Tac車n de oro
Una maravillosa ocurrencia de Benzema, con gol de Casemiro, dispara a un mal Madrid en Cornell角. Noche en blanco de Hazard. Mucho trabajo y poco peligro en el Espanyol.
Hace tiempo, desde que Cristiano se baj車 del barco, que Karim Benzema ha comenzado a entender mejor el juego y a entenderse mejor a s赤 mismo. Fue un genio en la botella, un mago que no lo era para todos los partidos ni para todos los rivales. Ahora ese jugador al que parec赤a resbalarle todo patronea al Madrid y le saca de partidos boscosos como el de Cornell角, en el que el Madrid abri車 hueco con un Bar?a al que el regreso del f迆tbol le ha pillado mirando al techo y al VAR. Un taconazo de platino del franc谷s marc車 la diferencia en el marcador. Tambi谷n existi車 en el juego, pero no siempre al Madrid le servir芍 esa peatonalizaci車n del f迆tbol para salir vivo de las cinco finales que le quedan. Y necesitar芍 m芍s de Hazard, que ha pasado de virtuoso a virtual.
En Cornell角, pese a la paliza pospand谷mica y la condici車n de colista del Espanyol, Zidane tampoco toc車 a sus cinco intocables: Courtois, Carvajal, Ramos, Varane y Benzema. La insistencia no s車lo revela la fortaleza del rep車quer sino que tambi谷n es un indicador fiable de por d車nde flaquea el banquillo: existe una diferencia gal芍ctica entre el portero y los defensas titulares y sus repuestos, excepci車n hecha de Marcelo y Mendy, que mantienen su carrera de relevos, y no hay plan B sostenible para Benzema en estos dos a?os de versi車n can赤bal. El resto es mutable para el t谷cnico, incluido Vinicius, que por un momento no s車lo ech車 la puerta abajo sino tambi谷n a Hazard de su puesto. Otra cosa es sacarle del once, que para tanto no da el estir車n del brasile?o. Especialmente vol芍til es la plaza de la derecha del ataque. Cinco partidos y cinco hu谷spedes. Por ah赤 contenta a unos cuantos Zidane. Esta vez le toc車 a Isco, cuya alineaci車n tambi谷n fue un mensaje: subi車 el volumen del control y baj車 el del v谷rtigo.
El Espanyol lleg車 al duelo con el tiro de gracia. La victoria del Eibar en Granada le alejaba diez puntos de la permanencia. As赤 que lo de Rufete sonaba a crimen y castigo: 谷l hizo el equipo y 谷l le acompa?ar芍 a Segunda. Recuper車 a Bernardo y Cabrera, los centrales titulares, y tambi谷n a De Tom芍s. Los ex los carga el diablo, porque son futbolistas que se quedaron en el casi, que rozaron el primer equipo sin pisarlo, que pudieron ser y no fueron. Y llegan a estos partidos con el orgullo en carne viva.
Tambi谷n lo tiene el Espanyol, fundador de LaLiga y con 85 a?os en Primera, que entr車 en el partido subido en el acelerador y con un retoque t芍ctico que de salida sorprendi車 al Madrid: Wu Lei vencido a la derecha y Embarba de segundo punta. Aquello dur車 lo que ha durado todo lo bueno en el Espanyol este curso, un pesta?eo. El Madrid fue sosegando el juego y dominando el partido desde el manejo y con Casemiro como centro de gravedad. Estuvo en todas las salsas en esos primeros minutos: un remate desde el p芍rking que casi coge en Babia a Diego L車pez, un misil que casi le vuela la cabeza a Ramos cuando acud赤a al remate y un testarazo sin direcci車n en el punto de penalti. En esos minutos el Madrid incurri車 en uno de sus vicios recurrentes cuando el espacio no asoma por dentro: centros al por mayor por falta de imaginaci車n. Nada que apurase en exceso al Espanyol, que adelant車 mucho su l赤nea defensiva y meti車 la pierna en cada disputa. Quiere que el drama le pille con la camiseta empapada en sudor.
Al Madrid le falt車 la verticalidad supers車nica de Vinicius, ese remolino que tantas soluciones le ha dado. Porque Hazard anda muy corto de gol e Isco nunca ha vivido de eso. As赤 que la primera mitad se ventil車 con un dominio sosote del Madrid, que actu車 como si se sintiera inmortal, como si el partido fuera a caerle por la ley de la gravedad. Le falt車 juego al espacio, movilidad, circulaci車n, velocidad, todo lo que desarma defensas.
Una genialidad en el desierto
Especialmente plano anda Valverde, cuyo motor se ha apagado en el confinamiento. Y apenas empujaron los laterales. Hace tiempo que el alboroto de Marcelo ha dejado de serlo y Hazard sigue sin ser el Hazard que compr車 el Madrid. Es uno m芍s del coro y muy improductivo de cara a puerta. Y en medio de la espesura lleg車 el detalle m芍gico del partido, de la Liga y de muchas ligas. Una de esas jugadas que Benzema, al que Mateu le quit車 un penalti poco antes, dejar芍 en el museo del club, como aquel eslalon sobre el alambre en el Calder車n. Caz車 un bal車n largo, esper車 a Casemiro y le meti車 un taconazo entre las piernas de Bernardo para que el brasile?o empujara la pelota a la red. S車lo a Guti se le ocurri車 algo tan maravillosamente extravagante (todav赤a m芍s asombroso fue lo suyo porque encaraba al portero) en Riazor. Hace tiempo que todo lo que rodea a Benzema huele a incienso. Ser芍 el hombre de esta Liga si al final la gana el Madrid.
Pasado el destello del franc谷s, el partido volvi車 a la meseta: la pelota del Madrid, la desesperaci車n perica y el f迆tbol de nadie. As赤 que Zidane tir車 de los correcaminos, Rodrygo y Vinicius, porque partidos as赤 tienen siempre un punto venenoso. Dos brasile?os, uno por banda, de muy distinta escuela. De un atrevimiento exagerado Vinicius y excesivamente comedido Rodrygo. Al otro lado meti車 Rufete a Melendo, su toque de fantas赤a, y a un segundo punta, Calleri, un instrumento de percusi車n para sacar provecho del juego en largo. La agitaci車n le fue mejor al Espanyol, que a迆n tuvo un moderado arre車n al final, pero su suerte estaba echada. La salvaci車n est芍 en otro planeta. El mismo en el que estuvo el Madrid durante un partido que se resume en un tac車n de oro.