La Juventus no olvida a Uros Racic
El futbolista recibi¨® la llamada del club italiano la semana pasada, pero su mente est¨¢ en Valencia y con Javi Gracia de quien considera est¨¢ aprendiendo mucho.
Uros Racic est¨¢ de moda en el Valencia. El futbolista serbio est¨¢ creciendo de manera constante y sus ¨²ltimas actuaciones han sido clave para el equipo ya que tanto ¨¦l como Carlos Soler han logrado estabilizar el tim¨®n del barco valencianista. El buen nivel de Uros no ha pasado desapercibido en Valencia, pero tampoco en el continente europeo que ya ha llamado a su puerta.
Y es que el futbolista ha recibido el inter¨¦s de la Juventus de Tur¨ªn para incorporarse a sus filas en este mercado invernal. Racic recibi¨® la llamada de los italianos hace poco m¨¢s de una semana ya que estos est¨¢n en busca de un centrocampista de rotaci¨®n que complemente a una plantilla en crisis y que est¨¢ fuera de los puestos Champions en la Serie A.
Ciertamente, la historia de la Juventus con Uros viene de lejos. Los italianos ten¨ªan al jugador entre ceja y ceja cuando Pablo Longoria trabajaba en la Juve y con el exponencial crecimiento que est¨¢ desarrollando el serbio han querido anticiparse e incorporarlo en este mismo mercado de fichajes, m¨¢s pensando en lo que puede llegar a ser que en lo que quiz¨¢s sea hoy por hoy.
Sin embargo, la mentalidad del centrocampista es clara: Quiere seguir en el Valencia. Uros est¨¢ feliz en la capital del Turia bajo la tutela de un Javi Gracia a quien tiene en alta estima por todo lo que est¨¢ aprendiendo con ¨¦l. El jugador todav¨ªa tiene un amplio margen de crecimiento -tiene 22 a?os-, y en Valencia es consciente de que va a tener oportunidades y minutos con los que no contar¨ªa en la Juventus.
La aportaci¨®n de Racic ser¨¢ clave en la cita ante Osasuna y aunque ya no siente con tanta fuerza los mareos que sufr¨ªa hace unas semanas y ¨¦l mismo ha reconocido en Vcfmedia que ya puede "jugar 90 minutos". Todav¨ªa no ha dejado atr¨¢s al 100% esos v¨¦rtigos que padeci¨® y de vez en cuando siente algunos mareos que, con el tiempo, espera que se marchen.