La carta en que Zamora reniega del Barcelona y se declara al Espanyol
De su pu?o y letra escribi¨®, a su vuelta al club perico: ¡°Por el R.C.D. Espa?ol luchar¨¦ hoy con m¨¢s amor que nunca para hacer olvidar una equivocaci¨®n de joven¡±.
S¨ª hay m¨¢s cera que la que arde en el asunto que ha acaparado la crispaci¨®n de las redes en las ¨²ltimas horas en clave perica: la aparici¨®n de la figura de Ricardo Zamora con un escudo del Barcelona en la camiseta, este viernes, en la reinauguraci¨®n del Museo de Cera de Barcelona. Un detalle que propici¨® la queja p¨²blica del Espanyol, donde pas¨® 15 a?os de jugador (y despu¨¦s fue entrenador) por los tres que milit¨® en su rival ciudadano, y la consiguiente disculpa de los responsables de la galer¨ªa, que unas horas despu¨¦s lo hab¨ªan subsanado a medias al retirarle el escudo azulgrana del pecho.
Por si el dispar tiempo transcurrido en uno y otro equipo o su testimonio en distintas entrevistas a lo largo de su vida ¨Ccomo el ic¨®nico paseo con uno de sus nietos por Sarri¨¤, en los a?os 70¨C no fueran suficientes, Ricardo Zamora expres¨® claramente sus sentimientos en una carta escrita de su pu?o y letra que public¨® tal cual el peri¨®dico ¡®Gaceta Sportiva¡¯ en la contraportada de su edici¨®n del 3 de octubre de 1922. Un hallazgo que ha visto la luz gracias a que lo ha difundido en redes sociales?Marc Casado, seguidor perico y compa?ero de oficio period¨ªstico, que hered¨® el documento de su abuelo, ?ngel Casas Boladeras, quien fue alcalde de Sant Cugat y fundador de la pe?a blanquiazul de la localidad vallesana. Marc ha facilitado a AS una copia escaneada de ambas p¨¢ginas, de alto valor sentimental familiar.
Acababa el ¡®Divino¡¯ de regresar al Espanyol precisamente de su periplo azulgrana y por ello justo hab¨ªa estallado el conocido como ¡°caso Zamora¡±, al que ¡®Gaceta Sportiva¡¯ dedicaba ¨ªntegramente su portada con la cara del guardameta y el titular ¡°?Descalificado!¡±. Resulta que, a pesar de no haber renovado su contrato con el Barcelona y de haber vuelto al club perico de la mano de Genaro y Victoriano Oliveras de la Riva, ambos clubes lo inscribieron, as¨ª que la Federaci¨® Catalana opt¨® por suspenderlo durante tres meses (del 1 de septiembre al 30 de noviembre).
En esa tesitura, y con la afici¨®n blanquiazul a¨²n dolida por su supuesta ¡®traici¨®n¡¯ de tres a?os atr¨¢s, se encontraba Zamora cuando remiti¨® esa carta al director de la publicaci¨®n. ¡°Te suplico pregones en tu peri¨®dico lo que sigue¡±, le rogaba. Y se arrancaba: ¡°Mientras los que afirman que intereses bastardos y anti-sportivos (sic.) me han tra¨ªdo de nuevo al Club del que jam¨¢s deb¨ª salir, pues tales muestras de afecto tengo recibidas desde mi reingreso, que hoy sufro dolorosa a?oranza del tiempo que no estuve en ¨¦l, y si tales mienten ?c¨®mo no han de hacerlo los que me suponen capaces de coqueteos indignos con el F. C. Barcelona!¡±.
Interpela acto seguido el portero a su destinatario: ¡°No, amigo m¨ªo, no. Zamora medit¨® bien su paso dado al reingresar al Club de mi infancia sportiva y en ¨¦l me encuentro en casa despu¨¦s de c¨®modo (??) viaje por el extranjero. Desmiente, pues, todo lo que a mi alrededor se dice, y ten la seguridad de que mi vida futbol¨ªstica terminar¨¢ en el R. C. D. Espa?ol, por el que luchar¨¦ hoy con m¨¢s amor que nunca, para hacer olvidar una equivocaci¨®n de joven¡±, remacha.
Si bien es cierto que Zamora no colg¨® las botas en el Espanyol, pues en 1930 se march¨® al Real Madrid con un traspaso de 100.000 pesetas, una fortuna de la ¨¦poca, s¨ª reiter¨® durante su vida que su fichaje por el Barcelona, tras haber relegado provisionalmente el f¨²tbol en favor de los estudios, hab¨ªa sido un error.
Por cierto, que a ra¨ªz del ¡°caso Zamora¡± que motivaba esta en¨¦rgica carta, el portero se acabar¨ªa pasando casi un a?o sin ser oficialmente futbolista del Espanyol, hasta junio de 1923. En primera instancia, la Federaci¨®n Espa?ola ignor¨® la sanci¨®n de la Catalana y le permiti¨® jugar con la Selecci¨®n, pero el Barcelona recurri¨® y finalmente tuvo que cumplir un castigo que solo alivi¨® (¨¦l su necesidad de f¨²tbol, el Espanyol su econom¨ªa) disputando una buena cantidad de partidos amistosos.