100 d¨ªas viviendo peligrosamente
Koeman cumple este viernes su primera cifra redonda como entrenador del Bar?a. Su futuro, m¨¢s que por los resultados, puede pasar por acabar el proceso de renovaci¨®n en el equipo.
"En el Bar?a no est¨¢s tranquilo ning¨²n d¨ªa". Pues Ronald Koeman ya lleva cien. El 19 de agosto, s¨®lo cinco despu¨¦s del desastre de Lisboa, el club azulgrana anunci¨® un fichaje que, entre otras cosas, estaba cantado. Con Xavi descartado, y pese a los fuertes rumores que situaban a Pochettino en el Camp Nou por su estrecha relaci¨®n con el secretario t¨¦cnico, Ramon Planes, Bartomeu, en lo que intent¨® ser un ¨²ltimo truco para agarrarse al poder, oper¨® de manera similar a la secci¨®n de baloncesto (Jasekivicius) y trajo a un ¨ªdolo de la casa. No un ¨ªdolo cualquiera, el de Wembley.
Despu¨¦s de cien d¨ªas viviendo peligrosamente, Koeman no puede sonre¨ªr de manera abierta. No ha terminado noviembre y el Bar?a tiene casi perdida LaLiga. A nueve puntos del Atl¨¦tico de Madrid, no parece que su objetivo m¨¢s real a d¨ªa de hoy sea el t¨ªtulo, m¨¢s bien asegurar cuanto antes estar entre los cuatro primeros. Derrotado en Getafe y en el Wanda, y ante el Madrid en el Cl¨¢sico en el Camp Nou, y con tropiezos en el campo del Alav¨¦s o ante el Sevilla en casa, es el peor inicio liguero del Bar?a desde 1983, tiempos de plomo en el Camp Nou. En la Champions, sin embargo, todo ha ido sobre ruedas. En un grupo asequible, con dos peritas en dulce como Ferencvaros y Dinamo de Kiev; y con una Juventus algo venida a menos y sin Cristiano cuando los equipos se midieron en Tur¨ªn, ya est¨¢ clasificado para octavos de final y espera ser primero de grupo. Queda pendiente comenzar la Copa, y la Supercopa de enero en Arabia.
Koeman no us¨® la palabra revoluci¨®n a su llegada. Le gust¨® m¨¢s pronunciar "evoluci¨®n", porque es consciente de que no podr¨¢ romper con todo mientras Messi sea el l¨ªder y est¨¦ en el centro de la escena. Superado el episodio del burofax, lo ha mantenido como l¨ªder aunque, eso s¨ª, ha implementado alg¨²n cambio. El primero, el sistema. Koeman observ¨® a la distancia que el equipo se estaba cayendo f¨ªsicamente y no pod¨ªa sostenerse con un s¨®lo medio. Por eso escogi¨® el 4-2-3-1. Pese a que los malos resultados han puesto en cuesti¨®n un dibujo que siempre ha estado bajo sospecha en Can Bar?a desde la ¨¦poca de Robson, ¨¦l lo ha mantenido. El Bar?a, no obstante, ha sido un equipo que ha sufrido f¨ªsicamente y que no ha sabido volcar de su lado partidos en los que tuvo su momento (Getafe, Alav¨¦s...)
Los cien d¨ªas de Koeman han visto la dimisi¨®n del presidente que lo trajo, aunque ¨¦l se desmarc¨® pronto de la movida institucional ("hablo de lo que puedo controlar") y tambi¨¦n han tenido marejadas de vestuario. Tuvo que tragarse el marr¨®n de decir adi¨®s al mejor amigo de Messi en el vestuario, Su¨¢rez, y tambi¨¦n de imponer una nueva disciplina. Se llega antes a los entrenamientos, se trabaja m¨¢s fuerte y se han acabado ciertos privilegios. En este ¨²ltimo aspecto, sin embargo, ha respetado a las vacas sagradas. Busquets y Alba, que salieron tocad¨ªsimos de Lisboa, mantienen un estatus que se daba por perdido despu¨¦s del 2-8.
