El Lugo de Herrera y Juanfran rubrica el milagro

Hay que ser fiel a un estilo. El estilo lo es todo cuando lo dem¨¢s se derrumba. El Lugo lo hizo en este demencial final de temporada. Lo hizo alejado de aquel juego de Seti¨¦n que lo puso en el mapa, pero prendido del libreto de Juanfran, que resucit¨® a un muerto y lo llev¨® a la permanencia a base de fe, ferro a fondo como dicen en Galicia y una humildad en el discurso que contrasta con lo ¨¦pico de lo obtenido. Si lo suyo era el dolor y la gloria, lo fue hasta el final. Con gloria.

En la primera parte hubo posesi¨®n del Mirand¨¦s y acercamientos del Lugo. Cristian Herrera tuvo dos y hasta Campabadal se asom¨® por el ¨¢rea de Lizoain. Tambi¨¦n una mel¨¦ en la que pudo haber penalty a Barreiro, pero el VAR de Var¨®n Aceit¨®n no quiso juzgar. Si lo hizo en el descuento de la primera parte para dar validez a un gol de Marcos Andr¨¦ que Campabadal sac¨® de dentro. Comenzaba el drama.

El Mirand¨¦s no afloj¨® en la segunda parte, m¨¢s al contrario, apret¨® m¨¢s. EL Lugo, deslavazado, decidi¨® tirar de ¨¦pica y atacar descuidando la defensa m¨¢s de lo recomendable. Por pura cabezoner¨ªa se sucedieron las ocasiones: Barreiro, Carrillo, Djal¨®¡­ Pero entre la mala punter¨ªa y un enorme Lizoain todo era en vano. Pero ya saben ustedes lo del c¨¢ntaro y la fuente, y esta vez fue Herrera el que lo rompi¨® reventando la bola en la porter¨ªa del Mirand¨¦s. A partir de ah¨ª, m¨¢s ataque, m¨¢s balones a la olla, m¨¢s brega, hasta que de nuevo Cristian Herrera, sublime, volvi¨® a batir a Lizoain. A partir de ah¨ª, sufrimiento, mucho, pero tambi¨¦n la alegr¨ªa final de un humilde que, por novena temporada consecutiva, seguir¨¢ viviendo el sue?o del f¨²tbol profesional. Viva el f¨²tbol.