N¨¦stor Doreste, sobre la muerte de Guedes: ¡°El cielo tiene una deuda con la Uni¨®n Deportiva Las Palmas¡±
El pr¨®ximo martes se cumplen 50 a?os del fallecimiento de uno de los mayores mitos del club. AS evocar¨¢ su figura con distinguidas personalidades de la UD.
Si la muerte hace al mito, el caso de Juan Guedes, una de las m¨¢s destacadas glorias que pari¨® el f¨²tbol canario, podr¨ªa ser el ejemplo palmario por excelencia allende el Atl¨¢ntico. No por asumido el golpe dej¨® de tener su fallecimiento un efecto devastador en toda Gran Canaria, poco importaba el inter¨¦s que se tuviera en la Uni¨®n Deportiva Las Palmas. El pr¨®ximo martes, 9 de marzo, se cumplen 50 a?os del ¨®bito de la leyenda. Hasta entonces, a trav¨¦s de destacadas personalidades de la historia de la Uni¨®n Deportiva, Diario AS evocar¨¢ la figura del mejor mediocentro que viera esta tierra.
Iniciamos esta serie con N¨¦stor Doreste, el abonado vivo de m¨¢s edad que tiene Las Palmas, como en su d¨ªa le confes¨® Antonio de Armas, historiador oficial del club. Socio desde tiempos inmemoriales y con su padre presente en la fundaci¨®n de la UD el 22 de agosto de 1949, la devoci¨®n que siente por la Uni¨®n Deportiva y Juanito Guedes es apenas comparable con la que le ofrece a Maruca, con la que lleva m¨¢s de media vida de felic¨ªsimo matrimonio. Hace un rato que dej¨® los 80 atr¨¢s, aunque cualquiera lo dir¨ªa por su aspecto y lucidez. Toca dejarse llevar y disfrutar de una maravillosa clase de historia.
¡°No he podido evitar que algunas l¨¢grimas se hayan asomado a mis ojos recordando al gran Juanito Guedes. Los que amamos a nuestro equipo sabemos que con el ¡®Mariscal¡¯ se fue un trozo de nosotros¡±, sentenciaba Doreste. Pero volvamos a los or¨ªgenes. ¡°Parece que estoy vi¨¦ndolo ahora mismo, con su enorme clase, parando el bal¨®n, levantando la cabeza y pasando. Pocas veces no destac¨® en un partido porque todo el juego de Las Palmas pasaba por sus piernas¡±, evoca N¨¦stor, rostro iluminado cuando toca desmenuzar ¨¦pocas pret¨¦ritas sin duda m¨¢s bellas que la actual.
El azar. Alguna casualidad. O tantos intereses comunes. El caso es que Las Palmas y Guedes estaban condenados a entenderse. Como si fueran una ¨²nica unidad, ni que se produjera un flechazo, hubo simbiosis total ya desde el alba de la vida en com¨²n. ¡°Su recuerdo permanecer¨¢ siempre latente en el coraz¨®n de los aficionados de la UD Las Palmas que tuvimos la gran suerte de verlo jugar. Desde el primer partido su ser se entreg¨® a la camiseta amarilla¡± recuerda este aficionado. Aquella esbelta y morena figura destacaba a¨²n m¨¢s con tanto talento orbitando a su alrededor: ¡°Su presencia en el campo se notaba desde que el bal¨®n empezaba a rodar. Era el l¨ªder dentro y fuera de la cancha. Dotado de una enorme personalidad, en ¨¦l se centraba el juego del equipo a pesar de que hab¨ªa jugadores en el conjunto grancanario tan valiosos como ¨¦l, como pod¨ªan ser Germ¨¢n, Le¨®n, Castellano, Brindisi, Wolf¡¡±.
Su car¨¢cter iba parejo del romance que sus botas manten¨ªan con esa pelota a la que tanto mimaba aquel inolvidable equipo. ¡°Destacaba por ser lo que se denomina un gran ¡®jugador de club¡±, se?ala Doreste, que tambi¨¦n destaca: ¡°Con un toque de bal¨®n exquisito, era espectacular la gran precisi¨®n de sus pases largos. Desplazaba el bal¨®n 40, 50 o 60 metros y lo dejaba en el sitio justo y con la velocidad justa para que el compa?ero continuara f¨¢cilmente la jugada o el remate¡±.