Adem¨¢s, hay tres aspectos que pueden tratarse de manera singular. Su relaci¨®n con Messi, aunque estrictamente profesional, parece correcta. Koeman es consciente de que el argentino sigui¨® a disgusto y que no se puede mirar para otro lado, pero tampoco generar un conflicto con el jugador. Ni rendirle pleites¨ªa. Por eso, de su d¨ªa a d¨ªa con el argentino se desprende cierta transparencia. Cada uno en su sitio y, si es posible, encontrar un bien com¨²n para el equipo. De la frialdad se ha pasado, al menos exteriormente, a cierto entendimiento. A Messi le est¨¢ costando, pero m¨¢s que una situaci¨®n an¨ªmica, de tristeza, parece pura impotencia futbol¨ªstica. Koeman lleva muchos a?os en el negocio y es consciente de que, m¨¢s all¨¢ de que decida seguir o no en Can Bar?a, necesita un Messi conectado, o al menos implicado con el grupo, para hacer cosas importantes este curso. Por eso le protege.
Lo mejor de Koeman ha sido su apuesta por los j¨®venes. Especialmente, y a lo grande, con Pedri, a quien ha dado galones con 17 a?os cuando el canario no sab¨ªa ni llegar a la Ciutat Esportiva, ni hab¨ªa pisado un club tan complejo en una ¨¦poca s¨ªsmica, preelectoral y de inestabilidad absoluta. Y le ha funcionado. Tambi¨¦n dio rienda suelta a Ansu hasta que cay¨® lesionado y se ha cre¨ªdo a Dest desde el principio. El partido de Kiev le demostr¨® que Ale?¨¢, Mingueza o los mismos Riqui y Konrad tambi¨¦n pueden tener su momento. Si Koeman se para a pensar, la apuesta con los j¨®venes continuar¨¢. Porque mientras entrenadores como Luis Enrique, Valverde o Seti¨¦n estaban supeditados a los resultados, a ¨¦l no le pide ganar. O, al menos, no se le pide de manera prioritario. Lo que le pide el socio es que haga el cambio.
Directo, y a veces hasta seco en sala de prensa, Koeman ha tenido alg¨²n desplante cuando se le han cuestionado ciertos gestos en el banquillo; o cuando se han cuestionado relaciones entre los jugadores en el vestuario ("chorradas"). Pero su mayor enfado no ha sido con personas sino con una m¨¢quina, la del VAR. El holand¨¦s se sinti¨® perjudicado en los partidos contra el Sevilla, Getafe y explot¨® contra el Madrid. La salida de tono le mereci¨® un expediente que a¨²n no se ha resuelto y que cuenta para ¨¦l con el peligroso precedente de los cuatro partidos a ?lvaro Cervera.
Para los m¨¢s incr¨¦dulos, Koeman, que ha decidido no perder el tiempo entrando en asuntos electorales y se ha encerrado en el vestuario, ya llegar¨¢ a Navidad salvo milagro. Y ah¨ª espera su regalo. Despu¨¦s de un mercado frustrante en septiembre y octubre, conf¨ªa en que el nuevo presidente d¨¦ el visto bueno, despu¨¦s de las elecciones del 24 de enero, al fichaje de Eric Garc¨ªa y Memphis Depay. A Koeman se le qued¨® corta la plantilla desde el principio. Y ahora el asunto se ha agudizado por las lesiones de Piqu¨¦, Sergi Roberto y Ansu, por no hablar de Umtiti, lesionado cr¨®nico. Ser¨¢ un ejercicio interesante ver d¨®nde est¨¢ Koeman dentro de cien d¨ªas. De momento, casi ni llega al aprobado por resultados. Pero el runr¨²n es que la calle respalda su giro en la manera de hacer las cosas, sus ganas de hacer un nuevo Bar?a. En ¨¦l ve la gente cierto aire de renovaci¨®n, un olor a nuevo que se hac¨ªa imprescindible en el Bar?a.