Abocados a sufrir un Cristiano 2.0
De la aparente ruptura entre Florentino y Sergio Ramos solo habr¨¢ un perdedor seguro: la afici¨®n del Real Madrid. El agujero deportivo de su marcha no lo resolver¨ªa Alaba.
Al madridismo se le est¨¢ amargando el arranque del a?o 2021, por si no hubiera ya pocos problemas que soportar por culpa de la maldita pandemia. El culebr¨®n de la renovaci¨®n (o no) de Sergio Ramos se nos est¨¢ haciendo bola.
Dan ganas de pedir tiempo muerto, como en baloncesto, y de sentar a las dos partes para que se olviden por un momento de sus evidentes diferencias y valoren lo que suceder¨¢ el 1 de julio si el capit¨¢n emprende rumbo a Par¨ªs, a M¨¢nchester o a cualquier otro destino donde l¨®gicamente recibir¨¢n a un jugador de su nivel con alfombra roja.
Desde aqu¨ª les digo tanto a Florentino como a Ramos que se est¨¢n equivocando. El presidente por considerar que si se va el camero no pasa nada. Ya s¨¦ que el escudo y la instituci¨®n est¨¢n por encima de todo, pero la grandeza del club la han escrito las personas, como sucedi¨® en su d¨ªa con Santiago Bernab¨¦u, Di St¨¦fano, Gento, Pirri o Amancio. Si se consuma la aparente ruptura el Madrid va a perder potencial deportivo, liderazgo en el equipo y en el vestuario, y capacidad de intimidaci¨®n ante el enemigo (no olviden que ocho de los ¨²ltimos 10 partidos de Champions sin Ramos se han perdido). Alaba es muy bueno, pero si lo fichas con la etiqueta de que ser¨¢ el nuevo Ramos te lo cargas en dos telediarios. A Hazard fue decirle que ¨¦l podr¨ªa ser el nuevo Cristiano por la ilusi¨®n que gener¨® su fichaje y mira c¨®mo est¨¢ el belga.
Cuando se fue Cristiano, el mensaje del club era que ¡°con 33 a?os est¨¢ amortizado y con esa edad su declive es inevitable¡±. No me extender¨¦ en los r¨¦cords que el portugu¨¦s sigue acumulando desde que se fue del Bernab¨¦u...
Y si Ramos se va, en el PSG o en el United jam¨¢s tocar¨¢ la gloria ni ser¨¢ le leyenda que es en el Real Madrid. Ganar¨¢ m¨¢s dinero, pero perder¨¢ la oportunidad de abrazarse para siempre a ese madridismo que todav¨ªa sue?a con un final feliz.