CHAMPIONS (OCTAVOS, IDA) | BAR?A 1- PSG 4
El Bar?a es historia, Mbapp¨¦ es futuro
El franc¨¦s remonta el gol de penalti de Messi con un hat-trick y acerca los cuartos al PSG en una exhibici¨®n de potencia que acomplej¨® al equipo de Koeman.
Al Bar?a sigue sin alcanzarle en las grandes citas, de las que sigue saliendo trasquilado. De nuevo, el equipo de Koeman se estrell¨® clamorosamente ante un equipo de esos a los que antes impresionaba y que ahora le aterrorizan, le someten y le destruyen ense?¨¢ndole un espejo que refleja una imagen decr¨¦pita que no es de ahora, viene de lejos.
El Bar?a encara la puerta de salida de esta edici¨®n de la Champions sin esperar el partido de vuelta. Si la Juventus de Cristiano ya desnud¨® al equipo blaugrana en la ¨²ltima jornada de la fase de grupos, el Par¨ªs Saint-Germain de Mbapp¨¦ fue un muro demasiado alto de escalar y se impuso por 1-4 en un partido en el que los de Koeman volvieron a reconocer sus limitaciones cuando llega la hora de la m¨¢xima exigencia.
En circunstancias como estas, el Bar?a confirma lo que se sab¨ªa de ¨¦l. No se le puede negar al conjunto de Koeman su empe?o, pero la realidad es testadura y cruel: el gran Bar?a es historia. Mbapp¨¦ es futuro.
Piqu¨¦, tal y como hab¨ªa anunciado a su entorno ya en diciembre, acudi¨® a la cita de la Champions ante el Paris Saint-Germain como titular. Y a su presencia en el eje de la defensa se sumo Dest como lateral derecho. Dos jugadores en rehabilitaci¨®n para afrontar a una de las delanteras m¨¢s temibles de Europa a pesar de la ausencia de Neymar.
La presentaci¨®n de Mbapp¨¦ en sociedad fue pirot¨¦cnica desde el primer minuto. Su conexi¨®n con Verratti estuvo clara desde el inicio. El centrocampista le busc¨® a la espalda de los centrales barcelonistas nada m¨¢s empezar el duelo y la salida de Ter Stegen, extra?amente a tiempo esta vez, culmin¨® con una pifia del portero alem¨¢n con los pies que se repetir¨ªa a lo largo del partido. Mbapp¨¦ domin¨® el Camp Nou de cabo a rabo.
Ya de salida, el partido fue de los franceses, que eran mejores en el juego de posici¨®n a falta de la presi¨®n blaugrana. Los barcelonistas viv¨ªan obsesionados con Mbapp¨¦. Para ejemplo, la actitud de Demb¨¦l¨¦, m¨¢s pendiente de ayudar a Dest que de romper en ataque. Pendiente de esta tarea, el extremo franc¨¦s del Bar?a desatendi¨® a las subidas de Kurzawa, que resultaron definitivas. De hecho, el lateral del PSG fue decisivo en ambas ¨¢reas.
Con el partido decant¨¢ndose para los visitantes, Kurzawa realiz¨® su primera aparici¨®n estelar en el partido a los 26 minutos cuando regal¨® un penalti absurdo al Barcelona al perseguir por detr¨¢s a De Jong en una pelota a la que el holand¨¦s no ten¨ªa opci¨®n de llegar. El regalo que habitualmente el Bar?a hace a los rivales esta vez lleg¨® del otro lado.
Tras revisi¨®n del VAR se confirm¨® el penalti y Messi fusil¨® a Keylor Navas poniendo al Bar?a en ventaja y descolocando a un PSG que estuvo al borde del abismo, pero que se salv¨® de la quema porque el remate de Demb¨¦l¨¦ con todo a favor para marcar el 2-0 un minuto despu¨¦s del tanto de Messi fue rid¨ªculo. Casi un pase a Keylor. La jugada tuvo su origen en una p¨¦rdida de Kurzawa, que estaba llevando a su equipo a la ruina.
Pero el lateral, capaz de lo mejor y de lo peor en un peque?o lapso de tiempo, se desquit¨® de su nefasta actuaci¨®n hasta el momento con una subida por la banda que Demb¨¦l¨¦ no acompa?¨® para servir un bal¨®n a Verratti, quien asisti¨® de primera a Mbapp¨¦ que retrat¨® a Lenglet en el ¨¢rea antes de fusilar a Ter Stegen y empatar el partido.
Fiel a su ciclotimia, Kurzawa aprovech¨® el viento a favor para volver a poner a prueba al portero del Bar?a, que conjur¨® el 1-2 con una mano salvadora.
El partido, que hab¨ªa empezado en modo control, se desat¨® de mala manera. El PSG amenazaba en los saques de esquina (hasta seis sacaron en la primera parte) mientras que el Bar?a se aferraba a los contragolpes, donde Griezmann volv¨ªa a fallar por cent¨ªmetros.
En el inicio de la segunda parte el PSG tuvo el partido, y seguramente la eliminatoria rn su mano tras introducir en el campo a Ander Herrera por Gueye liderado, como no pod¨ªa ser de otra forma por un Mbapp¨¦ que cada vez se sent¨ªa m¨¢s a gusto en el Camp Nou. El Bar?a perdi¨® el control del juego ante el equipo franc¨¦s, al que rescat¨® en primera instancia de su peor momento Ter Stegen ante Kean, pero que ya no pudo hacer nada ante una incursi¨®n de Florenzi que remach¨® Mbapp¨¦, que segu¨ªa desatado.
Con el Bar?a en la lona, Ter Stegen evit¨® el tercero de Mbapp¨¦, pero el equipo blaugrana era ya un gui?apo en manos de un PSG que oli¨® la sangre y no perdon¨®. A la en¨¦sima falta lateral concedida por el Bar?a, Kean remat¨® de cabeza el tercero sin nadie que le hiciera la m¨¢s m¨ªnima sombra. El partido era ya una tortura para un Bar?a destrozado y Mbapp¨¦ aprovech¨® para asentar el inicio de su reinado con un cuarto gol que hund¨ªa al equipo blaugrana en el pozo de la impotencia.
La historia sigue igual en el Bar?a. Sigue naufragando en las grandes citas y confirmando lo que se ve¨ªa venir desde hace tiempo. Esta vez, no hizo falta esperar al partido de vuelta ni a los cuartos de final o la semifinal para salir de mala manera de Europa. Esta vez, fue en el Camp Nou en la ida de octavos ante un PSG sin Neymar, pero con un Mbapp¨¦ que desnud¨® a un Barcelona que sigue escarbando hacia abajo.