Las 34 Ligas del Real Madrid
La primera liga lleg¨® en la temporada 1931-1932, la cuarta edici¨®n de la historia de LaLiga. Hasta hoy, es el equipo espa?ol con m¨¢s t¨ªtulos ligueros.

1931-32.- Primera Liga. El principio de todo
El Madrid estren¨® su palmar¨¦s en el campeonato de Liga en la cuarta edici¨®n de la historia. Los blancos conformaron un gran equipo, perfectamente estructurado en todas sus l¨ªneas, motiv¨® el primer t¨ªtulo blanco. Zamora (el primer fichaje gal¨¢ctico: cost¨® 150.000 pesetas de la ¨¦poca), Ciriaco, Quincoces, Leoncito, Lazcano, Olivares... fueron los grandes h¨¦roes de la primera Liga blanca. El inicio de un romance eterno. Todos ellos dirigidos por Lippo Hertzka, un entrenador h¨²ngaro que apenas estuvo dos temporadas en el banquillo del Madrid, aunque fue tiempo suficiente para conquistar la primera Liga con el equipo blanco. Hertzka era un gran conocedor del f¨²tbol, aunque en el club no se le consideraba demasiado trabajador. Esto fue lo que motiv¨® definitivamente su cese como t¨¦cnico madridista en 1932. Aquel primer Madrid campe¨®n de Liga jug¨® bajo la direcci¨®n de Lippo Hertzka, que fiel al estilo de juego de la ¨¦poca, dispon¨ªa sobre el campo un sistema 1-2-3-5. La ventaja de aquel equipo era la solidez defensiva que aportaba la pareja Ciriaco-Quincoces. Ambos hab¨ªan llegado del Alav¨¦s junto con Olivares. La directiva blanca pag¨® 60.000 pesetas de la ¨¦poca por los tres, pero consider¨® a los zagueros en 25.000 pesetas cada uno, y en 10.000 al delantero. Tanto Ciriaco como Quincoces se entend¨ªan a la perfecci¨®n y formaron, junto a Zamora, un muro infranqueable: el Madrid no perdi¨® ning¨²n partido (10 victorias y ocho empates en 18 encuentros). El guardameta, adem¨¢s, s¨®lo encaj¨® 15 goles en 17 partidos. Los tres formaron una zona defensiva de ¨¦poca. El centro del campo destacaba por el gran entendimiento de la tripleta Leoncito (fue el ¨²nico jugador que particip¨® en los 18 encuentros ligueros)-Prats-Ateca. En la delantera, Luis Regueiro ejerc¨ªa de l¨ªder (era uno de los jugadores con m¨¢s clase de la ¨¦poca) y Manuel Olivares era la referencia goleadora (marc¨® 11 de los 37 goles madridistas en Liga), mientras que Lazcano, que pon¨ªa el desborde desde el extremo, fue el pilar para que los blancos se proclamaran campeones de Liga en casa de su m¨¢ximo rival, el Barcelona, en Les Corts tras empatar a dos tantos.

2.- 1932-33.- Segunda Liga. Retiene el t¨ªtulo
Una vez conquistada la primera Liga de su historia, el objetivo de la entidad madridista era repetir ¨¦xito. Para ello, decidi¨® fortalecer la plantilla, pero tambi¨¦n empez¨® su revoluci¨®n en el banquillo. El ingl¨¦s Robert Firth fue elegido para suplir a Lippo Hertzka: la directiva consideraba que el h¨²ngaro no ten¨ªa fuerza con los jugadores, se le consideraba poco trabajador. Para m¨¢s inri, una eliminaci¨®n copera ante el Deportivo de La Coru?a, entonces en Segunda Divisi¨®n, sent¨® muy mal para gran parte de la afici¨®n. M¨ªster Firth aterriz¨® en el Madrid en el verano de 1932, procedente del Racing de Santander. Su cometido era dif¨ªcil, pues su predecesor le hab¨ªa dejado una Liga como list¨®n y todo lo que no fuese igualar aquel ¨¦xito pod¨ªa considerarse una decepci¨®n. Desde la salida de Hertzka en el mes de agosto, hasta la llegada de Firth en septiembre, Santiago Bernab¨¦u ejerci¨® de entrenador interino del equipo. Mr. Firth s¨®lo entren¨® al Madrid durante una temporada, pese a que finalmente lograr¨ªa revalidar el t¨ªtulo de Liga, cumpliendo el principal objetivo de la temporada. Le sustituir¨ªa en el cargo Francisco Bru. La llegada del brit¨¢nico no supuso ning¨²n cambio de importancia en la filosof¨ªa de juego del Madrid. Ni siquiera cambiaron demasiado las piezas. La defensa se mantuvo inalterable y rindi¨® al mismo nivel del a?o anterior. En la delantera, Eugenio sac¨® a Lazcano del once titular y rindi¨® a un nivel excelente. La l¨ªnea que m¨¢s vari¨® fue la del centro del campo. Pedro Regueiro, hermano de Luis, Valle y Gurruchaga formaron un nuevo tr¨ªo en el centro del campo. Los tres eran jugadores de corte ofensivo y eso se not¨® en el estilo de juego del equipo. Leoncito jug¨® menos, pero era la soluci¨®n para determinados partidos o situaciones. En la segunda vuelta, Samitier fue casi fijo en la delantera desde su llegada. Precisamente, una de las grandes noticias de la temporada fue la salida de Samitier del Barcelona, tras catorce a?os liderando al equipo azulgrana. La directiva cul¨¦ decidi¨® darle la baja junto a otros compa?eros de la plantilla y El Mago, como era conocido, fich¨® por el Madrid en enero de 1933: jugar¨ªa la segunda mitad de la temporada y la siguiente al completo. En ese a?o y medio, disputar¨ªa 22 partidos con 12 goles anotados. El Madrid ya hab¨ªa logrado su primer t¨ªtulo y el objetivo era repetir el ¨¦xito. La temporada comenz¨® con una inesperada derrota en Sarri¨¢ frente al Espa?ol (termin¨® la primera vuelta como l¨ªder del torneo), pero poco a poco los blancos fueron corrigiendo su temporada bas¨¢ndose de nuevo en el muro defensivo Zamora (jug¨® todos los partidos ligueros y volvi¨® a ser el meta menos goleado con 17)-Ciriaco-Quincoces, que cada vez estaba m¨¢s perfeccionada y los registros de Olivares respond¨ªan a las expectativas (anot¨® 15 goles en 14 encuentros). Era la confirmaci¨®n de un equipo ganador, que inscribi¨®, por segunda vez, el nombre del club en una competici¨®n de la que terminar¨ªa siendo el absoluto dominador.

3.- 1953-54.- Tercera Liga. Di St¨¦fano trae la tercera tras 21 a?os de espera
Hab¨ªan transcurrido veinti¨²n a?os desde que el Madrid conquistase su ¨²ltimo t¨ªtulo de Liga (temporada 1932-33). Demasiado tiempo para un club cuyas exigencias eran mucho m¨¢s importantes. Pero todo eso iba a cambiar. Hac¨ªa diez a?os que Santiago Bernab¨¦u hab¨ªa tomado el mando del club y su proyecto empez¨® a tomar forma con la llegada de Di St¨¦fano. Con la Saeta Rubia, el Real Madrid comenzaba una nueva era. Una ¨¦poca que le llevar¨ªa a ser considerado el mejor club del Siglo XX. Pero vayamos por partes: Bernab¨¦u se fij¨® en el delantero de Millonarios en el Torneo que organiz¨® para celebrar las Bodas de Oro del club en 1952. La Saeta maravill¨® por su juego a lo largo y ancho del estadio de Chamart¨ªn, y decidi¨® incorporarlo a la disciplina blanca. Sin embargo, el Barcelona tambi¨¦n se interes¨® por el argentino. Tras varios meses de conflictos entre todos los clubes interesados, el Madrid fue el equipo que finalmente se hizo con sus servicios. Y no se equivocar¨ªa. Aparte de Di St¨¦fano, Bernab¨¦u tambi¨¦n fich¨® a otros jugadores, como el extremo c¨¢ntabro Paco Gento, los porteros Manolo Pazos y Juanito Gonz¨¢lez, fichados para reforzar el puesto ante las dudas existentes en torno al rendimiento de Juanito Alonso. Tambi¨¦n llegaron los medios Becerril y Go?i; y los delanteros Atienza I, Juanito V¨¢zquez, el uruguayo Britos y P¨¦rez-Pay¨¢, quien ten¨ªa ficha de amateur con el Atl¨¦tico. Al frente de todos, Bernab¨¦u dio el s¨ª al entrenador uruguayo Enrique Fern¨¢ndez. En realidad, Fern¨¢ndez fue fichado como nuevo entrenador del Real Madrid por el secretario t¨¦cnico del club, Juan Antonio Ipi?a, que fue su aut¨¦ntico valedor. El t¨¦cnico uruguayo llegaba avalado por las dos ligas que conquist¨® como entrenador del Barcelona en 1948 y 1949. Adem¨¢s, antes de la Guerra Civil hab¨ªa sido tambi¨¦n jugador azulgrana. Sin embargo, no todo iban a ser facilidades: Ferm¨¢ndez no era partidario del sistema WM, opini¨®n que gener¨® bastante pol¨¦mica, puesto que era el sistema habitual de la ¨¦poca y, pr¨¢cticamente, todos los equipos jugaban de esa manera. Ese encontronazo har¨ªa que, pese a que el Madrid gan¨® el t¨ªtulo de Liga tras veinti¨²n a?os de sequ¨ªa, durase s¨®lo un a?o y medio en el banquillo blanco, pero con ¨¦l comenz¨® la ¨¦poca dorada del gran Real Madrid de los 50. Fern¨¢ndez dispuso de una plantilla llena de recursos, en la que dispuso que los dos interiores (Olsen y Molowny fueron los m¨¢s habituales) se asociaban bien con los medios (Miguel Mu?oz y Z¨¢rraga) en las situaciones que as¨ª lo requer¨ªan. El juego de ataque fue demoledor, con un Di St¨¦fano espectacular: se proclam¨® m¨¢ximo goleador con 27 goles marcados en 28 partidos.

4.- 1954-55.- Cuarta Liga. Di St¨¦fano, Rial y Gento lideran el asalto al campeonato
Como ya sucediese en la d¨¦cada de los 30 con la conquista de las dos primeras Ligas, la consecuci¨®n de la tercera anim¨® a Santiago Bernab¨¦u a intentar revalidar el t¨ªtulo liguero. Para ello decidi¨® continuar con su pol¨ªtica de grandes fichajes y contrat¨® al hispano-argentino H¨¦ctor Rial, que a la larga se demostrar¨¢ como un extraordinario complemento para Di St¨¦fano y Gento. As¨ª se gest¨® un Real Madrid imparable, una m¨¢quina que gan¨® su cuarta Liga con una autoridad insultante sobre todos sus rivales. Tambi¨¦n hubo relevo en el banquillo. Al uruguayo Fern¨¢ndez le sustituy¨® el cordob¨¦s Pepe Villalonga a finales de diciembre. Se decidi¨® prescindir de los servicios del t¨¦cnico uruguayo a causa de las malas relaciones que manten¨ªa con Juan Antonio Ipi?a, el secretario t¨¦cnico madridista, cuando ¨¦ste hab¨ªa sido uno de sus valedores, sino el que m¨¢s cuando se le ofreci¨® dirigir a los blancos. Villalonga, que llegaba con Moleiro (exjugador del club en la d¨¦cada de los 40) como ayudante, mantuvo el esquema de Fern¨¢ndez, pero lo mejor¨®: a Marquitos, que era lateral le situ¨® como central, con Navarro a su derecha y Lesmes a la izquierda. Mu?oz y Z¨¢rraga segu¨ªan en el centro del campo. La llegada de Rial aport¨® muchos beneficios, sobre todo, a Gento que, aprovechando sus milim¨¦tricos pases, multiplic¨® su velocidad, y de paso su rendimiento. Y en todas partes Di St¨¦fano, El Omnipresente. Los blancos realizar¨ªan una formidable campa?a: sumar¨ªan 46 puntos de 60 posibles (24 logrados en la primera vuelta y 22 en la segunda), con 20 triunfos en 30 partidos (empatar¨ªa seis y perder¨ªa cuatro). Anotar¨ªa 80 tantos, de los cuales Alfredo Di St¨¦fano anotar¨ªa 25 (s¨®lo el sevillista Juan Arza marcar¨ªa m¨¢s que ¨¦l: 28), y s¨®lo encajar¨ªa 31. Curiosamente, a lo largo de la temporada, se acabar¨ªa de terminar el lateral del estadio de Chamart¨ªn, lo que permit¨ªa que hasta 120.000 espectadores pod¨ªan ubicarse en el formidable coliseo blanco. Esa misma temporada, el 2 de enero de 1955, la Junta General y a propuesta de dos socios, Zapater y Caso, se decidi¨® cambiar de nombre al estadio. De esa manera, en la jornada 19, celebrada el 16 de enero, el Madrid recib¨ªa al H¨¦rcules en su estadio rebautizado desde entonces como estadio Santiago Bernab¨¦u. Los blancos golearon a los alicantinos por 3-0, con goles de Molowny y un doblete de Di St¨¦fano. Los madridistas se proclamar¨ªan campeones en la pen¨²ltima jornada de Liga. Se med¨ªan al Atl¨¦tico en el Stadium Metropolitano, pero no dieron ninguna opci¨®n a sus rivales por el t¨ªtulo liguero, el Barcelona y el Athletic Club. Los de Vilallonga sentenciaron el encuentro en apenas 20 minutos, los que van del 11 al 31 con un 0-3 inapelable. Di St¨¦fano, en dos ocasiones, y Rial, dejaron bien a las claras que los blancos quer¨ªan su segunda Liga consecutiva en este ciclo glorioso. Y la cuarta en el palmar¨¦s blanco.

