La Brasil m¨¢s pobre se va del Mundial de Sud¨¢frica

Irreconocible. La Brasil que lleg¨® y se fue en cuartos de Sud¨¢frica no dej¨® saudades. Lo que los brasile?os llamamos saudades y los gallegos llaman morri?a es el sentimiento de echar de menos a algo que nos es cercano. Parte de nosotros. En Sud¨¢frica, el hincha brasile?o sinti¨® saudades del jogo bonito. De la alegr¨ªa, fantas¨ªa e ilusi¨®n que siempre fueron parte de la esencia de la canarinha y que, de las manos pragm¨¢ticas, arrogantes y antip¨¢ticas de Dunga, brill¨® por su ausencia. Brasil pag¨® la vulgaridad de su seleccionador. Que se dej¨® a un joven Neymar en Santos y llev¨® una plantilla burocr¨¢tica, apostando por un sistema apoyado en la defensa, encomend¨¢ndose despu¨¦s a Kak¨¢ o Robinho, que marc¨® el 0-1 ante Holanda a los 10'.

La mala noticia fue que esta vez su cuerpo de guardia dio el cante, principalmente su fiel escudero de alma y estilo, Felipe Melo, que marc¨® un gol en propia puerta y se autoexpuls¨® tras pisarle a Robben en el 73'. Poco antes, Sneijder hab¨ªa marcado el tanto de la remontada de cabeza a saque de c¨®rner. Fall¨® el n¨²cleo duro de Dunga: Lucio, Juan, Gilberto, Julio C¨¦sar... El imperio de Dunga se desmoron¨® en su propia esencia.

Brasil cay¨® eliminada y pas¨® los pr¨®ximos seis a?os perdida, comandada por dirigentes como Ricardo Teixeira y Marco Polo del Nero que, antes de ser detenido por el esc¨¢ndalo del FIFA Gate, volvi¨® a contratar a Dunga, tras la debacle definitiva en 2014 ante Alemania (1-7). El gaucho fue destituido tras otra humillaci¨®n, en la fase de grupos de Copa Am¨¦rica Centenario en 2016. Y desde entonces le toca al simp¨¢tico y entra?able Tite rescatar la esencia canarinha, tan amenazada.