en el c¨¦sped?
Fue algo tremendo. Goles importantes siempre se han marcado, sin ir m¨¢s lejos a la semana siguiente jugamos en Sabadell y Ant¨®n nos dios la victoria casi tambi¨¦n en el descuento. Pero lo de aquella tarde tras mi gol fue diferente a todo lo vivido. Quiz¨¢s porque el partido fue tenso, en el que me anularon dos goles por fuera de juego que ni hoy s¨¦ si eran¡ La gente explot¨® de felicidad. Miles de almohadillas volando, tracas, aficionados saltando junto a nosotros. Hasta los jugadores nos pusimos a quitar almohadillas para poder terminar el partido.
?Y qu¨¦ pas¨® en el vestuario?
Pues imag¨ªnate. Baj¨® a felicitarnos Don Julio de Miguel, recuerdo a Don Vicente Peris llorando por el t¨²nel¡ All¨ª desfogaron todos los nervios que pasaron en el palco y creo que ese d¨ªa cre¨ªmos firmemente que ser¨ªamos campeones.
Pero lo fueron contra todo pron¨®stico.
No ¨¦ramos los favoritos, pero fuimos creciendo como equipo. ?ramos tres o cuatro los que ven¨ªamos de Segunda. ?ramos muchos los valencianos, y eso siempre es un plus: Sergio, Enrique, Pepe Claramunt, Vidagany, Cota, Pesudo¡ aunque los Paquito, Sol, Valdez o Pellicer eran gente que estaba tan implicada como nosotros. Y luego estaba Don Alfredo, que era mucho Don Alfredo.
?Cu¨¢ndo creyeron que pod¨ªan ganar la Liga?
A mitad de temporada Don Alfredo empez¨® a lanzarnos se?ales y preguntas: ¡°?por qu¨¦ no podemos? ?seguro que no sois capaces?¡±. Y ah¨ª empezamos a cre¨¦rnoslo.
"Mi mejor gol se lo marqu¨¦ al Bayern de Beckenbauer; a Breiner le hice tres recortes y a Maier le super¨¦ con un buen disparo"
?C¨®mo era Don Alfredo Di St¨¦fano de entrenador?
Como te he dicho, Don Alfredo era Don Alfredo. Mataba por ganar hasta en los rondos. ?l ten¨ªa muy claro qu¨¦ ten¨ªamos que hacer y c¨®mo pod¨ªamos ser campeones. Recuerdo un partido que jugamos contra el Atl¨¦tico de Madrid en el que perdimos 3-0. Cuando lleg¨® al vestuario nos dijo: ¡°Ahora ver¨¦is c¨®mo dicen en Madrid que el Valencia es el mejor que ha pasado por aqu¨ª, que qu¨¦ bien juega¡ y yo no quiero que digan eso, quiero que digan que somos los peores pero porque les hemos ganado 0-1¡±.
?Fue el mejor gol de su carrera?
?De ejecuci¨®n? No. De importancia y significado, seguro. Fue un gol de instinto. No hab¨ªa nada ensayado ni hablado. Sergio centro y hab¨ªa que rematar como fuera quien pudiera. Y remat¨¦ yo. Aquella liga hice 8 goles. Uno de ellos contra el Real Madrid, que nos sirvi¨® para ponernos l¨ªderes. Pero mi mejor gol, t¨¦cnicamente, fue en el Trofeo Naranja. Al Bayern de Munich de Beckenbauer. A Breiner le hice tres recortes y a Maier le super¨¦ con un buen disparo. Ese gol no fue importante pero s¨ª extraordinario. Pero evidentemente si me has llamado, si la gente se acuerda de m¨ª, no es por ese gol sino por el que le marqu¨¦ al Celta, ?qu¨¦ orgulloso me siento que la gente a¨²n se acuerde de aquel gol!
