Una llave contra el fanatismo
Los atentados del 11M, que hoy cumplen 17 a?os, fueron el origen de ¡°La llave sefard¨ª¡±, la cuarta novela de Pepe Mel. Las letras, su refugio ante el dolor.
Hubo un d¨ªa, hace exactamente 17 a?os, en el que todo dej¨® de tener sentido para Pepe Mel y su mujer. En realidad, solo una cosa pas¨® a tenerlo: saber que su hija continuaba con vida. Y todo con la infinita sensaci¨®n de angustia de no recibir noticias inmediatas. La sinraz¨®n se apoder¨® de Madrid, por supuesto de toda Espa?a, igualmente del mundo entero. Fotogramas de puro dolor empezaron a multiplicarse mientras que las bombas colocadas en los trenes de la capital nacional proyectaron una cuenta de fallecidos a d¨ªa hoy imposible de digerir, y que finalmente se par¨® en 192. Duele el alma apenas recordarlo.
Como si fuera un d¨ªa normal en el intenso trabajo de entrenador, Pepe Mel se encontraba concentrado en Sancti Petri, en C¨¢diz, con su equipo de aquel entonces, el Deportivo Alav¨¦s. Ven¨ªa de jugar contra el propio C¨¢diz, y en tierras andaluzas se qued¨® la expedici¨®n vasca preparando el cercano duelo contra el Algeciras. Todo era normal hasta que el entrenador madrile?o recibi¨® la noticia de uno de los miembros de su equipo t¨¦cnico. ¡°Estaba en Sancti Petri concentrado con el Deportivo Alav¨¦s. Hab¨ªamos jugado contra el C¨¢diz y ahora nos tocaba hacerlo contra el Algeciras. All¨ª me entero de lo que hab¨ªa pasado en Madrid. Me lo dijo el entrenador de porteros, Alberto Garmendia¡±, recuerda como si, de repente, hubiera retrocedido 17 a?os en el tiempo.
De repente, el alma rota, el coraz¨®n congelado y la cabeza en otra cosa que nada ten¨ªa que ver con el f¨²tbol, que al momento dej¨® de tener sentido. Por aquellos devastados andenes, donde el error ocup¨® tanto espacio, deb¨ªa estar su hija y ¨¦l se encontraba a cientos de kil¨®metros de casa. La angustia no dejaba de crecer. ¡°Mi hija cog¨ªa esos trenes para ir al colegio. Fueron momentos muy complicados, muy dif¨ªciles, porque todo era un l¨ªo¡±, rememora con entereza. De repente, entre tanto dolor, una ligera brisa de esperanza: ¡°Hasta que no qued¨® claro que ella estaba por all¨ª, tanto mi mujer como yo lo pasamos francamente mal¡±. Nunca una comunicaci¨®n con su hija tuvo tanto sentido. En cualquier caso, el duelo estaba servido por tantos compatriotas v¨ªctimas del m¨¢s puro fanatismo y la sinraz¨®n m¨¢s absoluta.
Gesti¨®n del dolor.
El dolor tiene tantas formas de ser vivido como de ser gestionadas sus consecuencias. As¨ª, Pepe Mel dio rienda suelta a su talento literario para trasladar al papel todo el drama acumulado, y del 11M surgi¨® su cuarta novela, ¡°La llave sefard¨ª¡±, ¡°una historia sobre el terrorismo a lo largo del tiempo que nace a consecuencia de los atentados de Madrid¡±. Es, en cualquier caso, una reflexi¨®n sobre el fanatismo religioso y sus terribles consecuencias en forma de terrorismo.
Consumido todo su tiempo desde hace 20 a?os en sentarse en un banquillo del f¨²tbol profesional espa?ol, Mel ha tenido tiempo de escribir tres novelas m¨¢s. ¡°La primera es El mentiroso y la segunda El camino al m¨¢s all¨¢, que es la continuaci¨®n. Mientras, la tercera es la ¨²nica con el f¨²tbol como tema central, La prueba, que tiene algo autobiogr¨¢fico. Es un cuento para ni?os de entre 10 y 14 a?os¡±, cuenta. Una quinta permanece en la nevera. ¡°Empec¨¦ cuando nos confinaron, pero la tengo parada. El trabajo de entrenador ocupa mucho y creo que merece toda mi atenci¨®n. Va sobre las revueltas mineras de 1934 en Asturias¡±, desvela.
Entre maratonianas jornadas en la Ciudad Deportiva de Barranco Seco, partidos en Siete Palmas y viajes allende el Atl¨¢ntico, Pepe Mel encuentra refugio en la literatura, refugio y tesoro a partes iguales, siempre la mejor terapia. Incluso en los peores momentos de su vida encontr¨® el actual entrenador de Las Palmas su propia llave contra el fanatismo.