GRUPO E | KRASNODAR 1-SEVILLA 2
Munir recuerda a Europa que el Sevilla nunca se rinde
Rakitic, con un golazo, adelant¨® al Sevilla, que sufri¨® despu¨¦s del empate de Wanderson para el Krasnodar. El delantero hispanomarroqu¨ª sell¨® el pase a octavos en el 95'.
Nada, que no hay manera. No se sabe qu¨¦ m¨¢s tiene que hacer el Sevilla, especialmente en Europa, para que sus rivales se enteren de que si lo dejan con un hilo de vida, lo aprovechar¨¢. El "nunca se rinde" elevado a la m¨¢xima potencia. En un partido en el que los de Lopetegui se hab¨ªan encargado de complicarse ellos solitos, volvi¨® a aparecer la mal llamada suerte del Sevilla. Ese halo de grandeza generado por la elevada calidad de sus futbolistas que hizo que, en esta ocasi¨®n, fuera Munir quien sellara el triunfo en el 95. A octavos con dos jornadas de sobra. Quien quiera, que tome apuntes.
Y el caso es que nadie pensaba que hubiera que recurrir a la ¨¦pica. El gol de Rakitic a los cuatro minutos fue el pre¨¢mbulo ideal para una primera mitad en la que el juego colectivo del Sevilla roz¨® la perfecci¨®n. Le falt¨® ampliar la ventaja en alguno de los remates que Kound¨¦ y Diego Carlos desperdiciaron, pero ninguno se acerc¨® al excelso golpeo del dorsal n¨²mero 10 del Sevilla. A bote pronto, desde la frontal e imposible para Gorodov.
El gol hab¨ªa llegado tras una internada de Ocampos por la derecha, banda en la que estaban todas las dudas del Sevilla por la ausencia de Jes¨²s Navas. Y Lopetegui tir¨® por la calle del medio a la hora de resolver el problema. Ni Kound¨¦ de lateral ni Ocampos de carrilero, sino las dos opciones, la de jugar como de costumbre o con tres centrales, seg¨²n lo fuese requiriendo el juego. El plan no pudo funcionarle mejor a Lopetegui, puesto que los jugadores del Krasnodar persegu¨ªan sombras y s¨®lo se acerdaban al ¨¢rea de Vaclik cuando los sevillistas comet¨ªan alguna p¨¦rdida absurda en zonas comprometidas.
Nada presagiaba que el Sevilla pudiera complicarse la vida en la segunda mitad, pero vaya si lo hizo. Los regalos comenzaron a producirse m¨¢s cerca del ¨¢rea de Vaclik de manera absurda. As¨ª, Gudelj pec¨® de una incomprensible suficiencia y regal¨® el bal¨®n a Cabella para que su mano a mano fuera salvado bajo palos por Kound¨¦. Asust¨® De Jong con un buen remate pero el viento hab¨ªa cambiado y Wanderson aprovech¨® para hacer el empate en una jugada en la que el Sevilla defendi¨® con la mirada. De la primera parte perfecta a la incomparecencia en la segunda.
Y esos son los problemas que un entrenador debe arreglar. Incluso el de quedarse sin lateral izquierdo por la lesi¨®n de Escudero y tener que improvisar con Rekik. Lopetegui quem¨® las naves, meti¨® velocidad con Idrissi y En Nesyri y dio el mano a ?liver. Acept¨® el intercambio de golpes sabedor de la calidad de los suyos y de la grandeza del Sevilla. Y Munir le dio la raz¨®n. A octavos de la Champions por la v¨ªa r¨¢pida. A otra cosa.