Un Madrid que invita al p¨¢nico
Un C¨¢diz fant¨¢stico gana por primera vez en su historia en feudo blanco. Decidi¨® un gol de Lozano. Naufragio defensivo y ofensivo del equipo de Zidane. Ramos se lesion¨®.
Mientras hac¨ªa el equipaje para el Himalaya (Europa y el Cl¨¢sico) al Madrid se le olvid¨® el C¨¢diz, que result¨® no ser lo que le pareci¨®. El grupo de ?lvaro Cervera se mostr¨® como un equipo estupendo, tan ordenado como atrevido. Fue imposible advertir que se trataba de un reci¨¦n ascendido. Y en el Madrid qued¨® la impresi¨®n de que la falta de gol ha derivado en met¨¢stasis: defendi¨® mal, no cre¨® nada y arriba sigui¨® en blanco. Un eclipse total que pone a la afici¨®n en lo peor cuando ya suena de fondo el himno de la Champions.
Un Madrid que invita al p¨¢nico
Los hermanos Fern¨¢ndez, Nacho y Alex.
Lozano marca el 0-1 al Real Madrid.
Ocasi¨®n de Vin¨ªcius.
Gol anulado a Jovic, por fuera de juego de Benzema que le dio el ¨²ltimo pase.
Saben Zidane y el planeta entero que por las ventanas FIFA se escapan insospechadamente puntos, heridas de oto?o que duelen en primavera. Este par¨¦ntesis se llev¨® por delante a Odegaard, que empezaba a ir a cola de pelot¨®n, y carg¨® las piernas de casi una docena. As¨ª que el franc¨¦s opt¨® por una alineaci¨®n geogr¨¢fica: se quedaron fuera los tres que cruzaron el Atl¨¢ntico, tradicionalmente los m¨¢s afectados por el Virus FIFA, claramente estacional. Y retom¨® el casting de la banda derecha, donde muchos pasan y nadie se queda. La plaza parece reservada para Asensio, eterno emergente pero al que las lesiones no le permiten despegar. As¨ª que esta vez le toc¨® a Lucas V¨¢zquez, por delante de Nacho, dos madridistas nativos, dos jugadores sin m¨¢rketing pero con un alto sentido del deber.
Un C¨¢diz osado
A ?lvaro Cervera no le arrug¨® la historia, que habla de unos cuantos revolcones del C¨¢diz en sus visitas a Madrid, e inici¨® la faena en los medios: junt¨® a Negredo, veterano de tantas guerras, y 'Choco' Lozano, dos cazadores, m¨¢s ?lex Fern¨¢ndez, su todocampista de cabecera, que se fue a la izquierda a enemistarse con su hermano. El duelo tuvo su guasa.
El once del Madrid le hizo un hueco a Isco, un futbolista cuyo puesto no existe en la geometr¨ªa cl¨¢sica de Zidane. Por eso entra y sale. O sale m¨¢s que entra, para ser exactos. Y es que en los ¨²ltimos tiempos se ha apreciado un punto de desilusi¨®n en su juego. Un viaje del arte mayor al menor que le ha sacado incluso de la Selecci¨®n y que no ha invitado al t¨¦cnico a cambiar el dibujo en su favor. Ahora anda sin magia ni gracia.
El gol de Lozano
Ese aire distra¨ªdo tambi¨¦n lo ofreci¨® de salida el Madrid. Uno de esos arranques tontorrones que con su falta de p¨®lvora actual le complican luego extraordinariamente los partidos. Antes del primer cuarto de hora Ramos sac¨® muy cerca de la l¨ªnea un remate de Negredo que entraba; Courtois fue una buena pantalla ante Lozano y le hizo un parad¨®n a Cala; Negredo pifi¨® dos cabezazos en ventaja... Y al final, aquella fiebre amarilla acab¨® con un remate sutil de Lozano ante Courtois, al que se le hab¨ªan acabado los milagros. Un gol que establec¨ªa la diferencia entre un equipo ausente y otro omnipresente. Y una prueba de que el efecto barrera que impone Casemiro es imprescindible en el Madrid y de que el pretendido blindaje defensivo del equipo se ha quedado en los huesos. Los de ambos brazos de Courtois, concretamente, que salv¨® muchas y pifi¨® una sin consecuencias.
Lo que vino despu¨¦s fue previsible. Un arranque en cuesta del Madrid con Modric como ¨²nico remolque. Demasiada tarea para un solo futbolista que antes del descanso no le llev¨® al ¨¢rea de Ledesma: Isco no filtr¨® pases, Vinicius no fue ni osado, Benzema result¨® una sombra fucsia y Lucas V¨¢zquez no ofreci¨® demasiados progresos ante un rival trabajad¨ªsimo en el repliegue. Un C¨¢diz lleno de gente de orden y con instinto asesino en los contragolpes que cerr¨®? probablemente los mejores 45 minutos de su historia ante el Madrid. Al otro extremo, el equipo de Zidane, en su peor rato en meses con el agravante de la lesi¨®n de Ramos tras propinar un rodillazo a Lozano. Tampoco pudo seguir el hondure?o.
Cambios sin cambio
Visto el desastre, Zidane se despoj¨® de la diplomacia y el politiqueo. Cuatro cambios en el descanso, un temblor in¨¦dito: Casemiro y Valverde para cambiar el motor, Asensio para volver a volar y Militao como parche de Ramos. Y en el cuarto de hora final, Jovic, al que compraron como goleador de segunda instancia para partidos as¨ª.
Pero la reacci¨®n l¨®gica del Madrid pill¨® avisado al C¨¢diz, protegid¨ªsimo en dos l¨ªneas muy juntas y con pocas fisuras. Hab¨ªa sabido atacar en las maduras y tambi¨¦n sab¨ªa defender en las duras.
Tuvo dos Vinicius, m¨¢s emprendedor en la segunda mitad, y se le fueron. Es costumbre. En la carga final, con el Madrid buscando los espacios que no exist¨ªan en el juego interior, le anularon un gol a Jovic por fuera de juego de Benzema, que estrell¨® poco despu¨¦s un bal¨®n en la madera. Sucedi¨® en un final nervioso, con m¨¢s empuje que claridad, y en el que resisti¨® con solvencia el C¨¢diz, que suma tres victorias en tres salidas (y la primera de su historia en feudo blanco) mientras el Madrid desafina a las puertas de los grandes conciertos.