Un calvario lleva al para¨ªso
Un penalti transformado por Ramos a 12 minutos del final le da al Madrid cuatro puntos de ventaja sobre el Bar?a. Un Getafe admirable le hizo sufrir mucho.
Entre que el Getafe es rival cargado de espinas, que el humo del incendio en el Bar?a ceg¨® sus ojos, que entendi¨® tarde el partido y que Zidane no afin¨® con la alineaci¨®n, el Madrid pas¨® un mal rato antes de acostarse en un colch¨®n de puntos muy mullido. El pleito qued¨® resuelto cuando Olivera meti¨® el pie y la pata en una internada de Carvajal y desde el punto de penalti no perdon¨® Ramos, que en sue?os se ve pichichi.
Hay visitas al dentista m¨¢s agradables que veladas con el Getafe, el blindado que Bordal¨¢s lleva muy cerca de la vanguardia de esta Liga, un equipo que necesita poco la pelota porque su plan es otro. Defiende lejos de su marco, aprieta arriba, roba en las barbas del portero rival, alarga la pierna, le sobran convicciones y tiene delanteros que aciertan con el ojo de la aguja. Una trampa que ha servido, hasta ahora, para todos menos para los grandes felinos del campeonato, equipos dotados de jugadores con pie superlativo.
Esta vez, en Valdebebas, Bordal¨¢s dio un paso atr¨¢s, meti¨® un trivote (con Maksimovic de falso mediapunta) y entreg¨® la suerte del partido a las bandas, con laterales doblados, aunque con el tiempo Nyom y Cucurella han ido estirando sus obligaciones, y mand¨® a Mata a la aventura. El delantero centro del Getafe es el segundo futbolista que m¨¢s faltas comete de LaLiga. Hasta ah¨ª lleva su colmillo el equipo de Bordal¨¢s.
As¨ª recibi¨® a un Madrid sin Hazard y con Vinicius, el correcaminos, un jugador al que, a menudo, le corren m¨¢s las piernas que la cabeza, pero tambi¨¦n una fuerza de la naturaleza con mejores soluciones que el belga en este momento. Porque Hazard ha recuperado la silueta pero sigue buscando el duende.
En la otra orilla del ataque qued¨® Isco, el primero que repite en una plaza con siete aspirantes en un pa?uelo. Plaza que ha dejado escapar Bale, que vive confortablemente en la resignaci¨®n, consolado por el buen clima y el golf. Se lo ha llevado la corriente. Sin embargo, hace tiempo que Isco no alborota en los ¨²ltimos metros.
A los trece segundos Timor se llev¨® la primera tarjeta por una patada por detr¨¢s a Isco para dejarle claro al l¨ªder que aquello iba a ser Corea. La puesta en escena del Getafe fue impecable. Convirti¨® el partido en una ratonera para el Madrid y bord¨® uno de sus grandes recursos: no permitir correr al adversario. Dif¨ªcilmente deja abierta la puerta de atr¨¢s.
El Madrid se vio en la trinchera, con dificultades incluso para superar el centro del campo, chapoteando ante un adversario multiplicado en cada palmo de campo, desactivados su centrocampistas, sus extremos y hasta Benzema, oculto en aquella marea azul.
S¨®lo dos veces el Madrid sorte¨® con claridad la emboscada antes del descanso, en un desmarque de Mendy cuyo centro lo toc¨® apuradamente con la punta de la bota derecha Vinicius y David Soria lo salv¨® en fotog¨¦nica estirada, y en la ¨²nica contra que toler¨® el Getafe, con Ramos de asistente e Isco de rematador. Soria volvi¨® a estar en su sitio y el Getafe reclam¨® un penalti anterior de Carvajal.
Extremos al rescate
Esas dos acciones le quitaron cierto vigor al Getafe, que sigui¨® protegi¨¦ndose con la misma eficacia pero se alarg¨® menos en sus incursiones. A¨²n as¨ª, el Madrid pareci¨® incapaz de taladrar ese granito, empezando por Vinicius, que no sac¨® provecho ni de su desborde ni de su velocidad ante un lateral pegajoso y otro de guardia. El resto jug¨® a lo que quiso el Getafe, al que siempre le van bien los partidos sin acci¨®n. Cuanto menos pase, mejor para ¨¦l. Tambi¨¦n penaliz¨® al Madrid la marcha de Varane, al que mare¨® un pelotazo. La entrada de Militao s¨®lo sirvi¨® para explicar por qu¨¦ el franc¨¦s y Ramos son intocables. Y a esa ola de desconcierto se subi¨® Mendy, con algunos controles de madera que pusieron en peligro a su equipo.
Intuyendo el pinchazo, Zidane intent¨® con la sacudida de un triple cambio: Valverde, Rodrygo y Asensio. Visto que no funcionaba el verso a verso, tocaba el golpe a golpe. Un intento por abrir el campo ante un rival herm¨¦tico. Ah¨ª se blanque¨® el partido, con el Madrid atacando por los flancos y el Getafe blandeando por la paliza anterior. Rodrygo y Asensio fueron el chupinazo que necesitaba el Madrid para sacar aquel cami¨®n del barro, aunque el fin del calvario llegara en una internada del hiperactivo Carvajal, en cuyo recorte hacia dentro pic¨® Olivera para derribar al lateral. El penalti, transformado con oficio por Ramos, sac¨® al Madrid de un apuro gigantesco y le dispar¨® hacia el t¨ªtulo. Su red, ahora, son dos empates. Ser¨¢ dif¨ªcil que acabe en el suelo.