Mucho Benzema y pocas piernas
Dos goles del franc¨¦s y un parad¨®n de Courtois salvan a un Madrid fatigado en un partido gris y marcado por la expulsi¨®n de Ra¨²l Garc¨ªa en el minuto 13. El Athletic apret¨® hasta el final.

Donde no llegaron ni las fuerzas, ni la imaginaci¨®n, ni el nervio, ni el juego llegaron Benzema y Courtois. Un cabezazo del nueve, ¨¢rbol perdido en el bosque hasta entonces, y un derechazo en el descuento, combinados con una parada salvadora de Courtois, cerraron el p¨®quer del Madrid, ya col¨ªder, frente a un Athletic desvalido por dos imprudencias de Ra¨²l Garc¨ªa, que midi¨® mal las ganas que le tiene al equipo blanco. Fue un triunfo en medio del desierto, s¨®lo perdonable por los tres ¨¦xitos anteriores. El Athletic bastante hizo con resistir una hora. Acab¨® el partido dignamente, en el ¨¢rea del rival.
Zidane no dio por finalizada la escalada al Himalaya con la cumbre ante el Atl¨¦tico. El ap¨®stol de la ultrarrotaci¨®n recita ahora un once, con la ¨²nicas rimas asonantes de lesiones y sanciones, probablemente porque el banquillo se ha vuelto evanescente. As¨ª que ante el Athletic estuvieron los del s¨¢bado menos el castigado Casemiro, relevado por Valverde. El uruguayo es otra cosa, un futbolista menos posicional y m¨¢s el¨¢stico, con menos quite y m¨¢s tracci¨®n. As¨ª que como eje qued¨® Kroos, menos aplicado en el repliegue que el brasile?o.
Con diez
Garitano dio un giro cl¨¢sico, quit¨® a Muniain y meti¨® a Ra¨²l Garc¨ªa, suplente en los cuatro partidos anteriores. En mala hora. El navarro no le pasa una al Madrid desde los tiempos del Atl¨¦tico, a menudo por las malas. Hasta este martes le hab¨ªan sacado 16 amarillas en partidos ante los blancos. En trece minutos vio dos m¨¢s y dej¨® al Athletic con diez. Su misi¨®n era atascar la salida de pelota de Kroos y se le fue la mano dos veces en una zona neutra por exceso de celo, por sobremotivaci¨®n. Aquello estrope¨® la buena salida del Athletic al escenario, atornillando al Madrid con su presi¨®n y con la velocidad de Williams, al que se le fue cruzado un remate franco ante Courtois mientras le cargaba Carvajal al filo de la ley.
Ese primer Madrid no fue, ni de lejos, el equipo que supo resolver en una semana lo urgente y lo importante, que asumi¨® que si no se puede jugar mejor se puede jugar m¨¢s junto con resultado parecido. Esta vez no abanic¨® la circulaci¨®n ni se fue a las puertas de Unai Sim¨®n con el hambre que mostr¨® en el derbi. Y el Athletic evidenci¨® su condici¨®n de equipo resistente a la adversidad, a ese legado que le hace jugar muchas veces por encima de sus posibilidades.
La artiller¨ªa, el susto y Karim
El Madrid tuvo un tr¨¢nsito lento del modo superviviente al modo perseguidor que le toca ahora. Y volvi¨® a comprobar que se le va el santo al cielo ante equipos herm¨¦ticos. Esta vez no encontr¨®, de salida, por d¨®nde colarse en la derecha, banda en la que perdi¨® Lucas su magia, y tampoco infiltr¨® a Benzema entre los centrales rojiblancos. M¨¢s despierto estuvo Vinicius, cuya lucidez retrocede conforme la jugada avanza. Y cuando la primera mitad amagaba con irse en blanco, el Madrid cocin¨® a fuego lento una jugada al borde del ¨¢rea y Kroos, desde fuera de ella y en dejada de Vinicius, aplic¨® un zapatazo seco que no vio Unai Sim¨®n. La artiller¨ªa donde no hab¨ªa podido llegar la infanter¨ªa.
El gol dej¨® al Madrid en Babia, equivocadamente confiado en que aquello estaba hecho. Y por ah¨ª se meti¨® en el partido un Athletic mermado pero entero. Capa combin¨® con De Marcos y lleg¨® hasta el ¨¢rea como nueve. Courtois sac¨® su primer disparo, pero no el segundo. Eso abri¨® un asedio de manual, un partido jugado en un estrech¨ªsimo pasillo, al borde del ¨¢rea del Athletic.
Ah¨ª ya no pintaba nada Valverde y lleg¨® Isco, m¨¢s fino para el juego minimalista. Menos l¨®gica fue la salida de Vinicius, porque en las bandas estaba la salida del laberinto y porque el postoperatorio de Asensio se est¨¢ haciendo largo. Hubo momentos de estr¨¦s porque el Athletic cerraba todos los caminos, pero al final se le escap¨® Benzema, que en una jugada sin elaboraci¨®n, un centro de Carvajal, meti¨® su cabeza entre tres defensas rojiblancos y despach¨® un partido oscur¨ªsimo, de esos por los que ya ha pagado el Madrid este curso. A¨²n pudo empatar Vesga, pero Courtois se colg¨® una medalla con una mano bendita y Benzema otra, para rematar el partido en el descuento y ocultar tras el marcador una mala noche.