?Qu¨¦ fue de Cristiano Lucarelli? El goleador del pu?o en alto
"Es dif¨ªcil ser livorn¨¦s y no ser de izquierdas", lleg¨® a decir el m¨ªtico delantero 'amaranto', que se crio en la ciudad fundacional del Partido Comunista Italiano.
Hablar de Cristiano Lucarelli es hablar de Livorno. Y hablar de Livorno es hablar de una ciudad portuaria que vio nacer al Partido Comunista Italiano (PCI) en 1921 y que es todo un s¨ªmbolo antifascista. Por eso, para Lucarelli (Livorno, Italia, 04/10/1975), que creci¨® en el arrabal del Shang¨¢i, uno de los barrios m¨¢s duros de la ciudad, lo natural era ser de izquierdas. Y, por eso, quiz¨¢s, ense?ar una camiseta con la efigie de Ernesto Che Guevera ¡ªuno de los ide¨®logos y comandantes de la Revoluci¨®n Cubana¡ª durante la celebraci¨®n de un gol con la selecci¨®n italiana Sub-21 a Lucarelli le pareci¨® algo que estaba dentro de lo normal.?
Para el resto de Italia, y parte del mundo, no. Ver a uno de los grandes j¨®venes talentos italianos levantarse la azzurra?y mostrar una imagen del m¨ªtico guerrillero argentino arm¨® un gran revuelo. Desde aquel d¨ªa, los hinchas de su entonces club Juventude Crociata, de ideolog¨ªa de ultraderecha, le dedicaron c¨¢nticos anim¨¢ndole a abandonar el equipo. "No te queremos m¨¢s" o "Lucarelli, comunista, vu¨¦lvete a Livorno", fueron algunos de ellos. Hasta en el primer partido 'posChe' mostraron una pancarta que dec¨ªa: "Humillados en toda Italia... Gracias". Tambi¨¦n existe el extendido mito de que Cristiano Lucarelli no volvi¨® a jugar con Italia tras ese gesto, pero eso, como ocurre a veces en las buenas historias, nada tiene que ver con la realidad. El icono futbol¨ªstico de la izquierda ¡ªexiste una camiseta edici¨®n limitada de la marca valenciana 198 con la denominaci¨®n?'partigiano Lucarelli'¡ª es el protagonista de una de las m¨¢s bonitas historias de amor que ha dado el f¨²tbol. Un amor rojo. Rojo amaranto.
Por qu¨¦ una camiseta con la efigie del 'Che' Guevara
En Livorno, Lucarelli era un chico como todos los dem¨¢s. Hijo de familia obrera, con un padre, Maurizio Lucarelli, militante del PCI y trabajador del puerto, el peque?o Cristiano creci¨® asistiendo al Armando Picchi, el estadio en el que juega el equipo de la ciudad. All¨ª, en la curva (fondo) norte es habitual que convivan banderas antifascistas, pancartas con la cara del Che Guevara, banderas de Cuba e incluso, actualmente, alguna que otra ikurri?a y/o?estelada. Tambi¨¦n es bastante normal que la hinchada entone la?Bandiera Rossa (Bandera Roja) ¡ªcanci¨®n popular italiana usada como himno de comunistas y socialistas italianos¡ª o Bella Ciao ¡ªusada como s¨ªmbolo de la resistencia antifascista por parte los partisanos¡ª.?
Y as¨ª, bebiendo de la grada del Armando Picchi y amando al Livorno, se fue formando un delantero letal que con 17 a?os fich¨® por la Cuoiopelli de la Serie D,?en la vecina Pisa, por dos millones de liras (1.030 euros). Despu¨¦s, lo compr¨® el Perugia, por un precio diez veces mayor de lo que le cost¨® a la Cuoiopelli. En su nuevo equipo apenas juega siete partidos en dos temporadas y acaba abandonando el club con rumbo al Cosenza. Entonces, jugando en la Serie B, explot¨®: meti¨® 15 goles y acudi¨® a los Juegos Ol¨ªmpicos de Atlanta 1996.?