Jaime Hern¨¢ndez Perpi?¨¢n, en su cr¨®nica del partido para el Semanario Deportes, no escondi¨® que no ten¨ªa explicaci¨®n a la raz¨®n que llev¨® al p¨²blico de Mestalla a lanzar las almohadillas como expresi¨®n de j¨²bilo: ¡°Vaya usted a saber por qu¨¦¡±, escrib¨ªa en un art¨ªculo que titul¨®: ¡°Clamoroso ep¨ªlogo en el Casanova: Forment, en el minuto 92, marc¨® el gol del triunfo¡±.
¡°Y llegamos al minuto 47 de la segunda parte: Sergio ejecuta el c¨®rner n¨²mero 14 de los botados por el Valencia. Acuden al remate todos los valencianistas dispuestos a quemar el ¨²ltimo cartucho, al final es Forment quien consigue conectar un cabezazo que bati¨® irremisiblemente a Gost. Entre el p¨²blico se produjo el delirio, interrumpi¨¦ndose el juego breves momentos porque el c¨¦sped del Lu¨ªs Casanova se cubri¨® materialmente de almohadillas¡±. As¨ª termin¨® Josimbar su cr¨®nica para Mundo Deportivo.
Eduardo Bort, en su cr¨®nica para AS, se recre¨® m¨¢s en lo que pas¨® tras ese gol en Mestalla. ¡°Sucedi¨® entonces un fen¨®meno incre¨ªble e inusitado. El p¨²blico arroj¨® al terreno de juego todas las almohadillas que hab¨ªa entre los espectadores e inmediatamente, en una reacci¨®n un¨¢nime y generosa, el propio p¨²blico se lanz¨® al campo para limpiarlo de almohadillas, operaci¨®n que dur¨® algunos minutos ante la paciencia del ¨¢rbitro, del delegado de campo y de los jugadores, que tambi¨¦n colaboraron en la limpieza en general. Se reanud¨®, por fin, el juego, hubo tracas, ovaci¨®n de gala, v¨ªtores, desmayos, y en fin, algo inenarrable, porque ese gol de Forment, posiblemente pesar¨¢ mucho para las aspiraciones del Valencia. En fin, un espect¨¢culo epis¨®dico, que se recordar¨¢ como an¨¦cdota curiosa, porque en realidad ha sido impresionante la reacci¨®n del p¨²blico ante ese gol¡±. Y ten¨ªa raz¨®n en su reflexi¨®n, porque 50 a?os despu¨¦s se sigue recordando esa reacci¨®n.
El gol de Forment no fue el ¨²ltimo que marc¨® el Valencia aquella temporada. Ni tan siquiera fue el que le dio el t¨ªtulo. Restaban despu¨¦s de aquel partido contra el Celta tres jornadas y tanta importancia tuvieron aquellos dos puntos como los que consigui¨® el Valencia de Di St¨¦fano una semana despu¨¦s en Sabadell gracias a un gol de Ant¨®n en el minuto 89 o los tres del triunfo contra el Elche en la pen¨²ltima jornada. Pero el de Forment tiene una m¨ªstica que el paso del tiempo le ha dado relato, literatura y lo hace ser ¡°eterno¡±, como precisamente se titula el cap¨ªtulo que le dedica Paco Lloret en su obra ¡®Bronco y Copero¡±, un gol ¡°milagroso que cambia la historia¡±, como se define en el libro ¡®?ltimes vesprades a Mestalla¡¯ (Carena)
¡°Mestalla asisti¨® aquel domingo primaveral a un desenlace memorable (¡) La euforia se desbord¨® de tal manera que el partido no pod¨ªa reanudarse. Una explosi¨®n de j¨²bilo incontenible invadi¨® la grada. Fue una especie de milagro. Forment, con el n¨²mero ocho a la espalda, fue el autor de aquel gol, todav¨ªa recordado por quienes asistieron al encuentro. Imposible de olvidar (¡) Aquel gol de cabeza ser¨¢ siempre su gol. La postal imborrable de una Liga ganada contra pron¨®stico por el Valencia en 1971¡± (Bronco y Copero, ?rbena).
