El Leioa pone al Racing ante sus propias limitaciones
Los de Rozada fueron incapaces de dominar el choque y apenas pisaron el ¨¢rea rival. Los vascos, m¨¢s cerca de su mejor versi¨®n, tampoco generaron ocasiones
Fr¨ªo. Campo algo irregular y blando. Juego directo y muy f¨ªsico. Leioa, exterior noche. Bienvenidos al futbol del Grupo II de Segunda B. Tan l¨ªcito como el que se juega en otros lares, pero diferente. Para el Racing, desgraciadamente, pensar¨¢n sus seguidores, una especie de vuelta a los or¨ªgenes. Lejos de los tapetes verdes impecables sobre los que ahora se juega el f¨²tbol de ¨¦lite, lo de Sarriena es un poco recordar aquellos campos en los que se jugaba, especialmente en Segunda, en los setenta y ochenta del siglo pasado. Margaritas en primavera y lo que toque en invierno. Y eso que se nota que la S.D. Leioa se esmera en cuidar su hierba natural.
Hay qui¨¦n sostiene que un equipo grande, cuando visita a un modesto en su campo, no debe intentar contrarrestar las armas del local ni adaptarse al medio, que lo que debe hacer es algo as¨ª como decir: 'soy mejor que t¨² y lo voy a demostrar echando la pelota al pasto'. Pero eso no pasa, salvo excepciones como Xabi Alonso (su reino no es de este mundo) y su Sanse (que juega sin presi¨®n), los dem¨¢s se pasan la semana dando vueltas a como salir con vida de esos campos. Los diferentes entrenadores que ha tenido el Racing en la categor¨ªa lo hicieron para visitar al Izarra, al Astorga o al Arenas y Rozada lo ha hecho esta semana pensando en el Leioa y Sarriena. La inesperada baja de ?scar Gil por motivos familiares le oblig¨®, sin embargo, a alterar sus planes, pasando a Villapalos al centro de la defensa, pero manteniendo el plan inicial de rotar mucho: hasta siete cambios respecto al once que inici¨® contra el Barakaldo.
El arranque del partido fue, desde el punto de vista racinguista, la prolongaci¨®n del que jug¨® hace dos semanas en San Lorenzo. Sin poder imponer su juego, perdiendo m¨¢s que ganando en las disputas y jugando muy lejos de la porter¨ªa rival. El Leioa, con descaro ofensivo, en cuanto ten¨ªa la posesi¨®n buscaba a Mar?¨¦, profund¨ªsimo en la izquierda, o directamente a Mikel Pradera arriba, que tiene una habilidad especial para bajar balones colgados, aunque hoy tuviera que pelear con dos bigardos como Villapalos y Matic. Los de Rozada, que apenas eran capaces? de circular por dentro apostaron por el contragolpe, con balones largos a Cedric y, sobretodo, a Bustos. El m¨¢s incisivo del equipo. Junto a Ceballos que hizo da?o cunado se incorpor¨® por la derecha. Una ocasi¨®n clamorosa para cada equipo, un pase de la muerte de Bustos que no precis¨® cuando ten¨ªa tres compa?eros en el ¨¢rea chica y un remate franco, a la altura del punto de penalti, de Segado que lo mand¨® por encima de los ¨¢rboles, a Erandio.
En los ¨²ltimos minutos del primer tiempo Mantilla se li¨® un par de veces por su banda y gener¨® ciertas dudas en el equipo, mientras que Nana, hoy pivote defensivo, empez¨® a crecer en el partido y ayud¨® a que sus centrales vivieran m¨¢s c¨®modos. Incluso, empez¨® a encontrar por dentro a Solar y a Benktib, que siempre encontraron demasiado tr¨¢fico como para poder tocar a gusto.
La segunda mitad, con Soko ya en el campo, empez¨® con una contra clar¨ªsima de los c¨¢ntabros que marr¨® Cedric, rematando muy por encima del travesa?o. Con Mart¨ªn Solar pidiendo cada vez m¨¢s bal¨®n y Soko asustando por fuera, el partido comenz¨® a jugarse m¨¢s en cancha leioatarra. Y en esas estaba el partido, inclin¨¢ndose hacia el lado racinguista, cuando el Racing duda a la hora de despejar un bal¨®n, intenta sacarla en corto, se le va largo a Pablo Torre y Goti agarra un tremendo zapatazo que se fue dentro tras tocar en la cepa izquierda de la porter¨ªa de Iv¨¢n Crespo.
El gol dej¨® al Racing tocado y, aunque ya con Cejudo, Pablo Torre y Jon Ander en el campo, fue incapaz de tirar una sola vez a la porter¨ªa rival. Primera victoria de la temporada para el Leioa y cura de humildad para los racinguistas, que una vez m¨¢s no supieron mandar en un partido frente a uno de los modestos de la categor¨ªa. El empate no hubiera sido una aberraci¨®n entre dos equipos que apenas generaron (ni saques de esquina siquiera), pero esta vez la moneda sali¨® cara para los leioatarras, que estuvieron m¨¢s cerca de su mejor versi¨®n que los santanderinos.