Cuando regres¨® de la ciudad estadounidense ¡ªcayeron en primera ronda¡ª firm¨® por el Padova, tambi¨¦n la Serie B. Con 20 a?os, Lucarelli era uno de los talentos italianos m¨¢s prometedores y un trotamundos que todav¨ªa no hab¨ªa podido jugar en su casa, Livorno, como local. Hasta que el 27 de marzo de 1997 lo hizo. Eso s¨ª con Italia Sub-21, en un partido ante Moldavia. Pero daba igual. El Armando Picchi, con sus amigos en la grada, le recibi¨® por todo lo alto y durante el choque lleg¨® su gran momento: bal¨®n?de Francesco Totti que Lucarelli controla y manda al fondo de la red. Gol. La afici¨®n enloqueci¨®. Y el joven Cristiano tambi¨¦n. Se subi¨® a una valla publicitaria, se levant¨® la azzurra y ah¨ª estaba: una camiseta con la efigie del Che Guevara y el lema 'El Livorno es una fe y los ultras sus profetas'.
"Mi intenci¨®n no era hacer algo pol¨ªtico, aunque es evidente que sab¨ªa qui¨¦n era el Che y qu¨¦ representaba. Pero era un gesto de amor para mi gente, para mis amigos que estaban en la grada", explicaba Lucarelli en el libro?'Futbolistas de izquierdas' ¡ªque posee el relato en castellano m¨¢s completo sobre el '99' amaranto¡ª, del periodista?Quique Peinado. El propio presidente de la Federaci¨®n italiana as¨ª lo entendi¨® en aquel entonces: "Si el s¨ªmbolo de los ultras hubiera sido el Papa, habr¨ªa sacado una camiseta con su cara".
La imagen arm¨® un gran revuelo, pero la leyenda de que nunca volvi¨® a vestir la azzurra es s¨®lo eso: una leyenda. Despu¨¦s de aquello, Lucarelli jug¨® nueve encuentros con la Sub-21 e incluso gan¨® el oro en los Juegos del Mediterr¨¢neo de Bari 1997.?
Serie A y un breve paso por Espa?a antes de cumplir su sue?o
En la temporada 1997-98, Lucarelli lleg¨® a la Serie A al desembarcar en la?Atalanta. All¨ª marc¨® uno de sus mejores goles: sombrerito a Liliam Thuram y volea para batir a Buffon, que defend¨ªa la porter¨ªa del Parma. Con 1,88 metros de altura y una gran eficacia, el delantero livorn¨¦s fich¨® por el Valencia en la 1998-99. Su paso por la Liga espa?ola fue un fracaso: apenas tres goles en una temporada en la que el conjunto che gan¨® la Copa.
As¨ª, Lucarelli vuelve a hacer las maletas y regresa a la Serie A. En el Lecce marca 15 (1999-00) y 12 goles (2000-01), logrando la permanencia?de los suyos en su ¨²ltimo partido. Durante todos estos a?os, su equipo sigue siendo el Livorno, que pena por la Serie C y D, y al que observa de lejos con la esperanza de que alcance la Serie B para poder defender la camiseta de sus amores.?
En la campa?a 2001-02, Lucarelli firm¨® por el Torino, con el que marc¨® nueve goles en liga. Y en la 2002-03, el Livorno sube a Serie B. El delantero pide a su agente, Carlo Pallavicino, ir al equipo de su ciudad, pero el compromiso con su equipo actual lo impide. As¨ª, Lucarelli pasa la temporada 2002-03 con el cuerpo en el Torino y la mente en Livorno. Finalmente, en el verano de 2003 sale cedido al equipo amaranto. Se va a la B, pero a cumplir su sue?o de ni?o.?
"Esa bola, la de jugar en el equipo que llenaba su coraz¨®n, iba creciendo y era imposible de frenar", explicaba su padre. Aquella temporada, la 2003-04, fue la primera en la que luci¨® en la espalda su legendario dorsal 99, n¨²mero elegido en honor a la fecha de fundaci¨®n de la Brigate Autonome Livornesi (Brigada Aut¨®noma Livornesa), grupo ultra del Livorno cuyo escudo lleva tatuado en el antebrazo Lucarelli. ?El resultado? 29 goles en 43 partidos y un glorioso ascenso a Serie A.?
Otros futbolistas se compran Ferraris o yates...
