Las claves de la pizarra de Nagelsmann frente al Atl¨¦tico
Uno de los secretos frente al Atl¨¦tico estuvo en la figura de Laimer. La labor de Poulsen, creando espacios para Sabitzer, Nkunku y Olmo, tambi¨¦n dio sus frutos.
Julian Nagelsmann ya es uno m¨¢s en el olimpo de los entrenadores. El joven t¨¦cnico del Leipzig ya apuntaba alto hace a?os, cuando su labor al frente del Hoffenheim lleg¨® a despertar el inter¨¦s del Real Madrid, pero la victoria frente al Atl¨¦tico en la fase final de la Champinos le ha servido para dar, de una vez por todas, el paso hacia la ¨¦lite de los banquillos. A sus 33 a?os es el entrenador m¨¢s joven de la historia en disputar unas semifinales de la m¨¢xima competici¨®n continental y lo har¨¢ al frente de un club que, gracias a ¨¦l, tambi¨¦n se estrena en la antesala da la final de la Champions.
Su Leipzig fue superior al conjunto dirigido por el Cholo Simeone en pr¨¢cticamente todos los aspectos y no fue casualidad. Nagelsmann traz¨® un plan para aprovecharse de las debilidades rojiblancas y le sali¨® a la perfecci¨®n. "He de admitir que rozamos la perfecci¨®n", dijo Nagelsmann despu¨¦s del pitido final. "Tuvimos una idea acerca de d¨®nde podr¨ªan estar los espacios y c¨®mo aprovecharlos, pero siempre depende de los jugadores y al final fueron ellos quienes ejecutaron el plan de manera sensacional", subray¨® el m¨ªster de los germanorientales en cuanto a una puesta en escena magistral por parte de su equipo.
Uno de los secretos frente al Atl¨¦tico estuvo en la figura de Laimer, que hizo de carrilero cuando su equipo ten¨ªa la posesi¨®n y formaba un doble pivote junto a Kampl cuando los suyos perd¨ªan el cuero y tocaba defender. La labor de Poulsen, solo en punta tras la marcha de Werner al Chelsea y creando espacios de forma ininterrumpida para Sabitzer, Nkunku y Olmo, tambi¨¦n dio sus merecidos frutos. Fue ¨¦l quien dio m¨¢s versatilidad a un equipo que, hasta hace poco, depend¨ªa en demas¨ªa del olfato de Werner arriba. Y, finalmente, el Leipzig tambi¨¦n tumb¨® al Atl¨¦tico con sus propias armas: la intensidad, la garra y la entrega.
"Cada integrante de nuestro equipo estaba convencido con cada fibra de su cuerpo de que pod¨ªamos lograrlo", matiz¨® Poulsen. "No importaba que estuvi¨¦ramos comiendo, entrenando o simplemente descansando, solo habl¨¢bamos del ¨¦xito". Kampl a?adi¨®: "Sab¨ªamos lo que nos esperaba. Ellos se pasaron todo el tiempo protestando y no pararon de buscar al ¨¢rbitro. Pero nosotros les plantamos cara". Ahora toca pensar en el PSG. Intimidan Neymar y Mbapp¨¦, pero Nagelsmann ya estar¨¢ d¨¢ndole vueltas a la pizarra para tender una trampa a los astros parisinos. Es su momento. Y Julian lo sabe.