5.- 1956-57.- Quinta Liga. Tercera Liga en cuatro a?os y triplete
La temporada 1956-57 fue una de las m¨¢s exitosas de la historia del Real Madrid. Y es que en aquella campa?a, Villalonga logr¨® la mezcla perfecta: su equipo funcion¨® como una m¨¢quina: los jugadores ya se conoc¨ªan a la perfecci¨®n y los que llegaban s¨®lo lo hac¨ªan para mejorar lo que ya se ten¨ªa. De esa manera, los ¨¦xitos siguieron llegando: si en su primera campa?a (lleg¨® a finales de diciembre de 1953) gan¨® la Liga, en la campa?a 1955-56 conquist¨® la primera Copa de Europa. Como recompensa, Bernab¨¦u renov¨® el contrato a todos los componentes de la plantilla. Pero el presidente quer¨ªa m¨¢s. Inconformista, anhelaba que la espl¨¦ndida din¨¢mica en la que estaba el equipo blanco no se pod¨ªa detener. Para ello fich¨® a Raymond Kopa, otro de los grandes delanteros del firmamento futbol¨ªstico de por aquel entonces. Y como no pod¨ªa ser menos, los blancos volvieron a ganar la Liga, a defender el t¨ªtulo de la Copa de Europa y a retener la Copa Latina. El conjunto blanco, cuya plantilla no ten¨ªa parang¨®n en el mundo, conquist¨® su quinta Liga, su segunda Copa de Europa y su segunda Copa Latina. Fue un triplete que no hac¨ªa sino demostrar la hegemon¨ªa del Madrid. La capacidad ganadora de aquel equipo parec¨ªa no tener l¨ªmites. Como ejemplo de esa superioridad est¨¢ el caso de Rial que, v¨ªctima de una larga lesi¨®n (jug¨® los dos primeros partidos de Liga y s¨®lo volvi¨® para jugar los tres ¨²ltimos encuentros del Campeonato) fue solventada por Jose¨ªto y Mateos con notable calidad. Atienza II se acopl¨® a la defensa, mientras que el reci¨¦n llegado Kopa se tuvo que tirar al extremo derecho para hacerse con un hueco en el ataque. Pero en la Liga apenas tuvo rival, el Barcelona, pero en cuanto los blancos notaron su aliento (en la jornada 24 se pusieron a s¨®lo dos puntos de los madridistas tras una racha de cinco victorias en seis encuentros), aceleraron para dejar sellada su victoria liguera. Los de Villalonga fueron de menos a m¨¢s a lo largo de la competici¨®n. Al igual que en la edici¨®n de 1954-55, volvieron a ganar 20 de los 30 partidos, pero en esta ocasi¨®n perdieron seis encuentros (por cuatro en la de 1954-55), y empataron otros cuatro. El partido clave se jugaba en Zaragoza: si el Madrid ganaba se llevar¨ªa el t¨ªtulo. Pero los ma?os no se lo iban a poner f¨¢cil. Wilson, un delantero gallego que hab¨ªa salido del Madrid ese mismo verano, adelant¨® a los zaragocistas a los 10 minutos. Pero fue Mateos, Fifirichi, el amigo y el socio perfecto de Di St¨¦fano quien, con dos tantos, dar¨ªa el triunfo a los blancos. La quinta Liga estaba en el bote.

6.- 1957-58.- Sexta Liga. Sigue la marcha triunfal
Tras conquistar el triplete un a?o antes, el Real Madrid agrand¨® a¨²n m¨¢s su extenso palmar¨¦s con la conquista de dos nuevos t¨ªtulos. El equipo blanco se proclam¨® campe¨®n de Liga en el estadio Metropolitano y gan¨® su tercera Copa de Europa consecutiva frente al Mil¨¢n. La m¨¢quina blanca segu¨ªa imparable, sumando t¨ªtulos a su palmar¨¦s y reforzando su fama mundial. Y como era costumbre en Santiago Bernab¨¦u, reforz¨® a¨²n m¨¢s a la plantilla blanca: trajo al meta argentino Rogelio Dom¨ªnguez y al defensa uruguayo Santamar¨ªa, uno de los mejores zagueros del momento. Adem¨¢s, y de manera imprevista se produjo un suceso que sorprendi¨® a todo el madridismo. Pepe Villalonga, el hombre que hab¨ªa terminado de engrasar la m¨¢quina blanca, dimiti¨® como entrenador madridista debido a unas discrepancias con respecto a su contrato que no se lograron resolver. Seg¨²n otras fuentes, Bernab¨¦u situ¨® a Ipi?a como coordinador de los aspectos f¨ªsico y t¨¦cnico del equipo, y Villalonga, que no quiso aceptar imposiciones, decidi¨® abandonar su cargo. En su lugar lleg¨® Luis Antonio Yiyo Carniglia, que ya hab¨ªa visitado Chamart¨ªn en la temporada anterior como entrenador del Niza. Santiago Bernab¨¦u puso en las manos del argentino el mayor reto de su vida: entrenar al mejor equipo del mundo. Efectivamente, el Madrid empez¨® como un tiro: se aup¨® al primer puesto de la tabla en la segunda jornada de Liga, estuvo invicto en los ocho primeros partidos de competici¨®n (gan¨® seis partidos anotando 20 goles), pero en diciembre sobrevino un baj¨®n inesperado: ¨²nicamente sum¨® un punto de seis que estaban en juego. Empezaron rumores sobre la vida disoluta de los jugadores, de posibles roces dentro del vestuario entre los propios jugadores y algunos futbolistas con el entrenador, se achacaba tambi¨¦n a los viajes que ten¨ªa que hacer por Europa¡ Pero a¨²n quedaba la segunda parte de la temporada. Y ah¨ª el Madrid volvi¨® a sacar su ¡®punch¡¯: gan¨® 22 de los ¨²ltimos 24 puntos que hab¨ªa en juego. En la pen¨²ltima jornada volver¨ªan a proclamarse campeones de Liga al empatar con el Atl¨¦tico en el Metropolitano gracias a un gol de Rial a falta de 15 minutos para el final del encuentro. De esa manera, los blancos igualaban al Athletic Club y al Barcelona en el palmar¨¦s liguero a seis t¨ªtulos cada uno. El Madrid hab¨ªa recortado la diferencia existente en apenas cinco a?os¡

7.- 1960-61.- S¨¦ptima Liga. La primera de Puskas
La temporada 1960-61 dej¨® una sensaci¨®n agridulce por la eliminaci¨®n de la Copa de Europa tras ganar las cinco primeras ediciones del torneo y, sobre todo, por las circunstancias que rodearon aquella decepci¨®n. Pese a ello, el Real Madrid reaccion¨® ante la adversidad y gan¨® su s¨¦ptima Liga a falta de cinco jornadas para el final del Campeonato, batiendo todos los r¨¦cords del torneo. Despu¨¦s de ganar dos Copas de Europa m¨¢s, pero perder la Liga a manos del Barcelona (1958-59 y 1959-60, ¨¦sta por el coeficiente goleador, que fue favorable a los azulgrana), los blancos se repondr¨ªan en la edici¨®n de 1960-61¡ con unos datos estratosf¨¦ricos: 24 victorias, cuatro empates y ¨²nicamente dos derrotas en el campeonato, con 89 goles a favor por 25 goles encajados. Encaden¨® una racha de 26 encuentros sin perder y gan¨® su s¨¦ptima Liga a falta de cinco jornadas para el final del Campeonato (le sac¨® una ventaja de 12 puntos al segundo clasificado, precisamente el Atl¨¦tico de Madrid). S¨®lo el Sevilla fue capaz de sacar un punto de su visita al Bernab¨¦u... Una vez m¨¢s, la regeneraci¨®n de la plantilla llevada a cabo por Santiago Bernab¨¦u hab¨ªa dado sus frutos: la marcha de Lesmes en el lateral izquierdo hab¨ªa sido suplida con acierto por Casado, que era extremo y se reconvirti¨® en un lateral de largo recorrido. El cambio m¨¢s significativo se hab¨ªa dado en el centro del campo donde la pareja Santisteban-Z¨¢rraga dio paso a otra m¨¢s m¨®vil, formada por Vidal y Pach¨ªn. En el ataque, Canario, Del Sol y sobre todo Puskas (con un incre¨ªble promedio rematador), llegado en 1958, le dieron nuevos aires al ataque, abriendo nuevas alternativas en el juego. La otra gran novedad en este nuevo t¨ªtulo liguero radicaba en el banquillo: a este nuevo real Madrid lo dirig¨ªa Miguel Mu?oz. El t¨¦cnico, un a?o despu¨¦s de su retirada como jugador y l¨ªder del equipo dentro y fuera de los terrenos de juego, Mu?oz se puso al mando de un equipo en el que muchos de sus jugadores hab¨ªan compartido vestuario con ¨¦l. Era un nuevo reto para el madrile?o, que hab¨ªa permanecido diez temporadas como futbolista madridista. Lleg¨® para sustituir a Manuel Fleitas Solich a mediados de la temporada anterior (1959-60) y acab¨® conquistando la quinta Copa de Europa blanca. Fue un gran estreno en el banquillo que continuar¨ªa un a?o despu¨¦s ganando la s¨¦ptima Liga. Sin embargo, el comienzo de este campeonato no fue nada f¨¢cil. Los blancos cayeron en el derbi madrile?o ante el Atl¨¦tico, donde se hab¨ªa proclamado campe¨®n en las ediciones de 1954-55 y 1957-58, pero hay arrancaron una racha de 26 encuentros seguidos sin perder en Liga: fue el Valladolid quien puso freno ganando a los madridistas 3-1.

8.- 1961-62.- Octava Liga. Primer doblete de Liga y Copa
Los a?os pasaban y la plantilla del Real Madrid iba cambiando progresivamente, rejuveneci¨¦ndose con nuevos valores del f¨²tbol espa?ol, aunque los cracks como Di St¨¦fano, Puskas y Gento segu¨ªan en el equipo. Luis del Sol, que hab¨ªa llegado en 1960 procedente del Betis, era el l¨ªder de una generaci¨®n que ven¨ªa empujando con fuerza. Con todos esos mimbres, el Madrid fue el mejor una campa?a m¨¢s: en esta ocasi¨®n conquist¨® su primer doblete de Liga y Copa y roz¨® su sexta Copa de Europa: el Benfica lo evit¨® derrot¨¢ndole en la final¡ En 1961, el sue?o de Bernab¨¦u era volver a ganar la Copa de Europa. Quiz¨¢ como manera para resarcirse de la eliminaci¨®n de la temporada anterior a manos del Barcelona¡ y con unos arbitrajes algo llamativos. Eso s¨ª, tampoco se pod¨ªan obviar los campeonatos nacionales (Liga y Copa). Llegaron jugadores como Justo Tejada (procedente del Barcelona), Vicente Miera (del Racing), F¨¦lix Ruiz (Osasuna), Pepillo (que volv¨ªa de estar cedido en el River Plate). Y a todo eso le dio forma Miguel Mu?oz. El t¨¦cnico madridista decidi¨® darle continuidad a esa plantilla, con los recambios que hab¨ªan llegado. Por ejemplo, Justo Tejada se hizo con un puesto en el extremo derecho, completando una gran campa?a (24 partidos y nueve goles marcados). Miera se hizo fuerte en el lateral izquierdo apartando a Marquitos de la titularidad. Y arriba, Di St¨¦fano, Puskas, Del Sol y Gento segu¨ªan con la dinamita puesta: los blancos arrancaron la Liga con ocho victorias consecutivas. Tras caer en Oviedo, volvieron a encadenar otra racha de otros cinco encuentros sin perder. El peor momento de la temporada lleg¨® en el mes de febrero. Afectado f¨ªsicamente por los partidos de Copa de Europa, s¨®lo fue capaz de sumar tres puntos de ocho posibles, pero no afect¨® a su liderato: en la vigesimocuarta jornada liquid¨® al Oviedo (4-1), dejando al segundo clasificado a siete puntos. Poco a poco fue mejorando en el aspecto f¨ªsico, lo que le permiti¨® proclamarse campe¨®n en el mes de marzo tras derrotar al Mallorca en el estadio Santiago Bernab¨¦u. Centrados en las dos competiciones restantes, los blancos eliminar¨ªan a San Sebasti¨¢n, Elche, Barcelona y Zaragoza para plantarse en la final copera ante el Sevilla, al que derrotar¨ªan por 2-1. Era la primera Copa de Di St¨¦fano, Gento y Puskas. Pero no todo iba a ser felicidad: el Benfica le remont¨® en la final de la Copa de Europa (ganaron los encarnados por 5-3) para apartarle se su sexta Copa de Europa¡ mientras que la directiva se vio obligada a traspasar a Luis del Sol a Italia como soluci¨®n de emergencia a los problemas econ¨®micos que acuciaban a la entidad madridista.

9.- 1962-63.- Novena Liga. Tercera Liga consecutiva
Pese a haber ganado la Liga y la Copa en la campa?a anterior, el juego del Madrid era objeto de duras cr¨ªticas. Su f¨²tbol no convenc¨ªa (se acusaba de conservadurismo a Miguel Mu?oz por no dotar al equipo de un juego m¨¢s directo y de no agitar mucho las alineaciones pese a los refuerzos anuales que le proporcionaba Bernab¨¦u) y su mal comienzo de juego (que no de resultados) en la temporada no ayud¨® a calmar los ¨¢nimos. Sin embargo, la reacci¨®n fue fulminante. El equipo blanco arras¨® en la Liga, conquist¨¢ndola a cinco jornadas del final, y acall¨® a todos sus cr¨ªticos. La plantilla se reforz¨® con jugadores como Amancio (Deportivo y apuesta personal de Bernab¨¦u), Zoco (Osasuna, fichado la temporada anterior), Evaristo (Barcelona), Daucik y Lucien M¨¹ller, e invitaba a so?ar a realizar una campa?a como la anterior, pero con la firme intenci¨®n de reconquistar la Copa de Europa. Sin embargo, el suelo europeo se esfum¨® a las primeras de cambio: fue eliminado por el Anderlecht en la primera eliminatoria. Los belgas desquiciaron a los blancos con una magistral estrategia del fuera de juego. Tampoco facilit¨® las cosas que ni siquiera pudiera derrotar al Manchester United en el encuentro homenaje a Z¨¢rraga. Las cr¨ªticas se cebaron con los de Mu?oz, que en Liga mostraron otra cara radicalmente distinta: logr¨® cinco victorias en los cinco primeros encuentros, y desde la jornada s¨¦ptima no volver¨ªa a abandonar la cabeza de la tabla. Al t¨¦rmino de la primera vuelta dominaba con diez partidos ganados, dos empatados y tres derrotas. Significativa fue un contundente 5-2 a cargo del Mallorca. Pero la segunda vuelta fue una sucesi¨®n de victorias a cargo de los blancos: de 30 puntos s¨®lo se perdieron tres (una derrota en Zaragoza ya siendo campeones y un empate en Pamplona, ante Osasuna). Sobre todo, brill¨® una exhibici¨®n ante el Barcelona en el mismo Camp Nou al que gole¨® 1-5, con un imparable Puskas, que logr¨® un formidable hat-trick. Los blancos, tras derrotar al Atl¨¦tico en un memorable partido en el Bernab¨¦u (resuelto por 4-3) se convert¨ªan as¨ª en el primer equipo en ganar tres Ligas consecutivas. Haciendo historia.