Despu¨¦s de su temporad¨®n en la Serie B, el Torino ofrece dos millones de euros al Livorno para recomprar sus derechos y un contrato de larga duraci¨®n de m¨¢s de medio mill¨®n de euros. Mil millones de liras en total. Pero Lucarelli iba a jugar en la m¨¢xima categor¨ªa del calcio con el equipo de su vida, y eso todo lo puede. Su agente contar¨ªa posteriormente en el libro 'Tenetevi il Miliardo' ('Quedaos con? los mil millones') aquella decisi¨®n del delantero, que calific¨® de "irracional". Como cualquier amor. En dicha publicaci¨®n est¨¢ la frase m¨¢s famosa de Lucarelli: "Otros futbolistas se compran Ferraris o yates. Yo me compr¨¦ la camiseta del Livorno".
As¨ª, feliz en el Armando Picchi, vivi¨® sus mejores a?os: marc¨® 24, 19 y 20 goles en la Serie A con la camiseta amaranto en la 2004-05, 2005-06 y 2006-07, ¡ªcasi¡ª todos?celebrados con el pu?o en alto y dedicados a los suyos, su afici¨®n. En esta ¨¦poca regresa, por fin, a la Selecci¨®n. Lo hace en 2005, tras ser el m¨¢ximo goleador de la Serie A. El capocannoniere se qued¨® a un tanto de la Bota de Oro europea ganada por Forl¨¢n (Villarreal) y Henry (Arsenal).
Por supuesto, tambi¨¦n es la mejor ¨¦poca de la historia del Livorno, cuya afici¨®n, en su estreno en la Serie A, saca una pancarta que dice 'Escapa Silvio, llegan los livorneses'. Berlusconi era entonces Primer Ministro y presidente del Milan y representaba todo lo que un livorn¨¦s odiaba.
Todo iba bien, hasta el equipo amaranto particip¨® en la Copa de la UEFA 2006-07. Livorno y Lucarelli eran uno, se quer¨ªan por encima de todas las cosas. Pero se les rompi¨® el amor, que dec¨ªa Roc¨ªo Jurado, quiz¨¢s de tanto usarlo. Cristiano dej¨® el equipo en 2007 despu¨¦s de fuertes desavenencias con la grada que tanto le quiso. Se fue al Shakhtar Donetsk por nueve millones de euros.
Unos cuantos trotes m¨¢s antes de saltar al banquillo
Lucarelli dur¨® seis meses en Ucrania (ocho goles en 21 partidos) y regres¨® a su h¨¢bitat: el calcio. En enero de 2008 fich¨® por el Parma y en 2009, solamente a?o y medio despu¨¦s, pidi¨® que le cediesen al Livorno. "Cuando te peleas con tu suegra, no te separas de tu mujer", explic¨® el 99 amaranto en 'Futbolistas de Izquierdas'. Aquella temporada, a pesar del descenso del equipo portuario, Lucarelli y todo Livorno se reconciliaron. Se despidi¨® el 9 de mayo de 2009, march¨¢ndose del campo, con el brazalete puesto, y saludando a la Curva Norte y el resto de grupos de afici¨®n mientras estos entonaban el Bella Ciao.?
Cristiano sigui¨® jugando dos a?os m¨¢s en el N¨¢poles con una aportaci¨®n bastante escasa. Se retira en el verano de 2012 y acepta la oferta del presidente del Parma para entrenar al equipo juvenil.?Despu¨¦s llegaron Perugia, Esperia Viareggio, Pistoiese, Tuttocuoio, Messina, Catania y, por supuesto, Livorno. Se puso al frente del banquillo del equipo de sus amores en julio de 2018, pero fue destituido en noviembre de ese mismo a?o debido a los malos resultados.
Lucarelli no ha perdido sus ideales en este tiempo. Cuando era entrenador del Mesina defendi¨® a los futbolistas de su plantilla, que no cobraban, y su derecho a la huelga. "No lider¨¦ ning¨²n mot¨ªn, me puse de lado de mis jugadores que no cobraban y fueron a la huelga. Es su derecho", explic¨® en su cuenta oficial de Twitter despu¨¦s de que un medio de comunicaci¨®n titulara con que el entrenador livorn¨¦s hab¨ªa liderado la revuelta contra el presidente del equipo.
Y es que, como dijo ¨¦l mismo, "es dif¨ªcil ser livorn¨¦s y no ser de izquierdas". Est¨¢ por ver si la historia de amor entre el Cristiano rojo y el Livorno suma un nuevo cap¨ªtulo en el futuro.