Del gol de Forment, de lo que fue Liga del 71, se han escrito libros completos. Como el de Paco Gisbert: ¡®El Ni?o de Di St¨¦fano¡¯, que relata as¨ª lo vivido el ¨²ltimo domingo de marzo en el Lu¨ªs Casanova: ¡°Decenas de aficionados saltaron al campo, no para abrazar a los jugadores, sino para botar de alegr¨ªa, para manifestar su regocijo con m¨¢s espacio que el que les dejaba su localidad en la tribuna, atestada de gente, mientras los grises, siempre atentos a salvaguardar el orden p¨²blico, les hac¨ªan gestos para que no penetraran en el terreno de juego, incapaces de contener la avalancha y devolver a los saltarines a sus localidades. Pero nadie pretend¨ªa invadir el campo, sino gozar, en compa?¨ªa y con cierta libertad, de aquel momento ¨²nico¡±.
El gol de Forment se celebra desde hace cuatro a?os cada 28 de marzo con el disparo de una traca en Mestalla. La culpa la tiene Rafa Lahuerta, que naci¨® en septiembre de 1971 y quiz¨¢s aquella tarde sintiera en el vientre de su madre la algarab¨ªa que se lio en el grader¨ªo tras el cabezazo de Forment. ¡°Mi padre fue uno de los que salt¨® al c¨¦sped y mi madre se qued¨® en la grada porque estaba embarazada; qui¨¦n sabe, igual hasta lo recuerdo y por eso siempre le he tenido tanta fe a ese gol¡±, confiesa el autor de ¡®La Balada del Bar Torino¡¯ y ¡®Noruega¡¯.
¡°Cada 28 de marzo, en mi juventud, les dec¨ªa a mis colegas: ¡®Hoy es un gran d¨ªa, hoy es el d¨ªa del gol de Forment¡¯. Y claro, me miraban y me dec¨ªan: ¡®Est¨¢s chalado¡¯¡±, comenta Lahuerta, quien ha contagiado su locura y en ese frenes¨ª nos hallamos, conmemorando un gol que se marc¨® hace 50 a?os y que por s¨ª solo no le hizo ganar la Liga al Valencia, aunque jam¨¢s se ha celebrado otro por igual.
"El gol de Forment justifica una vida"
Rafa Lahuerta estuvo ese d¨ªa en Mestalla... en el vientre de su madre
As¨ª, a las puertas del Centenario del Valencia, sin m¨¢s pretensi¨®n que compartir un recuerdo con sus ¨ªntimos, Lahuerta hizo p¨²blica en una entrevista que homenajear¨ªa aquel gol de Forment con el disparo de una traca en las puertas de Mestalla por su 47 aniversario. ¡°Paco Lloret me dio el tel¨¦fono de Forment para que le avisara por si quer¨ªa participar, me daba hasta verg¨¹enza ped¨ªrselo, pero accedi¨® sorprendido y encantado¡±. Fue Forment el que aquella tarde de 2018 encendi¨® la traca. Fue un acto ¨ªntimo, sencillo, en penumbra; un mechero y una traca; ni discursos ni nada preparado; con apenas una decena de participantes y transe¨²ntes que les miraban extra?ados. Pero esa traca encendi¨® la llama del recuerdo.
¡°Se ha hecho justicia po¨¦tica con Forment, un damnificado de la defensa del Granada de los 70 como Amancio, aunque sin que su lesi¨®n tuviera la repercusi¨®n que la del madridista¡±. En 2019 los presentes la tarde del 28 de marzo super¨® el centenar y la pandemia priv¨® del reencuentro en 2020. Las medidas sanitarias desaconsejan que hoy haya concentraci¨®n en Mestalla, aunque en alg¨²n lugar seguro que algo se har¨¢, porque el gol de Forment es eterno y cumple 50 a?os. Como lo define Lahuerta: ¡°Ese gol justifica una vida¡±.