Kepa se sentencia a s¨ª mismo
El portero volvi¨® a acabar se?alado en el empate del Chelsea. Encaden¨® varios errores, uno de ellos grosero, que le costaron dos puntos a su equipo.
Qu¨¦ dif¨ªcil es hacer una defensa del papel de Kepa en la selecci¨®n o en el Chelsea cuando se le ve jugar de esta forma. Con la moral comida, el rendimiento por los suelos y el futuro, si mantiene esta tendencia, seguramente hipotecado, el portero espa?ol no deber¨ªa seguir, ni un minuto m¨¢s, en Londres. Por su bien y por el del equipo. Nuevo partido floj¨ªsimo del ex del Athletic de Bilbao, que, inmerso en un pozo del que parece no poder salir, encaden¨® varios errores, uno de ellos grosero, que le costaron dos puntos a su equipo.
Es cierto que la defensa de los blues es de todo menos un muro y que parece que a Lampard solo le importa lo que se haga de mediocampo para arriba, pero, a la hora de la verdad, el se?alado es Kepa. Y tampoco falta raz¨®n. Con Mendy lesionado, hoy era la oportunidad del portero m¨¢s caro de la historia para reivindicarse y demostrar que pod¨ªa darle la vuelta a la situaci¨®n, pero nada m¨¢s lejos de la realidad.
Su actuaci¨®n, de hecho, ensombreci¨® un aut¨¦ntico partidazo de Werner, para el que deber¨ªa estar dirigidos todos los focos hoy. Un golazo y¨¦ndose de todo el mundo y otro, con sombrerito incluido al portero para terminar rematando de cabeza, encarrilaban los tres puntos para un Chelsea que se medir¨¢ esta semana al Sevilla en la Champions League.
Pero los saints, que es cierto que nunca le perdieron la cara al partido, recortaron distancias primero regateando a Kepa y, m¨¢s tarde, empataron con un tanto en el que el espa?ol inexplicablemente no toca la pelota. La concatenaci¨®n de desprop¨®sitos en la jugada es tal que resulta imposible de describir y resulta, para los que creen que Kepa es mucho m¨¢s de lo que se ve ahora de ¨¦l, casi embarazosa.
Consiguieron los blues adelantarse de nuevo con otra buena jugada de Werner, que ya marca diferencias, y que rematar¨ªa al fondo de la red Havertz, pero, en los ¨²ltimos compases, un disparo manso cuanto menos de Walcott termin¨® en el fondo de la red para sellar un empate preocupante.