Cien a?os del blanquivioleta Delibes
El Real Valladolid homenajea al hist¨®rico autor, fallecido hace una d¨¦cada, y cuyo centenario del nacimiento se cumple este s¨¢bado.
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El debate sobre si algunos eventos son cultura o no es m¨¢s viejo que el fuego. Hay quien denosta a los toros y los aparta de ese concepto, olvidando que Federico Garc¨ªa Lorca y otros tantos fueron pasionales de ellos. Con el f¨²tbol ocurre lo mismo, como si no contara con cronistas de la talla de Eduardo Galeano o de Miguel Delibes, fallecido hace una d¨¦cada. El autor vallisoletano, que hoy s¨¢bado cumplir¨ªa cien a?os, era hincha confeso del Real Valladolid, quien no se ha olvidado de conmemorar su nacimiento con un homenaje a trav¨¦s de sus canales oficiales.
Al d¨ªa siguiente de que el club echara el cerrojo a Zorrilla, el pasado 12 de marzo, se cumpli¨® una d¨¦cada de su fallecimiento. Dos d¨ªas m¨¢s tarde, el estadio rindi¨® un sentido recuerdo en forma de silencio atronador, porque s¨ª, el silencio tambi¨¦n puede estallar en ruido. Pocas veces se oy¨® tanto como en los proleg¨®menos del choque frente al Real Madrid. Enmudecieron todos los aficionados que poblaban las gradas al ver volar la paloma que solt¨® su nieto. Se sinti¨® la marcha, que dir¨ªa aquel, de "uno de los nuestros".
?Porque Don Miguel era futbolero y blanquivioleta. As¨ª lo atestiguaban sus propias palabras. "Yo creo que mi primera afici¨®n deportiva, asumida como pasi¨®n, como aut¨¦ntica pasi¨®n desordenada, fue el f¨²tbol. Esto quiere decir que yo fui hincha antes que aficionado. Antepon¨ªa al espect¨¢culo el triunfo de mi equipo, el Real Valladolid Deportivo", escribi¨® en 'Una larga carrera de futbolista', texto inserto en 'Mi vida al aire libre'.
Para ¨¦l, desde peque?o, el f¨²tbol "estaba en todas partes, lo impregnaba todo, era casi como un Dios: una presencia constante". Tal fue as¨ª que jug¨® hasta los 45 a?os, primero de delantero y de portero al final. Como escritor y como periodista tambi¨¦n dedic¨® tiempo a su pasi¨®n, por ejemplo, en 1982 cuando public¨® muchos de sus art¨ªculos sobre el balompi¨¦ en 'El otro f¨²tbol'. Al Real Valladolid se lig¨® mucho antes, en 1929, un a?o despu¨¦s de su creaci¨®n, y ejerci¨® como cronista, por ejemplo, en los a?os 50, como recogi¨® esa obra del a?o mundialista.
Padeci¨® y disfrut¨® con los colores blanco y violeta incluso en Tercera, al tiempo que su obra literaria comenzaba a brillar o que, por ejemplo, reflexionaba sobre c¨®mo un descenso a Segunda relanz¨® una campa?a de abonados o sobre c¨®mo el f¨²tbol hab¨ªa cambiado de lo espont¨¢neo a algo m¨¢s t¨¢ctico. En 1978, se rebel¨® contra las vallas que separaban el c¨¦sped de las gradas y dej¨® de acudir al viejo Zorrilla, aunque no abandon¨® a su coraz¨®n. Desde el sof¨¢ de casa sigui¨® animando a 'su' Pucela.
Vivi¨®, en fin, los cambios del f¨²tbol moderno, a los que aludi¨® en diferentes art¨ªculos. Adem¨¢s, caricaturiz¨® en El Norte de Castilla a muchos de los jugadores de la ¨¦poca, con lo que llamaba "monos futbol¨ªsticos". Aunque abandon¨® la pasi¨®n inicial por la condici¨®n de aficionado, no dej¨® nunca de lado el terru?o, fotograf¨ªa tantas veces sacada de la Castilla de anta?o. Como para ¨¦l fue el f¨²tbol, cien a?os despu¨¦s de su nacimiento es una presencia constante. Tambi¨¦n ligada al f¨²tbol.