10.- 1963-64.- D¨¦cima Liga. La ¨²ltima de Di St¨¦fano
Era un equipo dise?ado para batir todos los r¨¦cords y a?o tras a?o lo iba cumpliendo. Adem¨¢s de convertirse en el primer club en ganar cuatro ligas consecutivas, tambi¨¦n fue el primero que alcanz¨® la decena de t¨ªtulos, todo un hito para un equipo destinado a grabar su nombre como el del indiscutible rey de la principal competici¨®n espa?ola... pero lo que nadie se aventuraba a saber era que tambi¨¦n ser¨ªa la ¨²ltima Liga de Alfredo Di St¨¦fano. La Saeta abandonar¨ªa la disciplina madridista al t¨¦rmino de esta temporada. La ¨²nica novedad en el equipo blanco fue la incorporaci¨®n de Zoco a la titularidad. El navarro se aline¨® en el centro del campo, lo que motiv¨® a que Pach¨ªn, su gran e ¨ªntimo amigo, se readaptase al lateral zurdo. Zoco form¨® t¨¢ndem con M¨¹ller, aunque ¨¦l era el culpable de la solidez y consistencia en el medio del campo blanco. Eso hizo que los blancos obtuviesen una gran fortaleza defensiva (el equipo s¨®lo recibi¨® 23 goles). Eso compens¨® el flojo registro goleador, algo inesperado por lo bajo de lo esperado: los madridistas marcaron 61 goles (22 menos que en la Liga 1962-63). Sin embargo, la temporada empez¨® con susto: en Venezuela, a donde acudi¨® el Madrid a participar en la Peque?a Copa del Mundo, Alfredo Di St¨¦fano fue secuestrado durante tres d¨ªas por un comando del Frente de Liberaci¨®n Nacional, cuya intenci¨®n era obtener repercusi¨®n mundial para dar a conocer la causa por la que luchaban. Tras esos tres d¨ªas ag¨®nicos, fue liberado en una calle de Caracas. Una vez superado el susto, los blancos volvieron a sus objetivos primordiales: Copa de Europa, Liga y Copa. Ser¨ªa ante el Atl¨¦tico (5-1) y el Barcelona (4-0) donde realizaron sus mejores partidos en la primera vuelta. Pero fue en la segunda parte del campeonato donde los blancos volvieron a dar el do de pecho: sumaron 25 puntos por 19 del Barcelona (derrotaron a los azulgrana en el Camp Nou a falta de cuatro jornadas para el final del campeonato): le sobr¨® para remontarle los dos puntos que le aventajaba el conjunto azulgrana al final de la primera vuelta y conquistar su cuarta Liga consecutiva y la d¨¦cima en total. Pero un mes despu¨¦s, los blancos perdieron ante el Inter en la final de la Copa de Europa. Ah¨ª comenzar¨ªan una lucha encarnizada entre Miguel Mu?oz y Di St¨¦fano. Bernab¨¦u, cual rey Salom¨®n, apost¨® por el entrenador. Di St¨¦fano se marchar¨ªa con ocho Ligas en 11 temporadas¡

11.- 1964-65.- Und¨¦cima Liga. Ganar sin Di St¨¦fano
La temporada 64-65 es hist¨®rica dentro de la historia del Real Madrid. Al t¨¦rmino de la campa?a 1963-64, Miguel Mu?oz, con el benepl¨¢cito de Santiago Bernab¨¦u, hab¨ªa dado la baja a Alfredo Di St¨¦fano como primera medida de renovaci¨®n de una plantilla gloriosa que no hab¨ªa quedado indemne al paso de los a?os. Eso abr¨ªa un debate tanto dentro de la plantilla como en el entorno (aficionados, directiva, prensa¡). Exist¨ªan dudas sobre la respuesta del equipo sin la presencia del que hab¨ªa sido su alma durante m¨¢s de una d¨¦cada, y que hab¨ªa elevado el nivel de exigencia hasta l¨ªmites insospechados. Sin embargo, este nuevo Madrid har¨ªa historia al lograr su quinta Liga consecutiva: segu¨ªa batiendo r¨¦cords temporada a temporada¡ As¨ª las cosas, la principal tarea de Mu?oz fue intentar que la ausencia de Di St¨¦fano (ese verano firm¨® por el Espa?ol) se notara lo menos posible en el juego del equipo. Importante fue la aparici¨®n de Pirri, porque aport¨® mucha fuerza y despliegue al ataque jugando como interior. Grosso cumpli¨® en una doble funci¨®n: anot¨® 17 goles en 28 partidos e intentar hacer olvidar a Di St¨¦fano (algo casi imposible cuando el primer partido de la temporada fue un Espa?ol-Real Madrid). Adem¨¢s, Mu?oz, astuto, supo darle m¨¢s valor a pesos pesados como Amancio, Puskas, Gento y Santamar¨ªa. Y la mezcla entre veteranos y j¨®venes dio sus frutos. Sin embargo, el fantasma de Di St¨¦fano a¨²n flotaba en el ambiente. El sorteo emparej¨® al Espa?ol con los blancos en la primera jornada liguera. La expectaci¨®n generada hizo que el partido fuese televisado para toda Espa?a. Ganaron los blancos (1-2) con dos tantos de Puskas. El ambiente comenzaba a relajarse. Los dos siguientes encuentros borraron de un plumazo cualquier atisbo de duda: los blancos se impusieron a Las Palmas (6-0) y al C¨®rdoba (6-1). Pero la et¨¦rea silueta de La Saeta siempre sobrevolaba el estadio Santiago Bernab¨¦u cada vez que hab¨ªa un tropiezo y se agigantaba hasta ser una minicrisis si el resbal¨®n era una derrota, cosa que sucedi¨® ante el Valencia (0-0) y Zaragoza (1-1), y una derrota ante el Betis en Sevilla (3-1). El mejor remedio fue sacudirse la crisis derrotando al Barcelona (4-1) y al Atl¨¦tico (0-1). En la jornada 11, los blancos ya volv¨ªan a dominar la tabla clasificatoria, puesto con el que acabar¨ªan la primera fase de la temporada. La segunda vuelta fue un mano a mano con el Atl¨¦tico de Madrid que se dirimir¨ªa en las cinco ¨²ltimas jornadas de Liga: tras ganar al Barcelona, con una remontada made in Pirri y Serena, pero el encuentro clave ser¨ªa la visita del Atl¨¦tico de Madrid al Bernab¨¦u. Los rojiblancos ganaron con un tanto de Mendon?a a falta de 15 minutos para el final del encuentro. Sal¨ªan del coliseo madridista con dos puntos de ventaja a falta de cuatro partidos por disputarse y, sobre todo, con el cartel de m¨¢ximo favorito a levantar la Copa de campe¨®n liguero. En la siguiente jornada, los atl¨¦ticos cayeron en Elche y los blancos ganaron al Murcia (4-1). De nuevo, todo igualado. A dos jornadas para el final, los madridistas derrotaron por la m¨ªnima al Athletic (1-0), pero los atl¨¦ticos perdieron en Valencia (3-1). Los blancos eran virtuales campeones de Liga. Para afianzarlo, derrotaron al Sevilla en la ¨²ltima jornada, mientras que el Atl¨¦tico ca¨ªa derrotado en casa ante el Zaragoza (2-3)¡ Los blancos ganaban su quinta Liga consecutiva. La primera sin Di St¨¦fano.

12.- 1966-67.- Duod¨¦cima Liga. La Liga ye-y¨¦
El Real Madrid de los Ye-Y¨¦s logr¨® la Sexta Copa de Europa en 1966. Sin embargo, no pudo lograr el t¨ªtulo liguero en la campa?a 1965-66. Ese t¨ªtulo enfil¨® rumbo al sur de Madrid, a las vitrinas del Atl¨¦tico de Madrid. Ese a?o, los rojiblancos abandonar¨ªan las instalaciones del Stadium Metropolitano para mudarse al moderno Estadio del Manzanares. Los blancos perdieron el t¨ªtulo en la recta final del campeonato ante su vecino rojiblanco. La p¨¦rdida escoci¨® mucho y los vigentes campeones de Europa no tardaron en subsanar el subcampeonato anterior y en llevar la duod¨¦cima Liga a las vitrinas del club. Miguel Mu?oz segu¨ªa contando con el benepl¨¢cito de Santiago Bernab¨¦u. La Copa de Europa lograda en Bruselas ante el Partiz¨¢n yugoslavo (victoria por 2-1), termin¨® de afianzarle como t¨¦cnico blanco. Tras cinco temporadas intentando reeditar el t¨ªtulo europeo (con dos finales perdidas), pas¨® la gran prueba que era conquistar el m¨¢ximo t¨ªtulo continental. Ahora, su objetivo era reconquistar la Liga y por ello apenas trastoc¨® la plantilla, pero hubo una sensible baja: la del central Santamar¨ªa, otro de los pilares del Madrid de Di St¨¦fano al que el paso del tiempo tampoco perdon¨®. Adem¨¢s, sigui¨® contando con la base del equipo que conquist¨® La Sexta. El eje Pirri-Zoco-Vel¨¢zquez, junto con la ayuda de Grosso, que bajaba a ayudarles, era la l¨ªnea que sosten¨ªa el juego de los madridistas. Los vigentes campeones de Europa firmaron una gran primera vuelta en cuanto a resultados, pero recibieron cr¨ªticas por su f¨²tbol. Se les acus¨® de haber perdido el brillo en el juego, pero lo cierto es que al t¨¦rmino de los quince primeros partidos ning¨²n equipo fue capaz de derrotarles: los blancos sumaron 25 puntos con diez victorias (los triunfos val¨ªan dos puntos entonces) y cinco empates. Los de Mu?oz no perder¨ªan hasta la jornada 20, cuando cayeron en el estadio de La Romareda ante el Zaragoza (2-1). Ese dominio ejercido en la primera vuelta se confirm¨® en la segunda, aunque los blancos conocieron sus dos ¨²nicas derrotas: la ya mencionada ante el Zaragoza, y otra ante el Barcelona en la jornada 25. Eso le dio alas a los azulgrana, pero no le dio tiempo a alcanzar a los madridistas: tres partidos m¨¢s tarde, en la jornada 28, los blancos se proclamaron campeones de Liga gracias a su victoria ante el C¨®rdoba por (3-0, goles de Grosso, Veloso y Amancio), mientras que el Barcelona se desplomaba en Las Palmas (2-0). Y es que el Madrid, pese a su juego r¨¢cano en el tramo final del campeonato, supo arrancar puntos en campos donde sus rivales pinchaban¡

13.- 1967-68.- Decimotercera Liga. Homenaje a Bernab¨¦u
El equipo segu¨ªa formado por la base de los Ye-Y¨¦s, que continuaban dominando el f¨²tbol espa?ol bajo la tutela del incombustible Miguel Mu?oz. Adem¨¢s, esta era la vigesimoquinta temporada de Santiago Bernab¨¦u en el sill¨®n presidencial y sus jugadores quisieron homenajearle con otro t¨ªtulo de campe¨®n de Liga. El Madrid segu¨ªa haciendo historia, aunque hab¨ªa novedades en el horizonte. Por primera vez hay rumores serios de una posible salida de Miguel Mu?oz del banquillo blanco. Pero para el t¨¦cnico madrile?o, castizo y chulapo, eran noticias sin fundamento: ¡°Me quedan a¨²n muchos a?os como entrenador. Todav¨ªa estoy en fase de aprendizaje¡±, dec¨ªa con socarroner¨ªa. Lo cierto es que Santiago Bernab¨¦u cumpl¨ªa 25 a?os como presidente madridista y tanto Mu?oz como los jugadores quer¨ªan dedicarle un t¨ªtulo de los considerados grandes: o bien la Copa de Europa o la Liga. Y lograron la segunda opci¨®n, aunque no fue nada f¨¢cil. La marcha de Puskas es otra despedida a una estrella del equipo que encandil¨® a Europa en la d¨¦cada de los 50. El Madrid comenz¨® la disputa por el t¨ªtulo de forma atronadora: gan¨® al Sevilla en el S¨¢nchez Pizju¨¢n y gole¨® (9-1) a la Real en el Bernab¨¦u. Pero lo que parec¨ªa calma desapareci¨® a partir de la tercera jornada, lo que se tradujo en fuertes cr¨ªticas a jugadores como Sanchis (¨¦l mismo en un ejercicio de autocr¨ªtica reconoci¨® que estaba bajo de forma), Vel¨¢zquez y Amancio: a El Brujo se le acus¨® de individualista tras empatar con el Barcelona en el coliseo madridista. El gallego se defendi¨® diciendo que s¨®lo pod¨ªa regatear porque no ten¨ªa a nadie al lado¡ Al t¨¦rmino de la primera vuelta, los blancos van por detr¨¢s del Atl¨¦tico, campe¨®n de invierno. Pero fue el arranque de la segunda vuelta la que determinar¨ªa un nuevo triunfo liguero de los blancos: gan¨® a Sevilla, Real Sociedad, Zaragoza y Espa?ol, haci¨¦ndose con el liderato en la decimosexta jornada. Y ya ning¨²n otro equipo le descabalgar¨ªa de su primer puesto. En un tenso mano a mano con los azulgrana, los blancos jugaban en el Camp Nou a falta de cuatro jornadas para el final. Sin embargo, el Cl¨¢sico estuvo marcado por la tr¨¢gica muerte del uruguayo Ben¨ªtez, defensa del Barcelona y uno de los mejores especialistas en frenar a Paco Gento. El encuentro previsto para el domingo 7 de abril, se disputar¨ªa el martes siguiente (d¨ªa 9) y acab¨® empatado a un gol. Eso lo acabar¨ªa acusando el Barcelona, que empatar¨ªa en su visita a M¨¢laga. Los blancos, mientras, derrotaban al Pontevedra con un gol de Grosso. Todo quedaba a expensas de la visita de un Las Palmas convertido ahora en el aspirante al t¨ªtulo si ganaba los dos partidos que restaban y los de Mu?oz no puntuaban. Vel¨¢zquez inaugur¨® el marcador, Castellano puso la incertidumbre con un chutazo y fue Pirri el que dio al Madrid su decimotercera Liga para celebrar los 25 a?os de presidencia de Bernab¨¦u.

