Messi se reinicia
El argentino fabrica un gol, marca otros dos en el amistoso ante el Girona y da s¨ªntomas de recuperaci¨®n an¨ªmica despu¨¦s de la tormenta del burofax.
"Me quedo y dar¨¦ el m¨¢ximo", dijo Messi el 4 de septiembre para cerrar la tormenta del burofax. Personaje indescifrable, e introvertido, era dif¨ªcil anticipar cu¨¢l iba a ser su reacci¨®n despu¨¦s de que el club de su vida le cerrase en las narices la puerta de salida. Aquel mensaje de Messi cogi¨® fuerza contra el Girona.
Ferozmente competitivo como es, dio la sensaci¨®n de haber borrado del disco duro dos semanas esperp¨¦nticas, de haberse reiniciado y estar ya manos a la obra. Otra cosa ser¨¢ las secuelas que queden de aquello cuando pase el tiempo. Pero de momento, Messi se ha puesto en faena en el c¨¦sped. Dos asistencias, una maniobra m¨¢gica en el 1-0 y, otra vez, y seguramente demasiado pronto, el Bar?a, tambi¨¦n el de Koeman, a su espalda.
Su delicatessen en la jugada del 1-0 fue esperanzadora. Colocado como falso nueve por Koeman para darle cancha a Griezmann en la posici¨®n que le gusta y equilibrar defensivamente al equipo, el argentino se sac¨® de la chistera un pase s¨®lo en la cabeza de los elegidos. Trincao, jugador con el que podr¨ªa entenderse porque va bien al espacio, pens¨® lo mismo que el argentino y Coutinho marc¨® el 1-0.
No est¨¢ muy expresivo Messi, pero parece haber cerrado la carpeta del burofax, la entrevista en chanclas y los lamentos. ?l sabe mejor que nadie que de su ¨¢nimo va a depender de la salud de su equipo y no parece estar forzando los tiempos sino superando un trance con madurez. "Construyamos el futuro juntos", le invit¨® Pjanic. Eso s¨ª, a Messi, como a Busquets, Alba o Piqu¨¦, les toca exprimirse f¨ªsicamente. La edad no perdona y la exigencia ser¨¢ alta.
El primer tiempo, por lo dem¨¢s, trajo alguna buena noticia m¨¢s como Ara¨²jo. Y alguna inquietante. De Jong fue una m¨¢quina de perder balones, recuper¨® con lentitud y pareci¨® de todo menos preparado para coger el volante del equipo. El holand¨¦s complet¨® su d¨ªa 'horribilis' con un regalo que Samu Saiz convirti¨® en el 2-1. Antes, al borde del descanso, Messi hab¨ªa metido un derechazo. El argentino cerr¨® su participaci¨®n con el tercer gol.
Dijo Koeman a su llegada que Messi deb¨ªa participar en la evoluci¨®n del equipo. De momento, m¨¢s all¨¢ del cambio de sistema, el Bar?a tampoco ha cambiado tantos jugadores (s¨®lo han dejado de jugar Vidal, Rakitic y Su¨¢rez), apunta a un once similar parece el mismo equipo con las mismas taras f¨ªsicas que podr¨ªan enviarle otra vez a los infiernos. Y, por supuesto, sigue siendo tan dependiente de Messi como siempre.