Braithwaite y Lisboa, ep¨ªlogo de la impotencia en el Legan¨¦s
En Butarque observaron la eliminaci¨®n del Bar?a y la nula utilidad del dan¨¦s en el curso como prueba de que su abrupta salida fue incoherencia sin triunfador, pero demasiados vencidos.
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El Legan¨¦s observ¨® el viernes en la distancia sideral ser ya de Segunda la debacle cul¨¦ de Lisboa con la sensaci¨®n de haberse convertido en v¨ªctima indirecta del dislate que hundi¨® a los azulgranas frente al Bayern de M¨²nich. El caso Braithwaite y su salida abrupta de Butarque en el mes de febrero supuso un episodio m¨¢s del convulso a?o azulgrana pero, al sur de la capital, se transform¨® en herida mortal y lastre casi definitivo para el descenso sin que la p¨¦rdida del dan¨¦s supusiera, finalmente, beneficio alguno para el Bar?a.
El viernes el ex pepinero observ¨® en la grada de Da Luz el 2-8 con el que el Bayern pas¨® a semifinales y provoc¨® una crisis de dimensiones hecat¨®mbicas en la que ¨¦l, Braithwaite, ser¨¢ apenas una mota insignificante. El Barcelona, tal como viene contando AS, negocia su venta al West Ham por 20 millones de euros, apenas dos m¨¢s de los que pag¨® al Legan¨¦s previo pago de su cl¨¢usula de rescisi¨®n. Un fichaje que dej¨® sin capacidad de reacci¨®n a los madrile?os. La RFEF prohibi¨® al Lega hacer excepci¨®n para fichar un recambio (Bacca) y lacer¨® un grupo que, con todo y con eso, supo estar vivo hasta el ¨²ltimo minuto de la ¨²ltima jornada.
Braithwaite, un fichaje para nada
Aquellos d¨ªas Josep Mar¨ªa Bartomeu lanz¨® un mensaje de l¨¢stima hacia el Legan¨¦s, pidi¨® cambiar la normativa para evitar m¨¢s casos Braithwaite, pero nada intent¨® para cumplir el mismo con la coherencia de su discurso y evitar el gigantesco da?o que infligi¨® en Butarque. Mientras, en la Avenida de los Once Leones se guard¨® un prudente silencio institucional que pretend¨ªa no levantar m¨¢s polvareda sobre un asunto del que s¨®lo clamaron unos pocos sin que, obvio, esas opiniones cambiaran las decisiones de Bartomeu o la RFEF.
Hoy, con sus arcas llenas, pero el Legan¨¦s en Segunda, aquel fichaje toma una dimensi¨®n m¨¢s cruel en la perspectiva blanquiazul. Poco despu¨¦s de su partida, la pandemia fren¨® toda competici¨®n y Braithwaite pas¨® de brote verde (lo poco que jug¨® en el Bar?a, destac¨®) a olvidado perpetuo. Luis Su¨¢rez se recuper¨® y el dan¨¦s pas¨® a adorno testimonial tras la reanudaci¨®n del campeonato.
Su presencia en el Legan¨¦s habr¨ªa sido fundamental. Pero el equipo descendi¨® sin que el dan¨¦s, por cierto, dedicara ninguna palabra de ¨¢nimo al que fue su ex equipo, el que pele¨® por su fichaje hasta darle la oportunidad de brillar en el mismo campeonato en el que jugaba aquel Bar?a cuyo escudo quiz¨¢ jam¨¢s pens¨® que lucir¨ªa en su pecho.
La in¨²til venganza del fracaso
Por eso la debacle de Lisboa se percibi¨® en Butarque con un doble pellizco en el alma. Por un lado, de impotencia por comprobar c¨®mo todo lo vivido en febrero ni siquiera sirvi¨® para que el propio Braithwaite hiciera carrera cul¨¦ o su nuevo equipo se beneficiara de su presencia. Un sacrificio in¨²til que raj¨® de arriba abajo el ¨¢nimo y la plantilla pepinera hasta suponer un lastre casi inevitable rumbo a Segunda.
Pero, por el otro lado, m¨¢s de un aficionado del Legan¨¦s se alegr¨® por ver como la deslealtad azulgrana hacia su equipo no s¨®lo no tuvo recompensa alguna, sino que se demostr¨® como una palada m¨¢s de incoherencia en un curso de pesadilla. La b¨¢sica y humana euforia por sentir que, si yo me fastidio, t¨² al menos sufras conmigo. Venganza nimia basada en la m¨¢s absoluta nada. El ep¨ªlogo de Braithwaite en el Barcelona deja una historia sin ning¨²n triunfador y con demasiados derrotados por el camino.