14.- 1968-69.- Decimocuarta Liga. La ¨²ltima Liga de Gento
La octava Liga que conquist¨® el Madrid con Miguel Mu?oz (sus cr¨ªticos segu¨ªan insistiendo en su marcha aduciendo que el Madrid no acababa de dar un paso al frente para adecuarse a los nuevos tiempos) ser¨ªa la ¨²ltima que levantar¨ªa Paco Gento, el mejor extremo izquierda de todos los tiempos, como jugador madridista. Nadie hasta la fecha ha superado esa cifra. Los blancos, adem¨¢s, enlazaron una racha hist¨®rica: estuvieron veintisiete jornadas sin perder, marca que permanecer¨ªa vigente hasta que la Real Sociedad lo superase en 1980 al estar treinta y dos jornadas invicta. Sin fichajes de relumbr¨®n con los que potenciar la plantilla, Mu?oz, cl¨¢sico en ¨¦l, volvi¨® a asentar el equipo de la 68-69 con la base del equipo que hab¨ªa ganado las dos Ligas anteriores. Apenas hab¨ªa cambios salvo cuando aparec¨ªan las lesiones o hab¨ªa sanciones que cumplir. La defensa fue una de las claves del triunfo final, lo que le permiti¨® a Betancort ser el segundo portero menos goleado, aunque ya comenzaba a asomar un joven meta gallego llamado Miguel ?ngel. Arriba, Amancio dio todo un recital a lo largo de las 30 jornadas de Liga: con libertad de movimientos, el gallego hac¨ªa mucho da?o con su capacidad para desbordar y marcar goles. Su comienzo de temporada fue arrollador: marc¨® nueve goles en cinco partidos. El resto del equipo se agarr¨® a ¨¦l durante esa buena parte de la temporada. Al t¨¦rmino de la primera vuelta, los blancos suman 27 puntos de los 30 posibles: s¨®lo Pontevedra, Zaragoza y Elche (Araquistain, exportero blanco estuvo soberbio) lograron sumar un punto. En la segunda vuelta, los blancos siguieron mostr¨¢ndose intratables: ning¨²n equipo les pudo hacer sombra¡ hasta la jornada 28, cuando en su visita al estadio Altabix, en Elche, fueron superados por el conjunto ilicitano, que les derrot¨® con un gol de Curro. Previamente, en la jornada 27, los madridistas se hab¨ªan proclamado campeones de Liga al derrotar al Zaragoza con goles de Grosso y Vel¨¢zquez. As¨ª, Bernab¨¦u tuvo su homenaje de parte de sus jugadores.

15.- 1971-72.- Decimoquinta Liga. Tras la renovaci¨®n de la plantilla, triunfo
¡°Renovarse o morir¡±, as¨ª dice el refranero espa?ol. Y eso es lo que hizo el Madrid de comienzos de la d¨¦cada de los 70 apara afrontar los nuevos tiempos. Los blancos hab¨ªan realizado dos malas campa?as en las temporadas 1969-70 y 1970-71. En la primera, acabaron en sexta posici¨®n, eso s¨ª, empatados a puntos con Sevilla, Barcelona y Valencia, todos con 35 puntos¡ pero muy lejos del campe¨®n, el Atl¨¦tico de Madrid, aunque ¨¦ste gan¨® la Liga en el ¨²ltimo partido. La temporada siguiente, los blancos acabar¨ªan en cuarto lugar por detr¨¢s de Valencia, Barcelona y Atl¨¦tico de Madrid. Adem¨¢s, la derrota en la final de la Recopa ante el Chelsea enfad¨® a Bernab¨¦u. ?ste consider¨® que hab¨ªa que hacer una fuerte, profunda y dolorosa renovaci¨®n (le dieron la baja a Gento que llevaba desde 1953 en la plantilla blanca): en definitiva, salieron diez jugadores Betancort (34 a?os), Calpe (31), Esp¨ªldora (23), De la Fuente (23), Sanch¨ªs (33), Chato Gonz¨¢lez (27), Ferm¨ªn (23), Jim¨¦nez (24), Manol¨ªn Bueno (31) y Gento (38), y entraron siete: Garc¨ªa Rem¨®n (21 a?os, portero), Verdugo (23, lateral), Antonio Gonz¨¢lez (25 a?os y canterano), Anzarda, un extremo argentino con m¨¢s gol que desborde para suplir a Gento. Y tres j¨®venes jugadores del Racing: los ojeadores del club hab¨ªan recomendado el fichaje de Aguilar (22 a?os), as¨ª que Bernab¨¦u fue a verle en directo¡ y acab¨® enamor¨¢ndose del delantero racinguista, Carlos Alonso, conocido como Santillana. Tambi¨¦n lleg¨® Corral, un portero de 23 a?os. La cantidad pagada salv¨® al Racing de desaparecer. Y Miguel Mu?oz confi¨® en la mezcla de veteranos y j¨®venes reci¨¦n llegados para armar un equipo que volviera a pelear por la Liga. Sigui¨® confiando en Amancio, Pirri, Grosso y Vel¨¢zquez, pero le dio la titularidad desde el primer partido a Aguilar, Anzarda, Garc¨ªa Rem¨®n, Verdugo y Santillana. Ante el Betis, en la primera jornada, destac¨® la posici¨®n de Amancio, jugando de centrocampista. Los blancos se colocaron l¨ªderes en la segunda jornada y de ah¨ª no bajar¨ªa en lo que restaba de temporada. Se proclamaron campeones de invierno con 26 de 34 posibles. La nueva savia mezclaba bien con los veteranos, aunque la Liga fue disputada hasta el final por el Barcelona, que achuch¨® hasta el ¨²ltimo momento. Sin embargo, en la pen¨²ltima jornada, los azulgrana jugaban en C¨®rdoba y los blancos se med¨ªan al Atl¨¦tico en el Calder¨®n. Ambos perdieron: los de Mu?oz, goleados por los rojiblancos (4-1), pero en la ciudad cordobesa, los de Michels cayeron por un penalti convertido por Ferm¨ªn, que hab¨ªa salido cedido al conjunto verdiblanco. En la ¨²ltima jornada, los blancos golearon al Sevilla (4-1) y alzaban su decimoquinta Liga. Ser¨ªa adem¨¢s, la ¨²ltima Liga de Miguel Mu?oz¡ El t¨¦cnico abandonar¨ªa el Madrid mediada la campa?a 1973-74.

16.- 1974-75.- Decimosexta Liga. Miljanic lleg¨®, vio y venci¨®
La temporada 1973-74 fue dura en el Madrid. La Liga la gan¨® el Barcelona de Cruyff con una sonora y soberana goleada en el Bernab¨¦u (0-5). Adem¨¢s, tambi¨¦n supuso el adi¨®s de Miguel Mu?oz al banquillo madridista. Luis Molowny le reemplaz¨® el 15 de enero de 1974. El canario salv¨® la campa?a blanca al derrotar al Barcelona en la final de Copa jugada en el estadio Vicente Calder¨®n (4-0), pero prefiri¨® permanecer en la sombra y decidi¨® seguir en su cargo sde secretario t¨¦cnico. Bernab¨¦u crey¨® conveniente hacer un cambio en el banquillo tras las 15 campa?as de Miguel Mu?oz. Modernizar al equipo. Mir¨® a Yugoslavia y fich¨® a Miljan Miljanic para recuperar la hegemon¨ªa en la Liga. Su trabajo al frente del Estrella Roja y de la selecci¨®n yugoslava llamaron la atenci¨®n del presidente blanco, que quiso ir personalmente a Belgrado para conocerle de cerca. Tambi¨¦n trajo la llegada de una de las sensaciones del f¨²tbol europeo: el alem¨¢n Paul Breitner: fueron los propios jugadores de la plantilla madridista los que solicitaron al presidente la llegada del melenudo jugador del Bayern muniqu¨¦s. Cuando el nibelungo lleg¨® a Madrid, Miljanic le se?al¨® que actuar¨ªa por la banda derecha del centro del campo blanco, junto con Del Bosque, Vel¨¢zquez y Netzer. Breitner hab¨ªa sido lateral zurdo tanto en el conjunto b¨¢varo como en la selecci¨®n germana¡ pero en sus comienzos como juvenil hab¨ªa jugado en esa demarcaci¨®n. Miljanic lleg¨® de la mano de su preparador f¨ªsico, Milan Radisic, que someti¨® a la plantilla durante la pretemporada a una carga de trabajo tan dura, que algunos veteranos se quejaron. Sn embargo, el esfuerzo trajo su recompensa: los blancos acabaron l¨ªderes con s¨®lo una derrota, la que le infligi¨® el Athletic en San Mam¨¦s en la jornada 14. Una semana despu¨¦s, el Madrid superaba al Barcelona con un protagonista estelar: un jovenc¨ªsimo Jos¨¦ Antonio Camacho secaba a Johan Cruyff en una intensa batalla (est¨¢ considerado uno de los grandes duelos individuales en la historia del f¨²tbol espa?ol). As¨ª, los madridistas aventajaban en seis puntos al Zaragoza, segundo tras acabar la primera vuelta. Una ventaja que aumentar¨ªa a doble al final de la campa?a. Con un ritmo infernal de competici¨®n, los blancos alzanzar¨ªan el t¨ªtulo a falta de cinco jornadas para el final del campeonato: un gol de Pirri en Atocha ante la Real Sociedad. Hab¨ªa sido un campeonato c¨®modo para los blancos, que esperaban disputar una Liga de transici¨®n a la espera de ir conformando un equipo campe¨®n. La diferencia con el Barcelona (tercero) fue de 13 puntos. Algo impensable al comienzo de la campa?a.

17.- 1975-76.- Decimos¨¦ptima Liga. Otra Liga para despedir a Amancio
El Madrid revalid¨® el t¨ªtulo de Liga en la que ser¨ªa la segunda temporada de Miljan Miljanic en el banquillo madridista. Bernab¨¦u incorpor¨® al defensa valencianista Juan Cruz Sol, que vino para reforzar el lateral derecho con potencia y contundencia. Eso unido al t¨¢ndem Pirri-Benito le imprim¨ªan fuerza desde atr¨¢s, mientras que Camacho se consolid¨® como uno de los mejores en su puesto. El centro del campo lo segu¨ªan formando Del Bosque, Breitner y Netzer, con la excepcional ayuda de Amancio que se descolgaba del ataque para ayudar. Precisamente, esta ser¨ªa la ¨²ltima temporada del gallego: decidi¨® retirarse tras ser expulsado en M¨²nich en las semifinales de la Copa de Europa. Y arriba segu¨ªa contando con Santillana como referencia ofensiva junto con Roberto Mart¨ªnez. Tambi¨¦n llegaron refuerzos como S¨¢nchez Barrios y Chupete Guerini, aunque su rendimiento fue menor de lo esperado. Como ya hab¨ªa sucedido en la pasada Liga, los blancos comenzaron con buenos resultados, pero con un run-run entre los aficionados madridistas: en el primer encuentro liguero ante el Racing de Santander, Miljanic no aline¨® a Vel¨¢zquez. El t¨¦cnico yugoslavo ten¨ªa seis extremos y cantidad de recursos, pero sobre todo, lo ve¨ªa incompatible con Netzer. Mientras iba transcurriendo la Liga, los buenos resultados y un pique exagerado con el Atl¨¦tico de Madrid en pos de conseguir el primer puesto de la clasificaci¨®n, las noticias se produc¨ªan en el entorno del entrenador balc¨¢nico. Todo explot¨® tras caer en un partido de Europa ante el Derby County por 4-1 en tierras inglesas. Se supo que Miljanic quer¨ªa incorporar un m¨¦dico y a un compatriota suyo como secretario t¨¦cnico, algo que irrit¨® a Bernab¨¦u. Precisamente, en la ultima jornada de la primera vuelta, un triunfo de los rojiblancos por la m¨ªnima les dio el t¨ªtulo de campeones de invierno. Los rojiblancos fueron el rival m¨¢s duro en todo el campeonato. Los blancos arrancaron mal, tanto en juego como en resultados, pero no se descolgaba de los puestos de cabeza. Ser¨ªa en la jornada 23 cuando los blancos se aupar¨ªan al frente de la tabla clasificatoria tras derrotar a la Real Sociedad gracias a un solitario tanto de Santillana. A¨²n as¨ª, los blancos no acababan de desarrollar un juego lustroso, capaz de enganchar a la afici¨®n. La debacle ante el Bayern de M¨²nich, con la sanci¨®n por El Loco del Bernab¨¦u y la posterior expulsi¨®n y decisi¨®n irrevocable de Amancio de retirarse esa misma temporada, provoc¨® una grave crisis en el seno de la plantilla blanca. Una crisis que, sin embargo, no fue aprovechada por los rojiblancos. Esa eliminaci¨®n dej¨® tocada a la plantilla. El mejor ejemplo fue una fea y agria discusi¨®n entre Netzer y Benito en otra derrota en San Mam¨¦s. Una crisis que se ahond¨® tras caer en el Bernab¨¦u ante el Barcelona. Pero una semana despu¨¦s los blancos se proclamaban campeones de Liga al derrotar al Granada en Los C¨¢rmenes. Un Granada que dirig¨ªa nada m¨¢s y nada menos que Miguel Mu?oz.

