Las Palmas
¡°Los m¨¦dicos le dijeron a mi padre: ¡°Usted llega muy tarde¡±
Toni Afonso, hijo de Tonono, evoca en AS la figura de su padre. El martes se cumplen 45 a?os de un fallecimiento que conmocion¨® a toda Gran Canaria.
La silueta de la costa norte de Gran Canaria mantiene un estilo inconfundible. La vista se pierde entre las olas, sus acantilados, alguna casa al borde del principio y la infinidad del Atl¨¢ntico. Por all¨ª se hace hueco el barrio de San Andr¨¦s, en la costa de Arucas, municipio de lugar privilegiado en el coraz¨®n de Tonono Afonso (San Felipe, Gran Canaria; 25/08/1943. En imagen superior, en la fila de arriba el tercero por la izquierda), una de las m¨¢s rutilantes estrellas que ha parido Las Palmas a lo largo de sus casi 71 a?os de vida.
No pod¨ªa haber mejor escenario y all¨ª nos espera, siempre sonriente, su hijo Antonio, acaso un calco f¨ªsico de su padre, todo un capricho de la gen¨¦tica. Con vistas y olor a mar y el inconfundible sonido de las olas rompiendo contra las piedras como banda sonora, evocamos la figura de este icono de la sociedad grancanaria.
Ocurre que, en estos d¨ªas, se est¨¢ cumpliendo la tr¨¢gica trilog¨ªa de Tonono de los 45 a?os: ¨²ltimo partido en el Estadio Insular (contra el Celta; 25 de mayo), ¨²ltimo partido con la camiseta de Las Palmas (en M¨¢laga; 31 de mayo) y fallecimiento en la capital grancanaria (9 de junio) por culpa de una complicaci¨®n hep¨¢tica. ¡°Nunca le hab¨ªa pasado nada¡±, recuerda Toni. Ten¨ªa apenas cinco a?os cuando su padre falleci¨®, pero hace un perfecto acopio de recuerdos compartidos por familiares y compa?eros de la leyenda para volver a aquellos fat¨ªdicos d¨ªas.
En el ep¨ªlogo de mayo del 75, tal vez mucho antes, algo pasaba en el interior de Tonono. Este l¨ªbero de leyenda, el mejor de Primera Divisi¨®n en el curso 1971/72, sent¨ªa molestias. Pero pesaba m¨¢s la pasi¨®n por el f¨²tbol y el amor a Las Palmas. En riesgo se encontraba, adem¨¢s, la salvaci¨®n de los suyos. ¡°Estaban jug¨¢ndose el descenso y ¨¦l era fundamental desde el centro de la defensa. No pod¨ªa dejar a su equipo tirado en ese momento aunque tuviese unos dolores bestiales¡±, recuerda su hijo. De hecho, aquel 3-1 contra el Celta certificaba la permanencia, un a?o m¨¢s, en Primera Divisi¨®n. ¡°Nunca le hab¨ªa pasado nada as¨ª que nunca, ni el equipo m¨¦dico, ni la familia, ni nadie, pens¨® en que pod¨ªa ocurrir algo as¨ª¡±, insiste Toni, que sentencia: ¡°Era un portento f¨ªsico, un adelantado a su tiempo en ese sentido por lo que se cuidaba, y pensaba que no le iba a pasar factura ese problema¡±.
Jug¨® su ¨²ltimo partido en M¨¢laga el 31 de mayo. Se le iba la vida, pero quiso dejarla, si acaso, en el campo. Ni siquiera en esos momentos dej¨® de salir de inicio. ¡°Mi padre siempre fue titular, nunca jug¨® de suplente. Nunca se sent¨® en el banquillo a ver un partido oficial. 436 partidos, siempre titular. Solo dos no los termin¨®. En uno de ellos se lesion¨® y en el fue otro expulsado injustamente, y despu¨¦s le quitaron la roja. Eso es bestial, una burrada¡±, afirma Antonio. ¡°Una burrada¡± que, por supuesto, supone un r¨¦cord absoluto en la historia del club.
En M¨¢laga se despidi¨®, sin saberlo, del f¨²tbol en activo. Con apenas 31 a?os estaba perdiendo la carrera por la vida. El fatal desenlace se desencaden¨® al regreso de la capital de la Costa del Sol. ¡°Era un s¨²per hombre, un portento f¨ªsico¡±, anuncia admirado su hijo. Tal vez por eso ¡°nunca fue consciente, solo al final, de lo grave que era lo que ten¨ªa. Hasta que no vinieron cuatro m¨¦dicos y lo valoraron¡ Dijeron: ¡°Usted llega muy tarde¡±. A la cl¨ªnica lleg¨® muy tarde. Dur¨® una semana, lo que pudieron mantenerlo. Aterriz¨® desde M¨¢laga y dur¨® lo que le permiti¨® su cuerpo¡±, rememora Antonio. Dejar al equipo tirado nunca fue una opci¨®n. Ni en los peores momentos. Siempre fue el ¨²ltimo en abandonar el barco por muy a la deriva que estuviera.
