Nuevo l¨ªder y nuevo l¨ªo
El Madrid pasa al Bar?a tras una pol¨¦mica actuaci¨®n de Estrada y el VAR, que le quitaron un gol legal a la Real. Partidazo de Vinicius y Carvajal. Se lesion¨® Sergio Ramos.

El Madrid cogi¨® su tren, la Real sigue confinada y Piqu¨¦ encontr¨® materia de debate. Todo en una cita apasionante en Anoeta que dar¨¢ que hablar. Fue la noche de Vinicius, la traca del Madrid, que provoc¨® el penalti que lo rompi¨® todo, y de Estrada y Munuera, que le limpiaron un gol a la Real con 0-1. Fue segundos antes de que Benzema marcara el segundo gol con un control de hombro tambi¨¦n para la discusi¨®n, aunque este pareci¨® legal. Bajo esta conmoci¨®n depende el Madrid de s¨ª mismo en esta Liga a partir de ahora, con el convencimiento de haber salvado la cumbre m¨¢s alta del torneo y con la inquietud de que sin Ramos est¨¢ condenado al sufrimiento.
Pasado el tiempo en que Bale fue un bestseller, Zidane no ha encontrado despu¨¦s el futbolista que abroche el tridente por la derecha. Por ah¨ª pasaron Lucas V¨¢zquez, de honradez intacta pero juego menguante; Vinicius, que en esa finca es pez fuera del agua; Rodrygo, acad¨¦mico pero poco travieso; Asensio, irregular primero y roto despu¨¦s; Valverde, con demasiado motor para un carril tan estrecho; Isco, que huye de la zona por su propensi¨®n a estar en contacto con el bal¨®n. As¨ª que la plaza baila y hace bailar el dibujo, recogido ahora hacia un 4-4-2 menos arriesgado. Esta vez prob¨® Zidane con el que faltaba, James, un gal¨¢ctico venido a casi nada que no jugaba en Liga desde octubre, en la derrota con consecuencias (las peores, para el colombiano) en Mallorca. Su ¨²ltimo partido hab¨ªa sido el 6 de febrero, precisamente en el Waterloo copero ante la Real. Comenz¨® muy abierto a la derecha y nada pas¨® por all¨ª. Ni un detalle que le quitase la raz¨®n a Zidane por esa exclusi¨®n kilom¨¦trica. Est¨¢ tieso f¨ªsica y an¨ªmicamente. ?l y Bale son dos Rolls en el garaje.
Tambi¨¦n par¨® a Hazard y puso a Vinicius. No caben los dos en el mismo traje. El brasile?o result¨® invisible en su ratito ante el Eibar y entr¨® con cascabeles en el partido frente al Valencia, pero en la prepandemia era el jugador m¨¢s determinante del Madrid. Su f¨²tbol invita a las exageraciones: grandes carencias y grandes virtudes. En el club se cree que romper¨¢ en genio. La afici¨®n no est¨¢ tan segura. En Anoeta fue el m¨¢s aventurero del grupo, el trampol¨ªn del Madrid.
La Real no dio un paso atr¨¢s. Se siente, con raz¨®n, de sangre azul en esta Liga, e Imanol apost¨® por un equipo a toda pastilla, con Portu e Isak, el aprendiz de Ibrahimovic, quiz¨¢ por el efecto recuerdo. Los dos le hab¨ªan dejado cicatrices al Madrid en el pasado.
El torbellino VInicius
El duelo entre dos equipos alfa tuvo un inicio alborotado. A los dos minutos Vinicius malogr¨® una gran oportunidad al meter la derecha cuando la jugada ped¨ªa la izquierda tras servicio de Valverde. No fue preludio de nada. La Real, que llevaba dos partidos de oyente, adelant¨® su zona de presi¨®n y par¨® pronto al Madrid con m¨¢s organizaci¨®n que ambici¨®n y el equipo de Zidane tampoco apret¨® como si la Liga le fuera en esto. Son habituales estas pausas minimalistas del Madrid. Incluso en tardes de provecho como ante Eibar y Valencia. As¨ª que la cosa fue derivando en tost¨®n, en idas y venidas sin remate y sin m¨¢s agitaci¨®n que la de Vinicius por su banda, ese torbellino sin temple que se salt¨® los l¨ªmites de velocidad del partido. Tuvo momentos supers¨®nicos y un remate potente y sin colocaci¨®n al filo del descanso que rechaz¨® Remiro. La impresi¨®n siempre fue que por ¨¦l iba a el Madrid a hincarle el diente al partido.
Benzema se qued¨® en la faceta de compositor, pero aqu¨ª y ahora est¨¢ para todo. El Madrid fue lo que dice la tabla: un grupo solvente atr¨¢s, con Carvajal a la cabeza de la manifestaci¨®n, y sin encanto delante. Antes del descanso lo intent¨® de lejos, como si los goles fueran a caerle v¨ªa sat¨¦lite. En el grupo de afectados por el confinamiento ha ca¨ªdo Valverde, una fuente de energ¨ªa en crisis.
Tampoco la Real tuvo hechos diferenciales en esa primera mitad. A Isak no le sirvi¨® la zancada antes dos centrales con mucha mili y tampoco tuvieron llegada ni Portu ni Oyarzabal ni Odegaard. Ese pulso sin vencedor parec¨ªa actuar en favor del Madrid. En este neof¨²tbol de los cinco cambios un equipo vale lo que vale su banquillo. Y el del Madrid, es de platino.
Para que aquello se rompiera, sin embargo, no hubo que esperar tanto. Volvieron del vestuario los mismos y con el mismo aspecto: 21 con el pie en el freno y Vinicius, que fue remontando r¨ªo arriba por la l¨ªnea de fondo con una cadena de quiebros hasta ser trabado por Llorente en el momento del remate. Una noticia magn¨ªfica para el Madrid, por el valor de un gol en un partido tan herm¨¦tico, seguida de otra muy negativa, la lesi¨®n de Sergio Ramos, que hab¨ªa convertido el penalti del 0-1.
Imanol, que ante el Alav¨¦s cambi¨® a cuatro de golpe (viendo el juego del equipo hubiera sustituido a siete m¨¢s de haberle dejado la IFAB), modific¨® el registro. Cambi¨® el vigilante Vinicius (de Gorosabel a Elustondo) y tir¨® de un futbolista con desborde, Januzaj, por un Oyarzabal desaparecido.
Eso meti¨® al Madrid, consternado por la baja de Ramos, muy atr¨¢s. Y entonces lleg¨® el l¨ªo. Un tiro lejano de Januzaj pas¨® cerca (o no tan cerca) de Merino, que estaba en fuera de juego, y entr¨®. Estrada apreci¨® una presunta influencia del navarro. S¨®lo lo vieron su asistente y Munuera. Un gol de ley que arruinaron a medias los ¨¢rbitros del directo y del diferido. Y casi de inmediato, el 0-2, en media vuelta de Benzema tras control con el hombro y desmayo insospechado de Remiro. Aqu¨ª acert¨® Estrada, pero la herida ya estaba abierta. Despu¨¦s recort¨® Merino, de izquierdazo brutal con un Madrid acobardado sin su capit¨¢n. Ahora LaLiga est¨¢ en su mano, que tampoco es demasiado firme.