18.- 1977-78.- Decimoctava Liga. La primera Liga de Molowny
Pese a las dos Ligas ganadas con Miljan Miljanic al frente del banquillo blanco, Santiago Bernab¨¦u ten¨ªa ciertas dudas para seguir con el entrenador balc¨¢nico. Hab¨ªa habido un par de feos detalles por parte del entrenador le hab¨ªan situado al borde de la destituci¨®n: esos detalles eran que no hab¨ªa querido acudir a Belgrado a disputar el encuentro de vuelta de la Copa de Europa ante el Estrella Roja aduciendo motivos sentimentales (Bernab¨¦u acudi¨® a Belgrado para ficharle), as¨ª como el querer introducir en el organigrama blanco la presencia de un doctor y de un secretario t¨¦cnico yugoslavos, hab¨ªan molestado al presidente blanco. Por ese motivo, no dud¨® en despedirle tras caer en la primera jornada ante el Salamanca en la campa?a 1977-78. El encargado de resolver la situaci¨®n fue Luis Molowny, que era un hombre de la casa y que ya se hab¨ªa hecho cargo del equipo en la temporada 1973-74, cuando en enero de 1974, Miguel Mu?oz decidi¨® no continuar. Entonces, el canario fue capaz de ganarle la Copa al Barcelona con una goleada estrepitosa (4-0). Ahora la situaci¨®n era m¨¢s peliaguda. Molowny se hac¨ªa cargo del equipo tras una derrota en la primera jornada liguera, entre rumores acerca de la salud de Bernab¨¦u, fichajes como el de Juanito (Burgos y por el que se pagaron 27 millones de pesetas), Wolff, y Uli Stielike. En la s¨¦ptima jornada, los blancos ya eran l¨ªderes de la clasificaci¨®n. El partido clave de la primera vuelta, la visita al Camp Nou result¨® con triunfo a favor de los blancos por 2-3, tras una exhibici¨®n de Juanito (al que en algunos sectores se acusaba de ser bastante chup¨®n). Los madridistas se proclamaron campeones de invierno con seis puntos de ventaja sobre el Barcelona¡ pero el a?o 1978 arrancar¨ªa mal: el 1 de enero, en un encuentro ante el Racing, Jos¨¦ Antonio Camacho sufrir¨ªa la triada, una lesi¨®n que le mantendr¨ªa apartado de los terrenos de juego hasta la campa?a 1979-80. La segunda vuelta, sin embargo, no fue tan c¨®moda como la primera. Los blancos no estuvieron tan regulares y perdieron puntos importantes en el camino. El primero en dar la voz de alarma fue Garc¨ªa Rem¨®n, que se mostr¨® tajante: ¡°Se est¨¢ pensando m¨¢s en el Mundial que en la Liga. Hemos tirado una ventaja muy c¨®moda y ahora vamos a tener que luchar por la Liga partiendo de cero con el Barcelona cuando lo ten¨ªamos muy f¨¢cil¡±. El toque de corneta sirvi¨® para que los blancos reaccionasen, pero pronto volvieron a las andadas: una derrota ante el Valencia y un triunfo del Barcelona en Salamanca estrech¨® la distancia a s¨®lo un punto con ocho jornadas por delante. De nuevo apretaron los blancos, pero ser¨ªa el Cl¨¢sico quien dictaminar¨ªa qui¨¦n ganar¨ªa la Liga a falta de cinco jornadas para el final. Y ah¨ª, los de Molowny no fallaron. Golearon 4-0, con tantos de Jensen (2), Juanito y Santillana. El derbi ante el Atl¨¦tico de la jornada siguiente fue otro recital madridista (1-3). A tres jornadas del final, una nueva victoria blanca ante el C¨¢diz (2-0), sumada a una derrota del Barcelona a manos del Sporting gijon¨¦s (1-0) le daba otro t¨ªtulo liguero a los blancos.

19.- 1978-79.- Decimonovena Liga. Bernab¨¦u, ¡®in memoriam¡¯
El 2 de junio de 1978, en su modesto piso en la calle Jeric¨® de Madrid y d¨ªas antes de cumplir los 83 a?os de edad, fallec¨ªa Don Santiago Bernab¨¦u, presidente del Real Madrid y que hab¨ªa estado ligado toda su vida a la entidad blanca. Al mandatario blanco se le hab¨ªa diagnosticado un c¨¢ncer el 23 de agosto de 1977 en Santa Pola. A pesar de las recomendaciones de los m¨¦dicos, a primera hora del d¨ªa 24 tom¨® el avi¨®n en Alicante para asistir esa noche al partido de homenaje a Manolo Vel¨¢zquez. Al d¨ªa siguiente fue internado en la cl¨ªnica San Camilo donde se le diagnostic¨® una obstrucci¨®n intestinal. El 8 de septiembre se le intervino quir¨²rgicamente. Su gran fortaleza f¨ªsica, a pesar de sus 82 a?os, le permiti¨® superar la operaci¨®n y reincorporarse al club el d¨ªa 4 de noviembre. Pero a finales de mayo de 1978, su situaci¨®n empeor¨® notablemente. A comienzos de junio, el gran patriarca madridista mor¨ªa. Esta situaci¨®n dej¨® en estado de shock a toda la entidad blanca. No en vano, en el club no se mov¨ªa nada sin la autorizaci¨®n del presidente. Molowny, que ya hab¨ªa transmitido sus deseos de no seguir al frente del equipo, tuvo que seguir una campa?a m¨¢s. Pese a no tener refuerzos destacados, manej¨® muy bien la plantilla cuando las lesiones acuciaron al equipo (hasta cuatro jugadores tuvieron que pasar por quir¨®fano: Miguel ?ngel, Sol, San Jos¨¦ y Camacho y Pirri estuvo un mes de baja por una lesi¨®n de cart¨ªlagos), tirando de los j¨®venes como Garc¨ªa Hern¨¢ndez e Isidro y de veteranos como Aguilar, que le dieron un gran resultado. Y es que los blancos no part¨ªan como favoritos para ganar este Campeonato. Hab¨ªa diversos factores para ello: para empezar la muerte de Bernab¨¦u que, a su vez, conllevaba cierta inestabilidad institucional y la ausencia de fichajes (llegaron Garc¨ªa Hern¨¢ndez y Poli Rinc¨®n). Por otro lado, los desembolsos de equipos como el Barcelona (fich¨® a Krankl) y el Valencia (al equipo valencianista le apodaron Los millonarios tras contratar a Solsona y a Bonhoff) les situaban como claros pretendientes al t¨ªtulo liguero. Pero pronto los blancos se pusieron manos a la obra y en la jornada sexta, tras derrotar al Athletic (2-1) en el Bernab¨¦u se auparon a lo alto de la tabla. S¨®lo el Zaragoza fue capaz de derrotar a los blancos¡ y fue por un gol de San Jos¨¦ en propia meta. En la segunda vuelta, ni las lesiones ni el bache de juego que sufri¨® el equipo fueron impedimento para que los blancos lograran su decimonovena Liga. Su rival en los 17 encuentros fue el Sporting de Gij¨®n, pero los blancos se llevaron los dos puntos de su visita a El Molin¨®n, gracias a un gol de Santillana. Fue a falta de dos jornadas para el final cunado sentenci¨® el t¨ªtulo tras golear al Rayo Vallecano (4-1). La decimonovena Liga fue el mejor homenaje a Don Santiago Bernab¨¦u.

20.- 1979-80.- Vig¨¦sima Liga. Boskov, Cunningham y los Garc¨ªa
Luis Molowny hab¨ªa cumplido la temporada anterior al llevar al equipo hasta el t¨ªtulo de Liga, pero desde un principio hab¨ªa dejado claro que su paso por el banquillo era temporal, por lo que Luis de Carlos tuvo que buscar entrenador. A la palestra salieron los nombres de los entrenadores m¨¢s prestigiosos del continente, como el alem¨¢n Udo Lattek. Al final, el presidente madridista opt¨® por un remedio semicasero al inclinarse por el yugoslavo Vujadin Boskov, que hab¨ªa hecho un buen trabajo con el Zaragoza y gozaba de cierto prestigio europeo ganado en su paso por la selecci¨®n yugoslava y por el Feyenoord holand¨¦s. La contrataci¨®n de Boskov tuvo sus cr¨ªticos por la experiencia vivida anteriormente con Miljan Miljanic. Sin embargo, Boskov se desmarc¨® r¨¢pidamente de su compatriota, con el que hab¨ªa tenido algunos roces. ¡°Por favor, no me comparen con Miljanic¡±, fue lo primero que dijo nada m¨¢s aterrizar en Madrid. Nada m¨¢s llegar al club se le solicit¨® que diera una lista de jugadores y Boskov coloc¨® en primer lugar al ingl¨¦s Laurie Cunningham. El extremo ingl¨¦s hab¨ªa deslumbrado en Espa?a la temporada anterior en una eliminatoria de Recopa que enfrent¨® al Valencia con el West Bromwich Albion. Cunningham era la sensaci¨®n del f¨²tbol ingl¨¦s y su fichaje se convirti¨® en el m¨¢s caro de la historia del Real Madrid en aquel entonces: un mill¨®n de libras, 123 millones de pesetas. El precio del fichaje levant¨® ampollas, porque Cunningham ten¨ªa condiciones de crack mundial, pero a¨²n era muy joven y no estaba consagrado. Tambi¨¦n sus emolumentos, dieciocho millones de pesetas, pusieron en guardia a los pesos pesados del vestuario, apodado ¡®de los Garc¨ªa¡¯ al tener cinco jugadores que ten¨ªan ese apellido: Garc¨ªa Rem¨®n, Garc¨ªa Navajas, Garc¨ªa Cort¨¦s. P¨¦rez Garc¨ªa y Garc¨ªa Hern¨¢ndez. La temporada siguiente llegar¨ªa a jugar la final de la Copa de Europa, perdiendo ante el Liverpool en Par¨ªs. Pero poco a poco los blancos se fueron despegando en el Campeonato junto a la Real Sociedad. Una Real que se proclamar¨ªa campeona de invierno tras apabullar a los madridistas en Atocha (4-0). El equipo blanco no acababa de encontrar solidez ni brillantez, pero los resultados le acompa?aban en menor medida. La defensa era constantemente vapuleada: encaj¨® 23 tantos en 18 partidos¡ En la segunda vuelta, m¨¢s de lo mismo, hasta que en la jornada 22, un gol de Santillana a falta de tres minutos para el final volvi¨® a dar el liderato. Un primer puesto que fue alternando entre donostiarras y madridistas hasta la pen¨²ltima jornada. Los blancos ganaban en Las Palmas y los txuri-urdin ca¨ªan derrotados en Sevilla por un gran Bertoni. Tras 32 jornadas invictos, los donostiarras dejaban el t¨ªtulo en manos de los madridistas. Los de Boskov se jugaban el t¨ªtulo ante el Athletic. Y no fallaron. Ganaron 3-1. El ¨²ltimo tanto lo anot¨® Pirri. De esa manera se desped¨ªa del Madrid.

21.- 1985-86.- Vigesimoprimera Liga. La primera de ¡®La Quinta¡¯
Despu¨¦s de un lustro sin ganar la Liga (se repartieron entre Real Sociedad y Athletic (dos trofeos cada uno) y Barcelona, el Madrid dar¨ªa un giro de 180? en la segunda mitad de la d¨¦cada de los 80. Todo arranc¨® en 1985. Ese a?o, Luis de Carlos decidi¨® abandonar la presidencia del conjunto blanco y convoc¨® elecciones. Unos comicios que gan¨® Ram¨®n Mendoza al prometer que traer¨ªa grandes fichajes. Dicho y hecho, comenz¨® a hacer realidad sus promesas: contrat¨® a Gordillo y a Maceda. Decidi¨® no renovar a Uli Stielike al seguir una vieja norma no escrita de Bernab¨¦u de ofrecer s¨®lo renovar temporada a temporada a los jugadores que superaban la treintena de a?os. Eso enfad¨® a cierta parte del madridismo, que se call¨® en cuanto supo que su relevo ser¨ªa el prol¨ªfico goleador Hugo S¨¢nchez, jugador, adem¨¢s, del Atl¨¦tico de Madrid. La otra gran decisi¨®n de Mendoza fue ofrecer el cargo de entrenador a Luis Molowny, que hab¨ªa ganado la Copa de la UEFA y la Copa de la Liga. Molowny acept¨® con la condici¨®n de que s¨®lo estar¨ªa una campa?a. La plantilla de ¡®las Quintas¡¯ (la del Buitre, y la de los ¡®Machos¡¯ formada por Hugo, Maceda y Gordillo) ya ten¨ªa director de orquesta. Y un director aceptado por todos. La Liga empez¨® con buenos resultados, pero con escasez de juego. S¨®lo parec¨ªa funcionar bien la pareja Hugo S¨¢nchez-Butrague?o. Sin embargo, hubo dos puntos de inflexi¨®n: la derrota ante el Barcelona (2-0), el vigente campe¨®n, y la debacle en Alemania ante el Borussia M?nchengladbach (5-1). Molowny fue cuestionado y por los c¨ªrculos de la prensa empez¨® a sonar con fuerza el nombre de Leo Beenhakker. Los blancos ensayaron una posible remontada ante Las Palmas (5-1) y Celta (4-0). Y efectivamente, en una noche m¨¢gica, los blancos remontaron ante los germanos. A partir de entonces, y con la tranquilidad de saberse superiores a sus rivales, los blancos apretaron el acelerador hasta proclamarse campeones de invierno. Un logro que continuar¨ªa en la segunda vuelta, donde los madridistas se convirtieron en una m¨¢quina perfectamente engrasada para crear juego, ocasiones y culminarlas en goles. Los blancos sumaron 56 puntos de 68 posibles, con s¨®lo cuatro derrotas, 17 victorias en el estadio Bernab¨¦u (no cedi¨® ni siquiera un empate, con 47 goles a favor y s¨®lo nueve en contra), con 83 goles anotados (el Bar?a, segundo, s¨®lo sum¨® 45 puntos y marc¨® 22 goles menos, 61) y con un estelar Hugo S¨¢nchez, que anot¨® 22 goles para proclamarse m¨¢ximo goleador del campeonato.

22.- 1986-87.- Vigesimosegunda Liga. Gana la Liga m¨¢s larga, la Liga del play-off
La campa?a 1986-87 iba a ser la m¨¢s larga de la historia. Los clubes decidieron probar con la experiencia de una liguilla de play-off al final de la temporada regular con el objetivo de recaudar m¨¢s dinero: se decidi¨® reformar el sistema tradicional de doble vuelta, de todos contra todos, a?adiendo un play-off final donde los 18 equipos participantes se dividir¨ªan en tres grupos de seis en funci¨®n de su clasificaci¨®n. En cada grupo volver¨ªan a enfrentarse entre s¨ª a doble vuelta y los puntos obtenidos se sumar¨ªan a los conseguidos en la primera fase. El Madrid ganar¨ªa las dos fases con juego y estilo. Una vez ganada la Liga y la Copa de la UEFA, Ram¨®n Mendoza cumpli¨® su palabra. Permiti¨® que Molowny dejase el banquillo madridista. Su sucesor fue Leo Beenhakker, aunque el t¨¦cnico holand¨¦s fue la tercera opci¨®n: las dos primeras fueron Menotti (con el que Mendoza no tuvo un buen feeling desde el principio) y Luis Aragon¨¦s, que rechaz¨® por motivos obvios cualquier ofrecimiento blanco. Se rumore¨® que tambi¨¦n hubo reuniones con Javier Clemente, pero gente del entorno blanco convencieron al presidente blanco de que su estilo futbol¨ªstico no ser¨ªa del agrado de la afici¨®n. El elegido fue el t¨¦cnico holand¨¦s. Como refuerzos llegaron Buyo, portero del Sevilla y por el que se pagaron 70 millones de pesetas. Adem¨¢s, lleg¨® el central Mino para cubrir la baja de Maceda que, lesionado, ten¨ªa que retirarse. Se reincorporaron Pardeza y Solana. Fueron baja dos cl¨¢sicos como Miguel ?ngel y Garc¨ªa Rem¨®n. Tambi¨¦n se ir¨ªa el defensa San Jos¨¦. Beenhakker mantuvo la base del equipo que logr¨® la Liga la campa?a pasada. Con Buyo gan¨® seguridad y, al jugar cerca del borde del ¨¢rea, permit¨ªa adelantar a la defensa. La baja de Maceda y el mal rendimiento de Mino hizo que Gallego y Salguero se turnasen para formar pareja con Sanch¨ªs en el eje de la zaga. Pero la gran y espectacular aparici¨®n fue la de un centrocampista yugoslavo, Milan Jankovic. En marzo de 1987 se le diagnostic¨® una hepatitis, por lo que tuvo que frenar. Esa baja la aprovech¨® Mendoza para fichar a Jankovic, que se hab¨ªa presentado en un partido de Copa de Europa con el Estrella Roja, precisamente ante los blancos. Con su llegada el Madrid dio un salto cualitativo en su juego. Jankovic era el que mejor se asociaba con todos los jugadores del centro del campo hacia adelante: M¨ªchel, Mart¨ªn V¨¢zquez, Gordillo, Butrague?o y Hugo Sanchez. Fue el dinamizador de La Quinta. Pero al Madrid le cost¨® arrancar, quiz¨¢ porque no acababa de adaptarse al librillo de Beenhakker. Eso lo aprovech¨® el Bar?a para coronarse campe¨®n de invierno. Sin embargo, en la segunda vuelta, supieron revertir la situaci¨®n y llegar en primera posici¨®n para disputar el play-off. Una fase final, en la que tampoco fallar¨ªa. S¨ª lo har¨ªa el Barcelona en la pen¨²ltima jornada al caer en Gij¨®n. El Madrid, por el contrario, ganaba al Zaragoza con un estelar Butrague?o. Los blancos repet¨ªan t¨ªtulo, algo que no lograban desde los a?os 70: 1978-79 y 1979-80.

