El coraz¨®n de Koeman

Ronald Koeman hizo tan feliz a los barcelonistas como Barcelona le ha hecho feliz a ¨¦l. El holand¨¦s siempre ha mantenido casa en la capital catalana, siempre que sus compromisos se lo han permitido se ha escapado a ver a su c¨ªrculo de amigos con los que juega a golf y acude a comer a Can Ferran, uno de sus restaurantes favoritos. Nunca escondi¨® que su sue?o era y es dirigir al Bar?a, pero por una cosa u otra, la oportunidad siempre le ha cogido con el pie cambiado.

La ¨²ltima vez, le lleg¨® la oferta el pasado mes de enero cuando estaba comprometido con Holanda para preparar la Eurocopa que ten¨ªa que jugarse este verano y que finalmente se suspendi¨® por la crisis del COVID. Tocaba volver a dejar pasar el tren del Bar?a y tres meses despu¨¦s recib¨ªa el gran susto de su vida.

El 3 de mayo Ronald regresaba a casa despu¨¦s de haber realizado una ruta de 96 kil¨®metros en bicicleta con un amigo. Koeman se hab¨ªa aficionado al ciclismo en los ¨²ltimos tiempos. Hab¨ªa ganado peso y tras ponerse a dieta vio en la bicicleta una buena manera de mantenerse en forma. Cuando regres¨® a casa, se sinti¨® mal y llam¨® al m¨¦dico y fue ingresado de urgencia enseguida. Le detectaron una obstrucci¨®n en la arteria coronaria central y le pusieron dos stents.

Record¨® entonces a su padre, Martin Koeman, ex jugador de ¨¦lite en Holanda que muri¨® de un ataque al coraz¨®n en la grada de un partido amateur mientras buscaba valores para el Groningen. Ten¨ªa por tanto Ronald un problema hereditario al que la cirug¨ªa moderna hab¨ªa encontrado la soluci¨®n que no pudo salvar su padre.Una vez recuperado, Koeman decidi¨® que la vida son dos d¨ªas y que uno est¨¢ aqu¨ª para cumplir sus sue?os. As¨ª que decidi¨® finalmente subirse al tren del Barcelona, que volv¨ªa a pasar por delante de casa y tratar de hacer caso al coraz¨®n que le hab¨ªa avisado el cinco de mayo.