Aquella cifra de 436 partidos oficiales con Las Palmas, jugados todos como titular, solo es comparable a los 22 encuentros disputados con la selecci¨®n espa?ola, todos ellos perteneciendo a Las Palmas en una ¨¦poca en la que La Roja ten¨ªas muchos menos compromisos que ahora. ¡°Son situaciones diferentes. No es que tenga m¨¢s m¨¦rito antes que ahora porque son ¨¦pocas distintas, pero s¨ª es verdad que lo de mi padre fue una bestialidad¡±, dice. Su cerebro, ni que fuera una computadora, almacena los datos precisos para defender sus palabras. ¡°Para superar el r¨¦cord de mi padre pasaron 30 a?os, que fue Valer¨®n. Cuando cumpli¨® 23 partidos hab¨ªan pasado 30 a?os desde que lo hizo mi padre. Ahora pasan menos a?os. Desde que Valer¨®n consigui¨® 46, en cinco a?os se lo quit¨® Pedro. Y Silva, en seis. El f¨²tbol ha evolucionado. Creo que para que alg¨²n jugador de Las Palmas tenga esos n¨²meros sin que nadie se lo lleve¡±, recordaba con una enorme sonrisa. Y a?ad¨ªa: ¡°Aquel f¨²tbol era uno, y este es otro. Ser¨ªa equiparable a los jugadores internacionales de ahora. Si Pedro tiene 65 y Silva 125, ¨¦l tendr¨ªa esos n¨²meros. Lo que pasa en que en esa ¨¦poca jugaban 2-3 partidos al a?o. De ah¨ª su m¨¦rito¡±.
Tan magnas cifras, acaso imposibles en el f¨²tbol actual jugando en equipos modestos como Las Palmas, las consigui¨® Tonono perteneciendo a ¡°una familia¡± de lo m¨¢s particular: Germ¨¢n, Guedes, Le¨®n, Castellano¡ ¡°Hay que ponerse en ese momento de Espa?a. C¨®mo era, c¨®mo era la sociedad¡±, habla evocando a estos hijos de la postguerra. ¡°Ten¨ªan que tirar para adelante todos juntos. Si no, no pod¨ªan conseguir nada. Todo era m¨¢s familiar¡±, asegura.
Generaci¨®n dorada.
Tonono fue un t¨®tem absoluto de la generaci¨®n dorada de Las Palmas, acaso un estandarte de la mejor ¨¦poca del club. De ¨¦l destacan ¡°la nobleza con la que jugaba y la eficacia que ten¨ªa¡±. ¡°Germ¨¢n dicen que ten¨ªa un im¨¢n para saber d¨®nde acababa la jugada, y ah¨ª se colocaba ¨¦l (Tonono) para esperar. Ten¨ªa esa capacidad de adelantarse a la situaci¨®n, y por eso fue un adelantado a su tiempo¡±, analiza su v¨¢stago. Aunque lo cambiaran de ubicaci¨®n segu¨ªa rindiendo como el que m¨¢s: ¡°Primero actuaba de l¨ªbero, y Sinibaldi lo puso despu¨¦s a jugar en l¨ªnea. Pensaban que iba a ¡®morir¡¯ porque no era muy r¨¢pido, pero se adapt¨®. Ese primer a?o que jug¨® en l¨ªnea fue nombrado el mejor defensa de la liga espa?ola, en la temporada 1971/72. Se dec¨ªa que c¨®mo Las Palmas iba a cambiar su sistema defensivo si ten¨ªa al mejor l¨ªbero de Espa?a. Pues mira¡¡±.
Tonono formaba parte de la Sant¨ªsima Trinidad amarilla junto a Guedes y Germ¨¢n D¨¦vora, presidente de honor de la UD Las Palmas. Por ah¨ª pululaban tambi¨¦n otros ¡®diablillos¡¯ como Mam¨¦ Le¨®n, recientemente desaparecido, o Paco Castellano. Apenas imaginarlo emociona. ¡°Jugaban de memoria¡±, afirma Toni. Parec¨ªa muy f¨¢cil: ¡°Mi padre era un jugador muy t¨¦cnico, algo que nunca se lleg¨® a valorar. ?Por qu¨¦? Porque era muy listo. ¡°?Para que voy a avanzar como Beckenbauer?¡±, como era su estilo. Pero es que ten¨ªa delante a Guedes, a Germ¨¢n, a Le¨®n en un extremo. ¡°?Para qu¨¦ voy a hacer otras cosas si tengo al mejor 6 (Guedes)?¡±. Por simple que parezca, triunfaron por la sencillez de su juego, lo que tantas veces parece lo m¨¢s dif¨ªcil del mundo: ¡°Le daba la pelota a Guedes, este a Germ¨¢n, y Germ¨¢n a los delanteros: Gilberto, Le¨®n¡ As¨ª triunfaron¡±. Vaya si lo hicieron. Como el equipo de lujo, en la imagen superior, subcampe¨®n de liga en 1969: Oregui, Aparicio, Tonono, Mart¨ªn Marrero, Castellano, Guedes (arriba); Le¨®n, Gilberto II, Jos¨¦ Juan, Germ¨¢n D¨¦vora y Gilberto.