23.- 1987-88.- Vigesimotercera Liga. El mejor f¨²tbol de La Quinta
La segunda temporada de Leo Beenhakker al frente del Real Madrid fue la m¨¢s espectacular hablando del juego desplegado. La Quinta estaba en plena madurez y el Madrid arras¨®. Se volvi¨® a disputar la Liga como se ven¨ªa haciendo, dejando el experimento del play-off abandonada en un caj¨®n. Eso s¨ª, su gran sue?o, ganar la Copa de Europa, algo que no se consegu¨ªa desde 1966, no pudo ser. Los blancos se quedar¨ªan a las puertas, aunque se le reconoci¨® como el campe¨®n moral. El tercer t¨ªtulo consecutivo supuso que la copa de la Liga se la quedara en propiedad. Paco Llorente y Miguel Tendillo fueron las incorporaciones blancas. El primero, sobrino de Gento, se acogi¨® al Decreto 1.006 para rescindir su contrato con el Atl¨¦tico de Madrid y poder firmar con los madridistas. El segundo le dar¨ªa una mejor salida al bal¨®n desde la zaga. Pero ser¨ªa el sorteo de la Copa de Europa la que condicionar¨ªa toda la pretemporada y el comienzo liguero. Nada m¨¢s y nada menos que se ten¨ªan que enfrentar al N¨¢poles de Maradona. Eso provoc¨® que Beenhakker dise?ara una preparaci¨®n para que el equipo estuviera a tope desde el mes de septiembre. El resultado de esa puesta a punto ideal tan temprana fue que los ocho primeros partidos de Liga se saldaran con otras tantas victorias. Hubo goleadas escandalosas (Sporting (7-0) y Zaragoza (1-7)), y toda Europa empez¨® a hablar del f¨²tbol de alta escuela que practicaba el Madrid. La eliminatoria con el N¨¢poles reforz¨® esa sensaci¨®n. Los blancos no aminoraron el ritmo, pero el Atl¨¦tico de Madrid le baj¨® de las nubes al ganarle (0-4) en el derbi jugado en el Bernab¨¦u. Luego le derrotar¨ªa el Real Betis (2-1) y Athletic y Murcia supieron frenarle con sendos empates. A¨²n as¨ª, los blancos se ir¨ªan con cinco puntos de ventaja al t¨¦rmino de la primera vuelta. Mientras los blancos iban superando obst¨¢culos en la Copa de Europa. El desgaste se iba haciendo m¨¢s evidente, pero nadie era capaz de hacerle sombra a los de Beenhakker que, con un f¨²tbol excelso iban goleando dejando un gran sabor de boca a los aficionados. Sin embargo, fue el PSV holand¨¦s quien pondr¨ªa punto final a la trayectoria blanca en Europa. A¨²n con el dolor de la reciente eliminaci¨®n europea, cuatro d¨ªas despu¨¦s goleaba al Betis (6-0) para proclamarse campe¨®n liguero. Era la tercera Liga consecutiva, lo que le otorgaba la Copa en propiedad. Un consuelo a corto plazo para hacer olvidar la eliminaci¨®n europea¡

24.- 1988-89.- Vigesimocuarta Liga. El mejor f¨²tbol de La Quinta
La principal tarea que tuvo Leo Beenhakker en su tercera campa?a como entrenador del Real Madrid fue la de acoplar a un jugadorazo como Bernd Schuster a un equipo que jugaba primorosamente bien de la mano de Milan Jankovic. Precisamente, la llegada del alem¨¢n, procedente del Barcelona, signific¨® la salida del centrocampista balc¨¢nico. Los blancos se hab¨ªan habituado a ser dirigidos por la batuta del exfutbolista del Estrella Roja, y ahora lo har¨ªan de la mano de uno de los mejores centrocampistas que han pasado por el f¨²tbol espa?ol. Pero Beenhakker fue m¨¢s all¨¢: pidi¨® a Schuster que, aparte de sus precisos y habituales pases largos, se descolgara en ataque para romper el centro del campo rival con salidas por sorpresa y tambi?en, para aprovechar su buen disparo lejano. Una vez acoplado al equipo y a las exigencias, el equipo volvi¨® a exhibir un f¨²tbol de altura y de nivel. Pero las cr¨ªticas y el debate volvieron a saltar en el comienzo de la temporada: tres empates consecutivos en los tres primeros partidos de Liga hicieron saltar las alarmas. Beenhakker comenzaba a no ver las cosas claras y aspectos de algunos jugadores que no le gustaban. La primera victoria, ante el Betis en la cuarta jornada, seren¨® el ambiente hasta que se supo que el t¨¦cnico quer¨ªa sentar a Butrague?o, el ni?o mimado del presidente y de la afici¨®n, algo que pas¨® en la decimotercera jornada ante el Sevilla en el Ram¨®n S¨¢nchez Pizju¨¢n. Cinco victorias consecutivas y un empate para finalizar la primera vuelta liderando la tabla serenaron las aguas de cara a la afici¨®n. Por dentro subyac¨ªa la idea de que el t¨¦cnico holand¨¦s no confiaba demasiado en las tareas defensivas de El Buitre. Algo que se repetir¨ªa a lo largo de la segunda vuelta: los blancos s¨®lo caer¨ªan en un encuentro ante el Celta en Bala¨ªdos, pero fueron dos hechos los que marcar¨ªan el futuro de Beenhakker. El primero fue dejar al 7 blanco en el partido de vuelta ante el PSV, el campe¨®n europeo: dispuso a Llorente para tapar las subidas de Gerets (¡°Nadie juega con el patrimonio del club¡±, le dir¨ªa Mendoza). Esa decisi¨®n traer¨ªa consecuencias en el futuro. La segunda fue la debacle madridista ante el Mil¨¢n. Cay¨® goleado en San Siro (5-0) en una de las noches m¨¢s aciagas en la historia del conjunto blanco. Pese a ganar la Liga con unos n¨²meros impresionantes (25 triunfos, 12 empates y una derrota, con 91 goles a favor, pero 37 en contra) y la Copa, Beenhakker dir¨ªa adi¨®s al final de la temporada.

25.- 1989-90.- Vigesimoquinta Liga. Toshack y la mano dura
El gal¨¦s John Benjamin Toshack fue el elegido por Ram¨®n Mendoza para sustituir a Leo Beenhakker en el banquillo madridista. El gal¨¦s hab¨ªa ganado prestigio en la Real Sociedad con su sistema de tres centrales y dos carrileros que tambi¨¦n aplic¨® en el Madrid. En su primera temporada dio resultado y el equipo bati¨® el r¨¦cord de goles en una Liga al lograr la friolera de 107 tantos¡ Toshack lleg¨® al equipo para aportar mano dura (se comentaba que Mendoza le hab¨ªa fichado para enderezar un vestuario que se hab¨ªa acomodado y que ten¨ªa demasiado poder en todos los estamentos del club) pero, sobre todo, un sistema s¨®lido que evitara debacles como la de Mil¨¢n. Sin embargo, su contrataci¨®n no gust¨® a gran parte del n¨²cleo duro del vestuario porque les hab¨ªa criticado p¨²blicamente cuando entrenaba a la Real. En especial tuvo fijaci¨®n con Buyo, Tendillo y Butrague?o, aunque los tres acabaron siendo importantes. Gan¨® la Liga, pero fracas¨® con el Mil¨¢n (por segunda temporada consecutiva). Ser¨ªa destituido la siguiente temporada porque la plantilla no soportaba sus cr¨ªticas y su presencia constante en los medios de comunicaci¨®n. El gal¨¦s aplic¨® sin dudar el sistema que le hab¨ªa catapultado tanto en el Swansea como en la Real: tres centrales, uno de los cuales ejerc¨ªa de l¨ªbero, dos carrileros, tres jugadores en el centro del campo, con Butrague?o ejerciendo de segundo delantero y nexo de uni¨®n entre el medio y Hugo S¨¢nchez. Su mayor acierto fue darle absoluta libertad de movimientos a Mart¨ªn V¨¢zquez. El resultado fue la explosi¨®n del madrile?o hasta ser uno de los mejores jugadores del mundo. La producci¨®n ofensiva fue brutal: 107 goles en 38 partidos (casi tres goles por partido). Tambi¨¦n intent¨® convertir a Chendo en un pivote defensivo, pero esa apuesta no le sali¨® bien. Los blancos arrancaron con dudas (sendos empates sin goles ante el Castell¨®n y el Mallorca) en las cuatro primeras jornadas, pero cuando todas las piezas encajaron, la maquinaria blanca se puso en funcionamiento. El equipo domin¨® la primera vuelta con comodidad. S¨®lo Barcelona (3-1) y Real Sociedad (2-1) fueron capaces de derrotarles en todo el campeonato. Las goleadas se suced¨ªan y nadie era capaz de frenar a los blancos. Al t¨¦rmino de la primera vuelta ya todos pensaban en que el r¨¦cord de goles se pod¨ªa batir, como as¨ª fue: marc¨® tres o m¨¢s goles en 21 de los 38 encuentros, pero por encima del grupo sobresalieron dos jugadores: Hugo S¨¢nchez (marc¨® 38 goles, todos a un solo toque, ganando la Bota de Oro) y Mart¨ªn V¨¢zquez que, con su juego, dominaba todos los encuentros. Al final de esa temporada acab¨® march¨¢ndose al Torino italiano. Los blancos dejaron de marcar en cuatro partidos (Castell¨®n, Mallorca, Celta y Valladolid, todos jugados lejos del Bernab¨¦u), marcaron 78 goles en el Bernab¨¦u y curiosamente lograron el mismo n¨²mero de puntos en casa como jugando fuera: 31. As¨ª lograba La Quinta su quinta Liga consecutiva, algo que s¨®lo se hab¨ªa logrado en otra ocasi¨®n en la historia: el Madrid de comienzos de la d¨¦cada de los 60 (ganaron el t¨ªtulo en 1961, 1962, 1963, 1964 y 1965).

26.- 1994-95.- Vigesimosexta Liga. Ra¨²l y Zamorano para acabar con una sequ¨ªa de cuatro a?os
Tras una larga hegemon¨ªa del Barcelona en la Liga, con cuatro t¨ªtulos incluidos, el Real Madrid recuper¨® el trono en una gran temporada de juego. Con el club sumido en una grav¨ªsima crisis econ¨®mica, y viendo los t¨ªtulos que ganaban los azulgrana (cuatro Ligas, dos de ellas al Madrid en la ¨²ltima jornada del campeonato, m¨¢s una Copa de Europa), Ram¨®n Mendoza decidi¨® dar un golpe de tim¨®n. Sab¨ªa que ¡®La Quinta del Buitre¡¯ estaba ya en sus ¨²ltimos coletazos y decidi¨® ponerse manos a la obra en la creaci¨®n de un proyecto s¨®lido. Apost¨® por Jorge Valdano como nuevo entrenador, en parte por sus excelentes resultados como t¨¦cnico del Tenerife y por su apuesta por el buen f¨²tbol se consider¨® un punto fuerte de cara a la afici¨®n, y fich¨® a dos jugadorazos como eran Michael Laudrup y Fernando Redondo. Para llevar a cabo su plan, Valdano apost¨® por el fichaje de Redondo por encima de Simeone, con el que ya hab¨ªa m¨¢s que un acuerdo con el Sevilla para traerlo al Bernab¨¦u. Redondo iba a ser el eje pivotal por el que pasar¨ªa todo el juego madridista en esta nueva etapa. Adem¨¢s, contaba con M¨ªchel (sufri¨® una grave lesi¨®n y su puesto fue ocupado por Luis Enrique con notable solvencia) y Mart¨ªn V¨¢zquez para jugar por las bandas, con Laudrup como enlace con el ataque, donde brillaban Zamorano (marc¨® 28 goles en 38 encuentros) y Amavisca (10 goles). Curiosamente, Valdano no contaba con ellos al principio de la campa?a y solicit¨® su venta para poder traer al uruguayo Rub¨¦n Sosa (incluso lleg¨® a posar con una camiseta madridista en su casa del Lago de Como), y fueron una de las sensaciones de la temporada. Con quien tampoco se contaba al principio de la temporada fue con un canterano llamado Ra¨²l y que estaba predestinado a convertirse en una estrella. Por el contrario, la trayectoria de Butrague?o como madridista daba visos de agotamiento. La campa?a madridista comenz¨® con un estruendoso triunfo en Sevilla (1-4), con Zamorano marcando en el primer minuto de partido, aunque sus actuaciones m¨¢s espectaculares fueron ante el Atl¨¦tico de Madrid (4-2, en el debut de Ra¨²l en el Bernab¨¦u), y sobre todo, la devoluci¨®n de la manita que el Barcelona le hab¨ªa endosado en 1994. El 7 de enero de 1995, los blancos ofrecieron un recital de juego ofensivo para golear (5-0) a los azulgrana. M¨¢s all¨¢ del resultado, el partido significaba un evidente cambio de ciclo en el f¨²tbol espa?ol. La realidad es que los blancos pr¨¢cticamente liquidaron el campeonato en las 30 primeras jornadas jugando a un alt¨ªsimo nivel. S¨®lo el cansancio f¨ªsico le dio algo de aliciente a la Liga. En la antepen¨²ltima jornada, los blancos recib¨ªan al Deportivo de La Coru?a: un gol de Amavisca y otro de Zamorano dejaron la Liga en las vitrinas del Bernab¨¦u. Los blancos romp¨ªan as¨ª una larga traves¨ªa del desierto: cuatro campa?as sin ganar la Liga.

