El reinado ser¨¢ largo
El Bayern ya lleva cuatro copas en 2020. De la mano de Hansi Flick y con jugadores como Kimmich, Gnabry, Goretzka y San¨¦ puede marcar un ciclo.

El Bayern sufri¨®, por primera vez en mucho tiempo, pero volvi¨® a triunfar. Ya van cuatro copas en este at¨ªpico 2020. Ensaladera, Pokal, Champions y ahora la Supercopa de Europa. En 2013, el Bayern de Heynckes ya lo consigui¨®. Fue la guinda para aquella generaci¨®n de leyendas como lo son Schweinsteiger o Lahm que, poco despu¨¦s, terminaron colgando las botas. Las carreras de Kimmich, Goretzka y Gnabry, ninguno mayor de 25 a?os, acaban de empezar. Hay Bayern para rato. Y su reinado, teniendo en cuenta el nivel que ya ha alcanzado, tiene pinta de ir para mucho rato.
"Puede ser que estemos viviendo el comienzo de una nueva era", dijo Herbert Hainer, presidente del conjunto b¨¢varo, hace unas semanas. El art¨ªfice de todo lo que est¨¢ sucediendo al Bayern es Hansi Flick. El d¨ªa D es el 2 de noviembre de 2019. El Bayern sufre una dur¨ªsima goleada por 5-1 ante el Eintracht de Frankfurt, que le pone punto final a la etapa del croata en M¨²nich. A falta de nombres grandes en el mercado, la c¨²pula del hexacampe¨®n de Europa entrega las riendas de un equipo roto al segundo de Kovac. Diez meses despu¨¦s, Flick ya es eterno en la capital b¨¢vara. Cre¨® una bestia que ha ganado todos sus partidos desde febrero.
Supo encajar las piezas que la direcci¨®n deportiva del club, encabezada por Hasan Salihamidzic, hab¨ªa adquirido a lo largo de unos a?os que sirvieron para construir al Bayern del ma?ana. Tanto sobre el terreno de juego como en la planta noble. Llegaron jugadores como Gnabry, San¨¦ o S¨¹le para llenar el vac¨ªo que hab¨ªan dejado Robben, Rib¨¦ry o el propio Schweini, futbolistas que hab¨ªan marcado una ¨¦poca en el Allianz Arena. Solo necesitaban de alguien que supiera sacarles jugo y Flick lo hizo. En la planta noble, m¨¢s de lo mismo. Salihamidzic es el elegido para caminar tras las huellas del m¨ªtico m¨¢nager Hoeness, Oliver Kahn ya forma parte de la junta directiva y heredar¨¢ el puesto del CEO Rummenigge en 2022.
"Un club como el Bayern tiene que perseguir el objetivo de asegurar el futuro. Los que vienen, seguir¨¢n manteniendo al club en lo m¨¢s alto. No tengo la menor duda", explic¨® Rummenigge. Junto a Hoeness, siempre bas¨® el ¨¦xito del club en una econom¨ªa s¨®lida y estable. A?o tras a?o, el Bayern registra super¨¢vit. La caja esta llena. Y ahora le sirve de salvavidas en una crisis que ha colocado a m¨¢s de un rival en el precipicio. "Estoy convencido de que saldremos con un ojo morado de esta", cree Rummenigge. El consejo de vigilancia del club aprob¨® un presupuesto de 200 millones de euros para fichajes, pero el virus oblig¨® a rebajarlo considerablemente.
N¨¹bel y Kouassi llegaron gratis, por San¨¦ se invirtieron 45 kilos. Se busca un lateral, pero no por m¨¢s de 20 millones. Austeridad. Esa es la clave de un club que, en su d¨ªa, tambi¨¦n entendi¨® que ten¨ªa que reorganizar su cantera. Para ello, el campe¨®n de la Bundesliga construy¨® un centro de formaci¨®n que, poco a poco, est¨¢ dando sus frutos. Musiala, joven perla inglesa de 17 a?os, marc¨® el tanto que cerr¨® el 8-0 en el arranque de la Bundesliga frente al Schalke. Zirkzee, Singh, Batista-Meier y Dajaku son m¨¢s productos de una f¨¢brica que ya alimenta al primer equipo. Y al segundo, que se proclam¨® campe¨®n de la tercera divisi¨®n de la Bundesliga. Hay futuro.
"Queremos marcar un ciclo", fueron las palabras de Kimmich, l¨ªder indiscutible de esta generaci¨®n de oro en el Allianz Arena. El secreto est¨¢ en su amistad. Jugadores como Goretzka, Gnabry, S¨¹le o el propio Kimmich se conocen de las inferiores de la Mannschaft, donde comenzaron a compartir vestuario y se hicieron amigos. Cada uno hizo su camino hasta volver a encontrarse en el Bayern, donde plasman esa confianza y cercan¨ªa sobre el terreno de juego. Bajo las ¨®rdenes de Kovac, cuando las cosas no iban tan bien, se hablaba de un vestuario plagado de egos. Hoy son "once jefes sobre el c¨¦sped", como dice Goretzka. Y han llegado para quedarse.