Perdonar al Madrid no sale gratis
El Madrid empata en el 88' un partido que mereci車 perder. El Atl谷tico desperdici車 ante la puerta su superioridad. Hern芍ndez Hern芍ndez no pit車 un penalti de Felipe 'recomendado' por el VAR.
Era susto o muerte y no fue ni lo uno ni lo otro. Y aunque el empate le alegra m芍s al Atl谷tico, que no mata, le deja mejor cara al Madrid, que no asusta. El equipo blanco dimiti車 de la Liga durante hora y cuarto, pero su rival, superior en ambici車n, en agresividad, en juego posicional, en sacrificio, en remate y a la contra, olvid車 que Zidane es plusmaquista mundial de resurrecciones. Su hermano menor, Benzema, el 迆nico portador de gol en el grupo, mantiene ardiendo el clavo.
En el derbi de las previsiones, imagin車 Zidane que era conveniente tocarle los costados al vecino. De ahi Rodrygo en la derecha, decisi車n seguramente vinculada al scouting: Chukwueze, hace una semana, abri車 un boquete por ese flanco que defendi車 a duras penas Hermoso. Pero Rodrygo no fue Chukwueze. Y al otro lado qued車 Asensio, esta vez a banda natural. Zidane ser芍 el 迆ltimo que se baje de ese barco. Y se entiende. Es un futbolista que maneja tantos registros que lo dif赤cil es explicar por qu谷 no acaba de romper. El f迆tbol que tiene en los pies est芍 bloqueado en su cabeza. As赤 que el centro del campo qued車 reducido la troika habitual, Modric, Casemiro y Kroos, el sustento del Madrid en tiempos de gloria y de entreguerras. Con uno m芍s ah赤 bail車 al Atl谷tico en Valdebebas no hace tanto.
Al otro lado, Simeone tir車 de instinto. Le gustan los rebeldes, seg迆n explic車 tras recibir una invitaci車n al silencio poco educada de Jo?o F谷lix, pero pone a los otros. A Lemar, en esta ocasi車n, que contin迆a con 谷xito su doble viaje: del banquillo al campo, de la banda al centro. La alineaci車n vino a confirmar que la figura del argentino est芍 muy por encima de la de cualquier jugador, p車nganle el precio que quieran. As赤 que al Atl谷tico le qued車 un once ortodoxo y un banquillo de Versace.
Un Atl谷tico lanzado
Por falta de gol, por falta de confianza y por falta de puntos, el Madrid se ha autorrecetado un juego contenido, cauteloso, en el que pesa m芍s la seguridad que la aventura. Un pel赤n cholista, cabr赤a decir. De ah赤 que le entregara la pelota al Atl谷tico, que ten赤a menos que perder pero que entendi車 que era el d赤a. Ni una salida f芍cil encontr車 el equipo de Zidane, que anulados sus centrocampistas se queda en pa?os menores.
En ese clima, de extrema intensidad rojiblanca e inexplicable galbana blanca, no extra?車 el gol de Luis Su芍rez: calcul車 mal Nacho un env赤o largo a Llorente, lo que despej車 el camino del ex y su pase al uruguayo lo despach車 este con un remate con el exterior tan inteligente como inapelable. El partido quedaba en el para赤so atl谷tico, que tramita sus ventajas, por cortas que sean, como nadie. En ese primer cuarto de hora result車 el equipo de Simeone ese don perfecto que fue hasta hace un mes.
Su芍rez, a por todas
Ni antes ni despu谷s del gol asom車 el estado de necesidad del Madrid. Equilibr車 algo el partido por inercia y porque el Atl谷tico, mejor colocado, m芍s combativo y m芍s ambicioso, cambi車 la estrategia de ataque: apareci車 el espacio y aparecieron sus contras.
Del Madrid s車lo qued車 en el registro inicial un cabezazo pifiado de Benzema y una volea lejana de Casemiro. Hace demasiado tiempo que nadie pisa el 芍rea ah赤. Y los llegadores, incluso en sus mejores momentos, no dan los puntos que valen campeonatos.
La doble banda (Trippier y Correa, Lemar y Carrasco) no s車lo le dio peligro al Atl谷tico. Tambi谷n cerr車 los caminos de los dos laterales del Madrid. Y arriba Su芍rez estuvo a todas: no es el m芍s r芍pido ni el m芍s musculado, pero s赤 el m芍s instintivo. Cerca del descanso medio caz車 otra volea de zurda sin potencia.
Penalti de ida y vuelta
Y antes del entretiempo, el l赤o. Mano de Felipe en un salto, de esas que eran penalti en oto?o y v芍yase usted a saber camino de la primavera. Para Hern芍ndez Hern芍ndez, abajo, nada. Para Gonz芍lez Gonz芍lez, arriba, penalti. Mand車 el de abajo, tras acudir al monitor, en esta ensalada de apellidos repetidos y criterios irrepetibles. M芍s madera para el sudoku y para las sospechas del Madrid sobre el juez canario.
A la vista de que nada cambiaba, o cambiaba incluso a peor (Courtois le quit車 goles cantados a Carrasco y Luis Su芍rez), Zidane le dio la vuelta habitual a su ataque. Sin Benzema, suelen caer los tres. Con 谷l, s車lo sus escoltas. Antes, Simeone hab赤a metido la tijera en el centro cel campo, con Sa迆l por Lemar. Vinicius lidera el equipo de emergencias y su influencia depende del tama?o del incendio. El del Wanda era de grandes proporciones. Esa agitaci車n t芍ctica tard車 en llegar. El Madrid jugaba a迆n peor que al principio y el Atl谷tico lamentaba no echarle el lazo al partido con mejores oportunidades que en la primera parte.
Sobre todo porque conforme pasaban los minutos se espaciaban sus llegadas por el agotamiento general. Jo?o F谷lix, que lleg車 con la misi車n de avituallar al equipo cerca de la meta, result車 invisible. Y entonces compareci車 el Madrid. El asunto empez車 en Vinicius, que le concedi車 la primera ocasi車n a Benzema. Top車 con Oblak dos veces. Y a la tercera, tras una pared con Casemiro, acert車 el franc谷s para dejar al Madrid vivo en la Liga, aunque con respiraci車n asistida.