27.- 1996-97.- Vigesimos¨¦ptima Liga. Capello y la Liga de los ases
Corr¨ªan tiempos dif¨ªciles en el Real Madrid. A nivel institucional, Ram¨®n Mendoza hab¨ªa dimitido como presidente en noviembre de 1995 y la sucesi¨®n de Lorenzo Sanz en el cargo no se estabiliz¨® hasta que hubo elecciones de febrero de 1996. La situaci¨®n econ¨®mica del equipo pasaba por un momento delicado y en lo deportivo hab¨ªa completado una de las peores temporadas de los ¨²ltimos tiempos: acab¨® en sexta posici¨®n, qued¨¢ndose fuera de las competiciones europeas por tercera vez en su historia. La situaci¨®n requer¨ªa un giro radical en todos los sentidos. Consciente de todo ello, Lorenzo Sanz se lanz¨® a fichar a jugadores reconocidos internacionalmente: Mijatovic, Suker, Seedorf, Roberto Carlos, Secretario, Illgner¡ todos ellos bajo el mandato del t¨¦cnico Fabio Capello, que llegaba con una Champions ganada al Barcelona (4-0 en 1994) y cuatro Ligas italianas. Adem¨¢s, ten¨ªa fama de ganador y de t¨¦cnico de car¨¢cter, virtudes que demostrar¨ªa a lo largo de la temporada. Capello part¨ªa de la idea de tener un bloque s¨®lido y ordenado (sus principales premisas eran el trabajo y la disciplina) para intentar el asalto a la Liga. Eso s¨ª, el f¨²tbol-espect¨¢culo lo dejaba para otros: su lema era la eficacia pura y dura. Y eso fue el Madrid durante toda la temporada: un Madrid intenso, gran¨ªtico, al que le cost¨® tiempo para que sus estrellas se amoldasen unos con otros (el portugu¨¦s Secretario no acab¨® de convencerle ni de adaptarse a lo que le ped¨ªa y acab¨® fichando a Panucci en el mercado invernal). Pero poco a poco el equipo se fue amoldando: su primer gran partido lleg¨® en la octava jornada, al derrotar a la Real Sociedad con un contundente 6-1. Los blancos estar¨ªan sin perder hasta la jornada 25, cuando cayeron en Vallecas por la m¨ªnima. El enfado de Capello fue tan brutal que el equipo enlaz¨® otros 11 encuentros sin conocer la derrota. Pero con la lengua casi fuera por el esfuerzo desarrollado (los blancos no jugaban competici¨®n europea) porque Capello confiaba casi siempre en los mismos jugadores, los blancos sentenciaron el t¨ªtulo al derrotar al Atl¨¦tico de Madrid en el Bernab¨¦u a falta de una jornada para el final. En la pen¨²ltima, los blancos liquidaron al Extremadura (5-0), mientras que el Barcelona perd¨ªa ante el H¨¦rcules en Alicante (2-1). Anteriormente, los blancos hab¨ªan dado un paso de gigante en la jornada 34: el Madrid recib¨ªa al Sevilla y el Barcelona viajaba a Valladolid. La diferencia era de siete puntos. A los 30 minutos de cada partido, los azulgrana venc¨ªan por la m¨ªnima y el Sevilla tomaba el Bernab¨¦u con un contundente (0-2). Los locales (madridistas y pucelanos) remontaron en unas segundas partes de v¨¦rtigo. Los de Capello ganaron 4-2. Los vallisoletanos, 3-1. De estar a apenas 4 puntos la distancia se ampliaba a 10. Toda la fiesta por el t¨ªtulo ganado se evaporar¨ªa al conocer que Capello hab¨ªa adoptado la decisi¨®n de marcharse al final de la campa?a. Pero dejaba a los blancos en lo m¨¢s alto del f¨²tbol espa?ol y dejaba asentada la base para posteriores triunfos¡

28.- 2000-2001.- Vigesimoctava Liga. La primera del Siglo XXI
Tras ganar la Octava Copa de Europa, Lorenzo Sanz decidi¨® convocar elecciones para reafirmar su legitimidad como presidente, tambi¨¦n para presidir el a?o del centenario madridista (2002) y comenzar a preparar tan magn¨¢nimo acontecimiento con tiempo. Sin embargo, en las elecciones celebradas el 16 de julio, los socios decidieron que el nuevo presidente fuese Florentino P¨¦rez, un candidato que ya se hab¨ªa presentado en otras elecciones (en 1995, cuando le derrot¨® Ram¨®n Mendoza). D¨ªas antes se extendi¨® el rumor de que ten¨ªa atado a Luis Figo, capit¨¢n y l¨ªder del Barcelona. Dicho y hecho. Tras pagar 60 millones de euros (10.000 millones de pesetas) por el portugu¨¦s, Figo fue presentado como nuevo jugador del Madrid. Pero el luso no lleg¨® solo: tambi¨¦n recalaron en el club blanco Makelele, Solari, Celades, Munitis y Flavio Concei?ao. Tambi¨¦n hubo bajas como la de Redondo (vendido al Milan por 18 millones de euros) o Anelka (traspasado por 30 millones al PSG). En el banquillo continuaba Vicente del Bosque como recompensa por su trabajo al hacer al equipo campe¨®n de Europa. Las cosas no fueron bien en los primeros meses de competici¨®n, con derrotas ante equipos como el Mallorca (0-2 en el Bernab¨¦u) y el Numancia (3-1). Tambi¨¦n la derrota ante el Barcelona (2-0), con pitadas y lanzamientos de objetos al campo cada vez que Figo tocaba el bal¨®n. Pero a partir de la d¨¦cima jornada de Liga las cosas empezaron a cambiar. El Real Madrid le endos¨® un claro 5-1 a Las Palmas. Una victoria que le ayud¨® a recuperar la confianza. A partir de ese partido encaden¨® nueve victorias consecutivas que le auparon al liderato antes del final de la primera vuelta. Sacaba cinco puntos al Deportivo (42 por 37) y seis al Barcelona (ten¨ªa 36 en su casillero). Y, de esa manera afront¨® la segunda parte del campeonato: como si fuera una carrera de fondo. Los blancos aguantaron c¨®modamente su condici¨®n de l¨ªder del torneo. Tras caer ante el Mallorca (1-0) en la jornada 27, los blancos enlazaron otros 11 encuentros sin perder. A falta de dos jornadas para el final, una goleada ante el Alav¨¦s (5-0) le permiti¨® levantar una nueva Liga. La 28. La primera de Florentino P¨¦rez. La primera del Siglo XXI.

29.- 2002-2003.- Vigesimonovena Liga. Ronaldo se une al Madrid de los ¡®Gal¨¢cticos¡¯
Tras una campa?a exitosa coronada con la conquista de la Novena Copa de Europa, m¨¢s el refuerzo a?adido de Ronaldo Nazario, uno de los mejores goleadores de la historia del f¨²tbol, el Madrid pas¨® a ser conocido como el ¡®Madrid Gal¨¢ctico¡¯, un apelativo que con el paso del tiempo se convertir¨ªa m¨¢s en un estigma que en un mote valorativo. La plantilla del Madrid contaba en sus filas con jugadores como Casillas, Hierro, Roberto Carlos, Zidane, Ra¨²l, Figo y el ya mencionado Ronaldo: la combinaci¨®n result¨® ser maravillosa. El Madrid apuntalaba una plantilla nunca vista en un equipo de f¨²tbol. El brasile?o debutar¨ªa a comienzos del mes de octubre de 2002, ante el Alav¨¦s. El escenario fue el estadio Santiago Bernab¨¦u. Entr¨® en el campo en el minuto 64 y apenas 60 segundos despu¨¦s marcaba su primer gol de blanco: tras controlar con el pecho, dibuj¨® una perfecta volea. Crecido por su debut, le dio una asistencia de gol a Figo, excompa?ero suyo en el Barcelona (temporada 1996-97), marc¨® un segundo tanto y roz¨® un tercer tanto. Con la llegada de Ronaldo el Madrid ganaba en pegada, pero no estaba todo ganado: una semana m¨¢s tarde, el Racing c¨¢ntabro le bajaba a la tierra al derrotarle por 2-0. Poco a poco el equipo se fue consolidando: enlaz¨® 15 jornadas consecutivas sin perder, compitiendo en un feroz mano a mano con la Real Sociedad con apariciones del Deportivo de La Coru?a tambi¨¦n en lucha por el t¨ªtulo. La recta final del Real Madrid fue extraordinaria. Logr¨® trece puntos de los ¨²ltimos quince y venci¨® con gran m¨¦rito en Valencia (1-2) y en el Vicente Calder¨®n (0-4). Precisamente esta ¨²ltima victoria, con dobletes de Ronaldo y Ra¨²l incluidos, hizo que el Madrid dependiese de s¨ª mismo en la ¨²ltima jornada, tras la derrota de la Real Sociedad en Vigo (3-2). El equipo visitante era el Athletic Club bilba¨ªno. Todo parec¨ªa indicar un nuevo t¨ªtulo liguero para los madridistas. Y as¨ª fue. Dos goles de Ronaldo y otro de Roberto Carlos dieron una nueva Liga al Madrid. Curiosamente era la primera Liga que ganaba el crack brasile?o¡ pero tras las celebraciones, llegaron los cuchillos largos: ni Vicente del Bosque (el entrenador), ni Fernando Hierro (el capit¨¢n, un jugador con 14 temporadas defendiendo la el¨¢stica madridista), ni Claude Makelele (el futbolista que daba equilibrio al equipo) continuar¨ªan en la plantilla madridista.

30.- 2006-2007.- Trig¨¦sima Liga. La Liga del Clavo Ardiendo
En febrero de 2006, Florentino P¨¦rez renunciaba a seguir siendo presidente del Real Madrid. El m¨¢ximo mandatario no pudo soportar la actitud de algunos jugadores en el banquillo ante una derrota en Mallorca. ¡°El exceso de triunfos y quiz¨¢s una mala asimilaci¨®n de mis mensajes provoca que haya jugadores confundidos, a los que no he sabido m¨¢s que maleducarles. Aceptando mi responsabilidad, dejando la presidencia se puede reconducir una direcci¨®n equivocada¡±, dijo como explicaci¨®n para anunciar su renuncia a la presidencia blanca. As¨ª pues, en el verano de 2006 hubo elecciones a la presidencia. Unos comicios que ganar¨ªa Ram¨®n Calder¨®n. Con ¨¦l aterriz¨® Pedja Mijatovic como director deportivo. Y el montenegrino se puso manos a la obra: fich¨® de nuevo a Fabio Capello como entrenador, y con ¨¦l llegaron Cannavaro, campe¨®n del mundo con Italia ese verano: Emerson y Diarra para acorazar el centro del campo, y un veterano cazagoles, Ruud Van Nistelrooy. Tambi¨¦n llegar¨ªan Reyes (clave en el ¨²ltimo partido) y en el mercado invernal tres j¨®venes promesas: el lateral brasile?o Marcelo y los argentinos Higua¨ªn (delantero) y Gago (centrocampista). En su presentaci¨®n, Fabio Capello dijo una frase que marcar¨ªa el devenir del equipo blanco en esta edici¨®n de la competici¨®n liguera: ¡°Quiero recuperar el esp¨ªritu de la camiseta¡±. Y efectivamente, as¨ª fue la Liga blanca: m¨¢s casta y coraje que juego. Tras un comienzo flojo, ser¨ªa en la s¨¦ptima jornada, justo a los 100 d¨ªas desde que comenzase la pretemporada, cuando el Barcelona se presentaba en el Bernab¨¦u. En un intenso duelo, los blancos superaron a los de Rijkaard (2-0). Pero la temporada es un tobog¨¢n con triunfos y alegr¨ªas y derrotas y sinsabores. Despu¨¦s de ser eliminados de la Champions, los blancos tienen que medirse a Barcelona en el Camp Nou, donde en un encuentro con un gran lavado de cara de los blancos empatan (3-3) pese a ir dominando todo el partido. S¨®lo Messi evit¨® el triunfo blanco. A partir de ah¨ª, los blancos comienzan a encadenar triunfos tras triunfos, hasta colocarse l¨ªder de la clasificaci¨®n en la jornada 34 tras superar al Espanyol en un tens¨ªsimo encuentro (4-3), con un gol de Higua¨ªn en el minuto 89. Pero una vez m¨¢s, ser¨ªa en la pen¨²ltima jornada cuando los blancos se jugar¨ªan el t¨ªtulo: en esa fecha, los blancos viajaban a Zaragoza, mientras que el Barcelona se med¨ªa al Espanyol en el Camp Nou. Ambos estaban empatados a 72 puntos. A falta de dos minutos para el final, el Zaragoza gana al Madrid 2-1. Justo, con el mismo resultado, vence el Barcelona al Espanyol. Un rechace de C¨¦sar, portero zaragocista, sube el empate a dos tantos al marcador¡ para 17 segundos despu¨¦s, un pase de Rufete a Tamudo significa el empate a dos goles del Espanyol. Todo se resolver¨ªa en la ¨²ltima jornada. El Madrid recib¨ªa al Mallorca. Parec¨ªa f¨¢cil sobre el tapete, pero¡ El Mallorca sali¨® a morder desde el principio del partido. Arango estrell¨® el bal¨®n en el poste de Casillas (segundo 38 de partido), antes de que Varela, en el minuto 16 abriese el marcador para los bermellones. Pese a los intentos del Madrid, el resultado al descanso daba el t¨ªtulo de campeones a los azulgrana. Pero a falta de 25 minutos para el final del encuentro, Reyes empataba el encuentro para el Madrid. Diarra, con un potente remate de cabeza, le daba la vuelta al resultado antes de que Reyes, con un zurdazo inapelable, estableciese el 3-1 definitivo. El Madrid ganaba la Liga del Clavo Ardiendo. Un Campeonato en el que los blancos apelaron m¨¢s a la ¨¦pica, la garra, el car¨¢cter que al juego. Pero la trig¨¦sima Liga estaba en las arcas blancas.

