La resurrecci¨®n de G?tze

Mario G?tze toc¨® el cielo el 13 de julio de 2014. Pero como m¨¢s alto no se puede subir, empez¨® a bajar y no se detuvo. Comenzar tu declive con 24 a?os debe ser muy duro, pero ahora est¨¢ volviendo a ver la luz gracias a el humildad y el esfuerzo diario en Holanda.

Despu¨¦s de aquel gol en Brasil, volvi¨® al Bayern sin ser el mismo. Los ecos retumbaron una temporada m¨¢s (15 goles en 48 partidos de la 2014-15), pero hasta ah¨ª llegaron. Las lesiones tampoco ayudaron, eso est¨¢ claro. Desde el verano de 2015 hasta el de 2020 se perdi¨® 78 partidos por problemas f¨ªsicos. Ni reencontrarse con Reus, Hummels y dem¨¢s, aquellos con quienes deslumbr¨® en 2013, consiguieron que recuperase su nivel.

Tras estar todo el verano sin equipo, fich¨® el ¨²ltimo d¨ªa de mercado una oferta del PSV. Sorprendi¨® a todo el mundo, no se le cayeron los anillos por ir a una liga menor para intentar recuperar su mejor nivel. ?l mismo reconoci¨® que Roger Schmidt, compatriota suyo y ahora en el banquillo de Eindhoven, ayud¨® a convencerle definitivamente. Ahora, siendo titular indiscutible y haciendo goles, ha entendido que a veces es necesario dar un paso atr¨¢s para despu¨¦s dar dos hacia delante. Joachim L?w, seleccionador al que hizo campe¨®n del mundo, no le pierde de vista.

"He estado en contacto constante con Mario en las ¨²ltimas semanas. Estoy feliz de que haya empezado tan bien en el PSV. Est¨¢ fresco, ¨¢gil y parece feliz. No lo perderemos de vista, eso est¨¢ claro", dijo L?w en este par¨®n de selecciones en Sportbuzzer. "Llev¨® el gol de la final como una carga demasiado pesada. Todos en Alemania estaban atentos a ¨¦l. Desde mi punto de vista, tom¨® la decisi¨®n correcta empezando de cero fuera de la Bundesliga".

La demostraci¨®n de que la vida da segundas oportunidades. En su mano estar¨¢ aprovecharla y, volviendo a crecer como futbolista, no detenerse hasta volver a ser uno de los mejores mediapuntas del mundo o que se quede en un intento de resurrecci¨®n m¨¢s, de aquellos tantos que tuvo Kak¨¢.