"Muchos jugadores de LaLiga no aguantar¨ªan ni dos d¨ªas en Nicaragua"
El gallego Diego Pel¨¢ez desgrana sus tres meses en el Managua FC, de la Primera Divisi¨®n nicarag¨¹ense. Una aventura "inolvidable" en un mundo "totalmente distinto".
A Diego Pel¨¢ez (Santiago de Compostela, 1989), la aparici¨®n del coronavirus le cambi¨® la vida (al menos durante tres meses). Tras ascender con AO Trikala a la Segunda Divisi¨®n griega, el centrocampista gallego lo ten¨ªa todo a su favor para volver a competir en el f¨²tbol heleno. "Estaba todo apalabrado con el Apollon Larissa, pero la pandemia redujo brutalmente su presupuesto", recuerda. Ya ten¨ªa hecha la maleta, as¨ª que cuando Pablo G¨¢llego le dijo que Managua FC buscaba un atacante que pudiera marcar la diferencia no se lo pens¨® dos veces: "De un d¨ªa para otro me estaba yendo a Nicaragua". El problema fue que, en cuesti¨®n de horas, Diego Pel¨¢ez a?adi¨® m¨¢s de 6000 kil¨®metros a una ruta obstruida por la crisis sanitaria.
El portero espa?ol Rodrigo P¨¦rez hab¨ªa llegado d¨ªas antes a Estel¨ª. Diego se puso en contacto con ¨¦l para seguir sus pasos: "Hice lo mismo: Viaj¨¦ a a San Jos¨¦, en Costa Rica, e intent¨¦ pasar la frontera con Nicaragua por tierra. Cuando llegu¨¦ me dijeron que eso estaba totalmente prohibido. Tuve un peque?o conflicto en el aeropuerto. Me quitaron el pasaporte, no me dieron la maleta y me tuvieron toda la noche durmiendo en el aeropuerto con un vigilante. Sin agua, sin comida... A la ma?ana siguiente me dejaron ir, pero el camino fue una odisea. Llegu¨¦ a Managua justo en el descanso de un partido. Cuando Pablo me vio me dijo: '?Por fin llegaste!'. Lo pas¨¦ muy mal en el camino".
Y si el viaje fue mal, los primeros d¨ªas de Pel¨¢ez en Managua no sirvieron de consuelo. "El equipo no estaba bien y quer¨ªan que el extranjero llegara y lo solucionara todo", recuerda el gallego, quien estuvo al borde del desmayo en su primer entrenamiento en Am¨¦rica Central: "Muchos entrenos son a las seis de la ma?ana para combatir el calor. El primer d¨ªa me quemaban los pies. Le dije a Pablo: '?C¨®mo sois capaces de correr aqu¨ª?'. Fue terrible, pero al final te acabas acostumbrando. Para enfriarme usaba bolsitas de agua purificada. Me las echaba de seis en seis". Diego Pel¨¢ez tampoco simpatiz¨® con la gastronom¨ªa nicarag¨¹ense -"en Europa es imposible ver a un profesional comer fritos todos los d¨ªas, pero all¨ª es as¨ª y corren como bestias. Y a 40 grados. ?Y no se lesionan! Esos futbolistas son f¨ªsicamente superiores"-. Y el viaje, el calor y la comida convergieron en una lesi¨®n en el cu¨¢driceps que le mantuvo alejado del c¨¦sped tres semanas: "Fue una pena, porque en mi debut jugu¨¦ muy bien, pero se junt¨® todo. Cuando eres extranjero y, yendo mal, el club hace un esfuerzo por ti y te lesionas lo pasas mal".
A pesar de las dificultades, Diego Pel¨¢ez est¨¢ "eternamente agradecido" a Managua FC por brindarle la oportunidad de jugar en Centroam¨¦rica. El gallego disfrut¨®, adem¨¢s, de la Liga de Campeones de la CONCACAF, competici¨®n en la que lograron que un club nicarag¨¹ense derrotara a un salvadore?o por primera vez. "El FAS es un equipo hist¨®rico de El Salvador. Todo el mundo pensaba que nos iban a golear, pero no fue as¨ª. Les eliminamos en penaltis. Fue inolvidable porque tengo 31 a?os y nunca hab¨ªa jugado un torneo internacional. Te sientes profesional", recuerda el gallego, quien se vio "sorprendido" por el nivel del f¨²tbol en Nicaragua: "Tengo la sensaci¨®n de que es un torneo que crece cada a?o. Todos los futbolistas son portentos f¨ªsicos. No paran de correr. T¨¢cticamente s¨ª que tienen que mejorar, porque hay mucho espacio entre l¨ªneas y eso convierte los partidos en un correcalles. Pero es una locura en la que tambi¨¦n es complicado jugar".
Diego Pel¨¢ez firm¨® un contrato de tres meses y, aunque Managua FC se mostr¨® interesado en extender su v¨ªnculo, el espa?ol decidi¨® dar por finalizada su aventura nicarag¨¹ense, la que le sirvi¨® para valorar a¨²n m¨¢s el m¨¦rito de futbolistas como su ya excompa?ero Pablo G¨¢llego, junto al que lleg¨® a vivir el paso del hurac¨¢n Iota: "?l tiene buenas palabras para m¨ª, y yo para ¨¦l. Cuando nos vimos se puso feliz porque ¨¦l lleva ya un tiempo all¨ª y est¨¢ adaptado, pero siempre es bonito coincidir con otro espa?ol. Pablo tiene un m¨¦rito incre¨ªble. Su capacidad de adaptaci¨®n a cualquier situaci¨®n es impresionante, y eso se valora poco pero es muy importante. Seguro que muchos jugadores de LaLiga no aguantar¨ªan ni dos d¨ªas en Nicaragua". El gallego disfrut¨® de sus partidos en el estadio Nacional de Managua, pero ya tiene la vista puesta en un nuevo desaf¨ªo: "No descarto quedarme en Espa?a. Si les digo a mi familia y a mi pareja que me voy otra vez fuera me matan".