31.- 2007-2008.- Trigesimoprimera Liga. Dominio de principio a fin
A pesar de conquistar el t¨ªtulo liguero, el entrenador italiano Fabio Capello no sigui¨® al frente del equipo. La diferencia radic¨® en que si en 1997 fue ¨¦l mismo quien pidi¨® salir para volver a Italia, al Mil¨¢n, que atravesaba una mala racha de juegos y resultados, una d¨¦cada despu¨¦s era la directiva blanca la que no quer¨ªa que continuara al frente de la nave blanca. Sus relaciones, fr¨ªas y distantes para con directivos y jugadores le situaban en una posici¨®n delicada para seguir. En su puesto lleg¨® Bernd Schuster, que hab¨ªa realizado una m¨¢s que espl¨¦ndida temporada con el Getafe. Al alem¨¢n le trajeron adem¨¢s, dos grandes talentos: los holandeses Robben y Sneijder. Ven¨ªan a suplir a jugadores como Ronaldo y Beckham, que hab¨ªan salido en cuesti¨®n de d¨ªas: el brasile?o fue traspasado al Milan por un precio irrisorio (unos siete millones de euros), mientras que el ingl¨¦s anunci¨® a comienzos de enero su marcha al f¨²tbol de la MLS, a Los ?ngeles Galaxy, algo que enfad¨® a Capello de tal manera que le mand¨® a la grada. Tambi¨¦n llegaron un central Pepe, que har¨ªa historia de blanco, Saviola, Metzelder, Drenthe, Heinze y el portero polaco Dudek. Pero el debate se abri¨® en torno a la figura de Ra¨²l. Unas palabras de Schuster (¡°Se merece decidir ¨¦l mismo su futuro¡±) invitaban a pensar en una salida del 7 blanco. Ra¨²l sigui¨® de blanco, jugando, haciendo jugar y marcando goles. De hecho fue el autor del primer gol del Madrid en el campeonato liguero. El primer gran golpe de esta Liga lo dio en la segunda jornada de Liga. Los blancos ten¨ªan que viajar a El Madrigal para medirse al Villarreal. Los de Schuster no dieron ninguna opci¨®n a los amarillos, a los que golearon 0-5. Se colocaba l¨ªder de la tabla y nadie m¨¢s volver¨ªa a encabezar la clasificaci¨®n: estuvo 37 jornadas capitaneando la clasificaci¨®n. Pese a caer ante el Espanyol, el segundo golpe en la mesa fue ante el Valencia. Con los valencianistas estando a la cola de los madridistas, ¨¦stos volvieron a golear con un contundente (1-5). Una nueva derrota, esta vez ante el Sevilla, seguidos de dos sustos ante el Mallorca (iba ganando por 2-3 antes de que Van Nistelrooy remontara) y el Murcia (empate a un tanto), hizo que los madridistas apretasen y acelerasen para ligar ocho victorias consecutivas, alejando a sus perseguidores. Tres derrotas en cuatro partidos volvieron a acercar a los azulgrana antes de que volvieran a apretar en el tramo final de la temporada: tres triunfos ante Murcia, Racing y Athletic le dejaban a punto de cantar el alir¨®n. Para ello tenia que ganar a Osasuna en El Sadar. Y como siempre en Pamplona, el partido fue muy muy duro y disputado. Patxi Pu?al marc¨® de penalti en el minuto 83 de partido. Los blancos no se amilanaron, y como hicieron en la campa?a 2006-07, volvieron a tirar de casta y coraje para llevarse los tres puntos y la trigesimoprimera Liga: primero Robben (minuto 85) y despu¨¦s Higua¨ªn (minuto 87) dejaron sentenciada la Liga. El siguiente partido visitaba el Barcelona el estadio Santiago Bernab¨¦u. Y como era preceptivo, los azulgrana hicieron el pasillo de honor a los blancos. Fueron los perfectos anfitriones para que los blancos les goleasen con un contundente 4-1 antes de recorrer el estadio madridista paseando la Copa de campe¨®n de Liga. La n¨²mero 31 de su historia.

32.- 2011-2012.- Trigesimosegunda Liga. La Liga de los 100 puntos y 121 goles
Tras dos Ligas conquistadas por el Barcelona, Florentino P¨¦rez volvi¨® a la presidencia en 2009. Con un proyecto espectacular, con jugadores fichados como Cristiano Ronaldo, Kak¨¢ y Benzema, rodeados por Xabi Alonso, Arbeloa y Albiol, y tras haber fracasado en su primera campa?a tras su vuelta, el presidente blanco puso sus ojos en la figura de Jos¨¦ Mourinho, entrenador del Inter que hab¨ªa ganado el triplete en Italia, y sobre todo, hab¨ªa impedido que el Barcelona pudiese disputar la final de la Champions en 2010 en el Bernab¨¦u. Adem¨¢s, era el entrenador del momento junto con Pep Guardiola, t¨¦cnico del Barcelona. As¨ª que lo contrat¨®. Tras una primera temporada que sirvi¨® para que los blancos conquistasen la Copa, precisamente ante los azulgrana (1-0 en Valencia), su segunda temporada iba a ser la de su confirmaci¨®n. Con jugadores como los ya mencionados, el argentino Di Mar¨ªa, los alemanes ?zil y Khedira, el joven franc¨¦s Varane¡ el Madrid comenz¨® la competici¨®n con un ritmo infernal con goleadas al Zaragoza (2-6) y al Getafe (4-2). Perdi¨® ante el Levante en la tercera jornada y empat¨® ante el Racing (0-0), pero de nuevo, encaden¨® una racha de 11 triunfos, que fue frenada por el Barcelona, que le gan¨® con contundencia en el Bernab¨¦u (1-3). Ah¨ª comenzar¨ªa una racha en la que estuvo 22 partidos invicto, ganando en casi todos los estadios rivales. Se proclam¨® campe¨®n en San Mam¨¦s, tras derrotar al Athletic por un 0-3 incontestable. Los blancos ganar¨ªan sus dos ¨²ltimos partidos para alcanzar los 100 puntos (50 como local y otros 50 como visitante: s¨®lo el Barcelona fue capaz de igualar esa cifra una temporada despu¨¦s), anotando la friolera de 121 goles (ning¨²n otro equipo lo ha vuelto siquiera a igualar). Los 100 puntos (de 114 posibles) fueron producto de las 32 victorias que cosecharon (por cuatro empates y s¨®lo dos derrotas), mientras que los 121 goles (51 lejos del Bernab¨¦u, superando los 49 que ten¨ªa el Barcelona de la campa?a 2010-11) pulverizaron el registro de 107 goles que logr¨® el Madrid de Toschack en la temporada 1989-90. Aquel Real Madrid fue obra de un equipo que construy¨® sus continuas goleadas al galope, contraatacando. Mourinho dise?¨® un Madrid rocoso en defensa (s¨®lo 32 goles en 38 partidos) y vertiginoso en ataque, con un tridente demoledor: Cristiano (46 goles), Higua¨ªn (22) y Benzema (21). 89 de los 121 goles (el 74%), llevaron la firma de alguno de los tres delanteros, y eso que el argentino y el franc¨¦s se repartieron los minutos y apenas jugaron juntos: 2.251¡¯ para Benzema y 1.708¡¯ para Higua¨ªn.

33.- 2016-2017.- Trigesimotercera Liga. La Liga de Zidane: La Liga m¨¢s coral
Zinedine Zidane fue nombrado entrenador del Real Madrid en enero de 2016. Sustitu¨ªa as¨ª a Rafa Ben¨ªtez, que hab¨ªa quedado seriamente golpeado tras perder en el Bernab¨¦u ante el Barcelona (0-4). El entrenador franc¨¦s dirig¨ªa al Castilla, y tanto jugadores como directiva comprendieron que era el momento de darle una oportunidad. Y Zidane no la desaprovech¨®. Ayudado por pesos pesados como el capit¨¢n Sergio Ramos (ambos compartieron vestuario en la campa?a 2005-06), Cristiano Ronaldo, sus compatriotas Benzema y Varane, se fue haciendo con el control del vestuario: disput¨® 20 encuentros de Liga con unos datos apabullantes: 17 victorias, dos empates y una ¨²nica derrota (ante el Atl¨¦tico de Madrid). En Europa, sus cifras tampoco eran mancas: cuatro victorias, dos empates y otra derrota. Gan¨® la Champions. Y fue en el interior de San Siro donde Zizou ya avis¨® que su preferencia era ganar la Liga¡ y de nuevo la Champions. As¨ª que su primera campa?a entera se presentaba apasionante. Y fue apasionante, con partidos ¨¦picos, remontadas al l¨ªmite del tiempo reglamentario, goles salvadores, batallas inolvidables¡ Hab¨ªan transcurrido cinco a?os desde el ¨²ltimo trofeo liguero, y un lustro es mucho tiempo para un equipo como el Real Madrid. Los blancos, con una lujosa plantilla, en la que Zidane pod¨ªa disponer numerosas variaciones t¨¢cticas (el famoso ¡®Plan B¡¯ con el que agitar y remover los partidos) ganaron 29 partidos, empataron seis y perdieron los tres duelos restantes para un total de 93 puntos: m¨¢s de 20 jugadores sobrepasaron los 1.000 minutos de juego (s¨®lo Kiko Casilla (990 minutos), Y¨¢?ez, tercer portero y que no lleg¨® a debutar, Coentrao (169 minitos) y Mariano (115 minutos) no llegaron a esa m¨¢gica cifra. Tambi¨¦n hay que destacar los 106 goles marcados (por 41 encajados: una diferencia de +65). De esa cifra, marc¨® m¨¢s goles fuera de casa (58) que en el propio Bernab¨¦u (48) y sac¨® m¨¢s puntos (47 por 46 como local). Esa cifra de 47 puntos lejos del coliseo madridista signific¨® batir otro r¨¦cord en la historia de la Liga. Adem¨¢s, marc¨® en todos y cada uno de los 38 partidos ligueros: por octava Liga consecutiva, los blancos superaban la barrera de los 100 goles. Y de nuevo, fue lejos del Bernab¨¦u: en La Rosaleda. Los blancos ten¨ªan que ganar para evitar disgustos en el ¨²ltimo partido. Y salieron convencidos de ello: Cristiano, en el minuto 2, y Benzema, al poco de comenzar la segunda mitad, aseguraron la Liga. Hab¨ªan pasado 1.846 d¨ªas del ¨²ltimo alir¨®n en San Mam¨¦s. M¨¢s de cinco a?os. M¨¢s de un lustro. El Madrid volv¨ªa a ser campe¨®n de Liga.

34.- 2019-2020.- Trigesimocuarta Liga. La Liga del COVID-19, la Liga del Alfredo Di St¨¦fano
La tercera Liga que empezaba Zidane desde el banquillo empezaba mal para los seguidores blancos. Mal por los resultados de la pretemporada, coronada con una debacle en Miami ante el Atl¨¦tico de Madrid. Los de Simeone golearon a su hist¨®rico archienemigo con un resultado feroz (7-3) que hac¨ªa rumiar que algo peor se estaba barajando para una temporada que ten¨ªa que servir de revulsivo tras una campa?a anterior que vio desfilar hasta a tres inquilinos por el banquillo blanco: Lopetegui, Solari y el propio Zidane. As¨ª las cosas, el partido de debut tampoco parec¨ªa ser f¨¢cil a primera vista. Sin embargo, los de Zidane, liderados por un Bale en estado de gracia, se impon¨ªan en Vigo con un marcador prometedor (1-3), Sin embargo, los blancos comenzaron a enlazar resultados (que no juego) hasta que en la novena jornada cay¨® en Mallorca. All¨ª, con un gol encajado a los 7 minutos de partido, sobrevino la primera gran crisis de la campa?a: el Madrid viajaba a Turqu¨ªa en Champions con la necesidad imperiosa de ganar para poder seguir optando a pasar de fase. Ante el Galatasaray brill¨® de manera espectacular Thibaut Courtois, que con tres prodigiosas intervenciones, mantuvo al equipo en la competici¨®n. Ser¨ªa el punto de inflexi¨®n de los de Zidane, que encarrilar¨ªan 15 encuentros seguidos sin perder (lo har¨ªan ante el Levante, con un gol encajado en el ¨²ltimo tramo de partido). Los madridistas volver¨ªan a perder ante el Betis en el ¨²ltimo encuentro antes del par¨®n por la pandemia del Coronavirus. Los 11 partidos restantes se jugar¨ªan en el estadio Alfredo Di St¨¦fano, el lugar conde juega el Castilla y donde Zizou empez¨® a graduarse en el banquillo blanco. No le hab¨ªa ido mal entonces, y no le ir¨ªa mal ahora¡ Pero tras dos meses de par¨®n de todas las competiciones, los blancos volvieron con el colmillo afilado: ganaron diez partidos de diez posibles, remontando los dos puntos que les aventajaba el Barcelona para acabar superando a los de Quique Seti¨¦n. Zidane ganaba su segunda Liga (en tres temporadas completas), pero alterando su librillo: ha dispuesto partidos utilizando un sistema 1-4-4-2, otras veces ha usado un 1-4-3-3, m¨¢s habitual cuando estaba Cristiano en el equipo, otras veces ha colocado cinco centrocampistas¡ ha crecido a la hora de leer el partido, se le ha visto m¨¢s suelto a la hora de hacer variaciones durante un encuentro. Ha dispuesto pr¨¢cticamente de todos los miembros de su plantilla, volviendo a la famosa Unidad B de la campa?a 2016-17, algo que han agradecido los jugadores. Al irse Cristiano (aseguraba 30 goles por campa?a), la tarea de marcar se ha repartido entre todos los jugadores: salvo Militao y los tres porteros, todos los jugadores han marcado al menos un gol. Y a la hora de defender, apareci¨® Courtois, que desde la derrota en Mallorca, sell¨® su porter¨ªa: la dej¨® sin perforar en 18 ocasiones. Y para manejar con pu?o de hierro en guante de seda se apoy¨® en dos pilares b¨¢sicos: los capitanes Sergio Ramos, un aut¨¦ntico mariscal tanto dentro como fuera de los terrenos de juego, y Karim Benzema, compatriota suyo y azote de las metas rivales. El tercer pivote es Casemiro, silencioso, laborioso y jefe en la oscuridad del vestuario. Y tras tres a?os de ausencia, los blancos volvieron a abrir el caj¨®n donde guardan las Copas de la Liga.