Un 'beau geste' para volver a casa con la cabeza alta

El Bar?a vuelve a irse de Europa, pero a diferencia de la ¨²ltimas ocasiones, el equipo blaugrana se fue de Par¨ªs con la cabeza alta y dejando un claro mensaje de ¡°se?ores, hemos vuelto¡±. S¨®lo la falta de punter¨ªa de los barcelonistas, que fallaron de todo en el ¨¢rea rival y regalaron el penalti de siempre en la propia impidi¨® amenazar con un intento de remontada que se qued¨® en 1-1, pero que de justicia pod¨ªa perfectamente haberse puesto 1-3. Pero la cara de susto que se le puso al PSG durante muchos minutos del partido, no se la quita nadie.

Lo que no se le puede negar al Barcelona actual es ilusi¨®n. Este equipo vive en una sobredosis de optimismo que seguramente es la compensaci¨®n a estar tanto tiempo instalado en el derrotismo. As¨ª que el conjunto blaugrana sali¨® al Parque de los Pr¨ªncipes dispuesto a firmar una ¡®beau geste¡¯, esa novela de aventuras que se sit¨²a la acci¨®n de sus protagonistas en la legi¨®n francesa. Buscaban los de Koeman un intento de haza?a, de la que ya mirar¨ªan las consecuencias al final. Ya se sabe, sin embargo que este tipo de acciones no acaban demasiado bien para los que las protagonizan, que como pasa en la novela, pero a cambio dejan un enorme recuerdo.

Y la puesta en escena del Barcelona en Par¨ªs fue una carga suicida y en toda regla contra el Par¨ªs Saint Germain, que lleg¨® a dar la impresi¨®n de verse durante muchos tramos del partido intimidado y sorprendido por el empuje de un equipo catal¨¢n que lo hizo todo bien¡­ menos acabar las jugadas.

Demb¨¦l¨¦ fall¨® clamorosamente con la espada hasta en cinco ocasiones en los primeros 45 minutos. El extremo franc¨¦s volvi¨® a ser un dolor de muelas jugando a la espalda de los centrales, pero a la hora de culminar, se top¨® con Keylor. No fue el ¨²nico cul¨¦ que atenaz¨® a los franceses, Dest dispar¨® al palo y Messi amenazaba entre lineas.

El planteamiento del Bar?a por atrevido presentaba un claro punto d¨¦bil que era la espalda de la defensa, donde Mbapp¨¦ retaba en superioridad a Mingueza, que lo control¨® como pudo, pero que pronto se carg¨® con una amarilla que oblig¨® a Koeman a retirarle del campo a los 36 minuto.

La estrella francesa no brill¨® como en el Camp Nou y por un momento, convirti¨® el partido en un especie de concurso entre ¨¦l y Demb¨¦l¨¦, a ver qui¨¦n era el primero que embocaba.

Pareci¨® que al Bar?a se le ca¨ªa encima la casa que con tanto esfuerzo hab¨ªa intentado levantar cuando Icardi cay¨® en el ¨¢rea y nadie sab¨ªa muy bien por qu¨¦. La revisi¨®n del VAR descubri¨® un pisot¨®n de Lenglet, que tiene los pies como coladores, de tantas veces que se ha disparado. El penal lo convirti¨® Mbapp¨¦ y ah¨ª cualquier otro equipo, y m¨¢s teniendo en cuenta el resultado de la ida, hubiera tirado la cuchara. El Bar?a, que sigue con la fe del converso, no lo hizo y lo demostr¨® Messi con un zapatazo descomunal que val¨ªa el empate y volv¨ªa a hacer creer al Bar?a y a dudar al PSG.

Pero el guionista del f¨²tbol no pierde jam¨¢s la oportunidad de complicar una trama y guardaba un giro de gui¨®n inesperado. En el descuento de la primera parte, penalti favorable al Bar?a que ten¨ªa ante s¨ª la oportunidad de dar un paso en su confianza y minar la del rival. Pero Messi, el mismo que acababa de lograr uno de los goles del a?o, fall¨® desde los once metros.

Tras una primera parte fren¨¦tica, sin tiempo a parar un momento, la segunda empez¨® algo m¨¢s relajada. Con el mismo planteamiento, pero sin tantas ocasiones. Se empezaba a notar el esfuerzo, pero a¨²n el Bar?a sac¨® fuerzas para volver a intentar una nueva carga que volvi¨® a dibujar en los rostros de los franceses la cara de susto.

A falta de quince minutos, Koeman, con la sensaci¨®n del deber cumplido retir¨® a Demb¨¦l¨¦, Pedri y Busquets del terreno de juego y poder volver a casa sin la depresi¨®n europea de las ¨²ltimas campa?as y pensar que a¨²n quedan objetivos posibles.