Adri¨¢n San Miguel, se?alado en el hist¨®rico bofet¨®n al Liverpool
El equipo de Klopp, que sufri¨® la mayor derrota de su estancia en la Premier, tuvo un d¨ªa gris y sufri¨® una goleada hist¨®rica en el Villa Park.
Por no ir, no iban vestidos ni de rojo. El ¨²nico rastro reconocible del todopoderoso Liverpool reciente campe¨®n de Europa y vigente campe¨®n de la Premier estaba oculto, en gris sobre fondo negro, en la parte superior izquierda del pecho. Un escudo de luto por el peor partido desde que J¨¹rgen Klopp tom¨® las riendas de un equipo que es historia viva de este deporte, pero que hoy lo fue tambi¨¦n de la historia negra. Siete goles, y dando gracias de que no fuesen diez, encajaron ante el Aston Villa, un equipo que, si bien es verdad que ha ganado sus otros dos partidos esta temporada, la anterior luch¨® hasta la ¨²ltima jornada para evitar el descenso. Una cat¨¢strofe que no ten¨ªa lugar desde hac¨ªa 57 a?os.
El primero que sale en la foto, aunque no se salva nadie, es, tristemente, Adri¨¢n San Miguel. Mala fortuna para el portero espa?ol, que cuaj¨® un partido terrible en sustituci¨®n de Alisson. A los tres minutos ya hab¨ªa regalado un bal¨®n de forma incomprensible para el primer gol de Watkins, que termin¨® convirti¨¦ndose en el primer jugador en marcarle un hat-trick al Liverpool en los ¨²ltimos diez a?os.
A su festival se uni¨® Grealish, jugador al que pretend¨ªa el Manchester United entre otros pero que ha renovado con los villanos y que firm¨® dos goles y dos asistencias en los siete que le endosaron los suyos al vigente campe¨®n. El ansia con el que iban cada vez a por m¨¢s para hundir a los reds resultaba casi sangrante, pues la imagen que transmit¨ªan los visitantes, que intentaron reaccionar con dos tantos de Salah, era bastante preocupante.
Otro que marc¨® fue Ross Barkley, que debutaba adem¨¢s tras ser cedido por el Chelsea y que no pudo aterrizar en mejores circunstancias en su nuevo equipo, que parece que ha empezado la temporada con un pie inmejorable. Klopp, al finalizar el partido, solo pudo acercarse a Dean Smith, soltar un lac¨®nico ¡®Guau¡¯ y mostrarle su respeto por el partidazo de sus hombres con un deportivo choque de pu?os.