La pasi¨®n futbolera de Doreste, pese a varios desencantos con la propia Uni¨®n Deportiva, permanece intacta. Tanto como para hacer desmenuzando, con precisi¨®n de cirujano, tant¨ªsimas cualidades que adornaban el juego de Juanito Guedes. ¡°Ten¨ªa una clase enorme pero tambi¨¦n ten¨ªa la fuerza y el car¨¢cter del jugador completo. No era bueno solo organizando el juego o atacando y eficiente en defensa, es que era buen¨ªsimo en cualquier faceta del juego¡±, insiste con vehemencia. As¨ª contin¨²a con su an¨¢lisis sobre el estilo de juego del ¡®Mariscal¡¯: ¡°Hab¨ªa poder¨ªo, ganas, fuerza, contundencia, seguridad, poder y garra junto con much¨ªsima clase, dominio del bal¨®n, lectura del juego, perspectiva del campo y del juego, situaci¨®n y colocaci¨®n. Era el due?o del campo, casi todos los balones pasaban por ¨¦l y si la jugada se estaba desarrollando se ocupaba de dar ¨®rdenes a sus compa?eros para mejorar la espera del equipo contrario o el ataque del propio¡±. No hab¨ªa mejor l¨ªder que ¨¦l. ¡°Su voz se escuchaba en el Estadio Insular por encima del griter¨ªo constante de la afici¨®n¡±, apunta.
An¨¦cdotas.
La vida de cualquier leyenda se escribe a trav¨¦s de an¨¦cdotas, acaso peque?os pasajes destacados, muchas veces momentos que se quedan para siempre en la retina de qui¨¦n de cerca lo vivi¨®. Como cuando Paco Castellano, otro mito entre mitos, sali¨® en su defensa. ¡°En un partido contra el Elche en Primera Divisi¨®n jugado en el tristemente desaparecido Estadio Insular, un jugador de este equipo sab¨ªa que, eliminando a Guedes, Las Palmas perder¨ªa a uno de sus mejores hombres y el juego del equipo se resentir¨ªa. En una jugada sin trascendencia ninguna en el centro del campo, le puso una terror¨ªfica ¡®plancha¡¯ a media pierna¡±, rememora Doreste. R¨¢pidamente Castellano entr¨® en acci¨®n. As¨ª continu¨® el relato: ¡°Todos los aficionados nos dimos cuenta enseguida de las grav¨ªsimas consecuencias de aquella entrada cuando Guedes cay¨® retorci¨¦ndose de dolor. Cuando sus compa?eros se dieron cuenta del alcance de la lesi¨®n, Paco Castellano se dirigi¨® hacia causante de la lesi¨®n y este empez¨® a retroceder evitando los golpes que iban dirigidos a su rostro hasta que en un momento dado se despist¨® y jugador lo alcanz¨® con un perfecto gancho¡±. A Castellano le pudo la familia y por ello fue sancionado. ¡°A Paco lo sancionaron con 4 partidos. Se empez¨® a comentar en la grada que la bota del jugador agresor hab¨ªa arrastrado la carne y hab¨ªa dejado visto parte del hueso. L¨®gicamente se llevaron a Guedes y transcurri¨® bastante tiempo hasta que pudo jugar otra vez¡±, a?ade Doreste.
¡°Un golpe terrible¡±.
As¨ª define N¨¦stor Doreste el fallecimiento de Juanito Guedes, que tuvo lugar el 9 de marzo de 1971 en la capital grancanaria tras una dura batalla contra el c¨¢ncer. ¡°Su fallecimiento fue un golpe terrible para los que amamos a la UD Las Palmas. Parte de la gloriosa historia de nuestro club se rompi¨® de la forma m¨¢s injusta y cruel¡±, revela nuestro protagonista. La sucesi¨®n de infortunios vitales que vivi¨® Las Palmas no tiene parang¨®n en el deporte profesional espa?ol: ¡°El equipo qued¨® tocado y la afici¨®n tard¨® en volver a la normalidad. Pocos son los equipos espa?oles que han visto c¨®mo, en sus primeros 20 a?os de vida, se le han muerto tres jugadores en activo (Vieira, Tonono y Guedes), un presidente en activo (Juan Trujillo Febles) y un entrenador en activo (Roque Olsen). El cielo tiene una deuda con Las Palmas y, de alguna forma, debe compensar tama?a injusticia¡±.
Para el f¨²tbol y toda la sociedad grancanaria de la post guerra, Juanito Guedes pasaba por ser mucho m¨¢s que una deidad. Su talento, aquel porte inigualable, su estirpe, esa forma de jugar, de unir pueblo y equipo de f¨²tbol traspas¨® fronteras, saltando sin dificultad las viejas tapias del inolvidable Estadio Insular, hoy convertido en un parque urbano en el coraz¨®n de la ciudad, como s¨ªmbolo de un pasado mucho mejor. Es lo que tiene la identidad, que cada d¨ªa te lleva a donde todo comenz¨®, completando as¨ª el virtuoso c¨ªrculo vital: ¡°Parece que a¨²n estoy viendo a aquel jugador alto, moreno, fuerte e indiscutible pisar el c¨¦sped del campo de un equipo que no es "m¨¢s que un club" por el dinero que tiene en la caja, sino porque la palabra "amor" la lleva escrita en su acta de fundaci¨®n, en sus colores y en su historia, hasta el punto de que, hoy por hoy, es uno de los signos externos de la identidad de nuestra isla, como puede serlo el Roque Nublo, el ¡®naife¡¯ o el p¨¢jaro canario¡±. La eternidad es para los s¨ªmbolos de verdad. Como Juanito Guedes.