Demb¨¦l¨¦ evita un cataclismo
El franc¨¦s rescat¨® al Bar?a en la pr¨®rroga despu¨¦s de que Ram¨®n Juan le detuviera un penalti y otro a Pjanic. La salida de Pedri fue clave y Braithwaite sentenci¨®.
Lo puso todo de su parte el Barcelona para pegarse tortazo hist¨®rico ante el Cornell¨¤, equipo de Segunda B al que s¨®lo pudo superar en la pr¨®rroga con un golazo de Demb¨¦l¨¦ despu¨¦s de que Koeman debiera llamar a Pedri al rescate de un equipo que estuvo peligrosamente contra las cuerdas despu¨¦s de llegar a fallar dos penaltis, uno en cada parte y que acab¨® ganando por 0-2 in extremis.
Logr¨® pasar el Bar?a la eliminatoria en un partido en el que los de Koeman vivieron con el miedo en el cuerpo del primer al ¨²ltimo minuto y que ganaron por insistencia a pesar de la heroica resistencia de Ramon Juan, el portero del Cornell¨¤, que oblig¨® al Bar?a a jugar su tercera pr¨®rroga consecutiva. Esta vez, sali¨® cara a pesar de que en el equipo cul¨¦ se vivi¨® al borde del abismo.
Est¨¢ tan blandito el Bar?a que se not¨® desde el principio que lo que otra ¨¦poca deb¨ªa ser un tr¨¢mite para dar minutos a los menos habituales se afrontaba por parte del equipo de Koeman como una visita al dentista. De un tiempo a esta parte, la sensaci¨®n de que el Bar?a va pisar una mina al siguiente paso se ha contagiado a todos los estamentos del club. Esa sensaci¨®n tan cul¨¦ de que ¡°si algo puede salir mal, saldr¨¢ mal¡± se ha contagiado de la tribuna m¨¢s ochentera a los jugadores, que ayer saltaron al campo del Cornell¨¤ con m¨¢s miedo que verg¨¹enza.
Estaba claro que el partido presentaba sus complicaciones, pero tambi¨¦n es cierto que el Bar?a viajaba avisado. Que si el c¨¦sped artificial, que si la iluminaci¨®n, que si la abuela fuma¡No hay excusas que valgan. La puesta en escena del Bar?a fue impresentable.
Ante un partido, un rival y un bal¨®n que ten¨ªa que ser domado, el Bar?a se empeque?eci¨® y no supo entrar en el partido. Valga como prueba que a los seis minutos de juego el Cornell¨¤ ya hab¨ªa sacado tres c¨®rners contra la porter¨ªa de Neto y que Riqui Puig, el deseado, hab¨ªa visto su primera tarjeta por protestar. Los s¨ªntomas eran preocupantes.
Por contra, el Cornell¨¤ segu¨ªa a lo suyo a pesar de luchar contra los elementos. Borja se lesion¨® en el calentamiento y tuvo que salir el juvenil Gerard en su puesto. Los locales sab¨ªa que su fuerza se basaba en las jugadas a bal¨®n parado y ah¨ª dieron m¨¢s de un susto al Bar?a, que las sigue defendiendo como si fueran un equipo de aficionados.
Sin capacidad para crear ocasiones, los barcelonistas se encontraron con un oasis en el desierto cuando el ¨¢rbitro se?al¨® penalti por una acci¨®n peligrosa de Estell¨¦s sobre Ara¨²jo. Ante la consabida dimisi¨®n de Griezmann para ejecutar la suerte, Pjanic fue el encargado de chutar el castigo que pod¨ªa poner el partido cuesta abajo para su equipo. Pero fall¨® en un parad¨®n de Ram¨®n Juan, que dej¨® al Bar?a en shock y al Cornell¨¤ creyendo en el milagro.
Para cambiar las cosas, Koeman retir¨® a Riqui en el descanso y dio entrada a Demb¨¦l¨¦.
Nada cambi¨® en la segunda parte, que fue una copia de la primera incluso en la cuesti¨®n de los penaltis. El Cornell¨¤ sigui¨® apretando, el Bar?a navegando y cuando los blaugrana se volvieron a encontrar con otro penalti calcado al primero por patada a la cara de Pol Moreno a Lenglet, Demb¨¦l¨¦ riz¨® el rizo para escenificar otra astracanada desde los once metros. No es por quitar m¨¦ritos a Ram¨®n Juan, pero hay jugadores en ligas de empresas que los tiran con m¨¢s malicia que Demeb¨¦l¨¦. Pero para dejar claro que es un porterazo, Ram¨®n Juan evit¨® la pr¨®rroga con un parad¨®n a disparo de Pjanic en el 88.
Nada m¨¢s iniciarse el tiempo extra, Demb¨¦l¨¦ rompi¨® el maleficio ante el gol. S¨®lo un jugador como ¨¦l pod¨ªa decidir un partido as¨ª y evitar una cat¨¢strofe que cerr¨® Braithwaite en el descuento tras una virguer¨ªa de Pedri. La caballer¨ªa que lleg¨® al rescate.