El sentimiento invade el rostro de Antonio. ¡°Hablas con ellos y no pueden expresarse por la emoci¨®n. Tienen ese sentimiento de pertenencia. Primero se fue Guedes, aunque fue algo m¨¢s preparado porque se supo que padec¨ªa c¨¢ncer. Lo vieron venir, pero fue un palo¡ Mi padre se vino abajo. Ellos dos se complementaban. Lo de Guedes fue en 1971¡±. Dos p¨¦rdidas, todav¨ªa hoy irreparables, en demasiado poco tiempo.
Arucas.
Desde muy chico, acaso desde la cuna, Tono fue la mezcla perfecta de talento y suerte futbol¨ªsticos. Apenas siendo un pibe de Arucas, de donde siempre se consider¨® pese a haber nacido en una cueva de San Felipe (norte de Gran Canaria), ubicada en la finca que su padre cuidaba, y ser ¡®inscrito¡¯ en Tenoya, su leyenda como futbolistas se expand¨ªa allende el norte de Gran Canaria. Siendo juvenil, su clase con la pelota ya despertaba pasiones. ¡°Mi padre, en edad juvenil, ya hac¨ªa exhibiciones con pelotas de pl¨¢stico antes de que jugara el regional del Arucas. Sobre todo en los descansos. Un d¨ªa, un ¨¢rbitro intent¨® parar la exhibici¨®n con el estadio de Cardones lleno. El p¨²blico lo empez¨® a increpar. ¡°?Que acaben los chiquillos, queremos ver la exhibici¨®n!¡± Eran 3-4 jugadores del Arucas¡±, recuerdo, lleno de orgullo, Antonio, que rememora: ¡°En ese momento, el Arucas era un equipo puntero en Canarias, pero el ¨²nico de aquellos pibes que lleg¨® a triunfar fue mi padre. Pero ¨¦l siempre dijo que no era el mejor. Es cuesti¨®n de suerte. Mi padre ten¨ªa un primo, Gustavo, que era igual de bueno que ¨¦l, como siempre dijo¡±.
¡°Lo que ten¨ªa era suficiente¡±.
Ten¨ªa claro Tonono que ¡°lo que ten¨ªa era suficiente¡±, como afirma la familia. La sobraban ofertas, pero su sentido de la pertenencia y la cl¨¢usula de retenci¨®n como consecuencia de las fugas previas de otros astros como como Alfonso Silva lo ataron a Las Palmas. ¡°Todos los a?os alg¨²n equipo tocaba a la puerta (se r¨ªe). Pero no se pudo¡±. Tampoco es que a la leyenda le pesara demasiado. ¡°Jugando como tipos que eran como su familia, as¨ª que ten¨ªa el trabajo ideal¡±, dice su hijo. ¡°Pod¨ªa ser una persona con m¨¢s expectativas o ambici¨®n. Pero ten¨ªa claro que lo ten¨ªa era suficiente y no hab¨ªa que comerse m¨¢s de lo que le daban en el plato¡±, sostiene, a modo de ejecuci¨®n.
Si Tonono hiciera su particular regreso al futuro, ¡°no se asombrar¨ªa¡± por las pasiones que siguen despertando 45 a?os despu¨¦s de su despedida futbol¨ªstica y vital. ¡°Sab¨ªa d¨®nde estaba, la posici¨®n que ten¨ªa. No le dar¨ªa importancia¡±, anuncia su hijo. Por bandera, siempre la sencillez: ¡°Ser¨ªa una persona estilo Valer¨®n, muy cercano. Miras el historial y est¨¢n ¡®calladitos¡¯. Mi padre no necesitaba el reconocimiento continuo. ?l ten¨ªa claro lo que hac¨ªa. Su trabajo era entrar al campo, ayudar, intentar pegarse al nuevo para ayudarle. Para ¨¦l lo importante era el club, y no le importaba lo que ganaba. S¨ª le importaba pero no se iba fuera, al Madrid por ejemplo, porque sab¨ªa que ten¨ªa que mover a su familia. Aquellos eran canarios, canarios. Como ¨¦l fue siempre aruquense, pero de verdad¡±.
Toca despedirse, el tiempo se echa encima, la vida nos espera. ¡°La historia, cuando te vas alejando, pierde la subjetividad del momento y eres m¨¢s objetivo¡±, afirma Toni antes los homenajes pasados, presentes y futuros de su padre. En este caso, cualquiera es poco. ¡°Si mi padre llega a ser ingl¨¦s ser¨ªa otra cosa. Si fuera americano la camiseta ya estar¨ªa puesta o retirada en el Estadio. Aqu¨ª tiene que pasar el tiempo. Pero en todos los ¨¢mbitos, no solo en el deporte. Si es muy cercano, igual no lo valoramos¡±, dice, con cierto pesar.
De fondo, el incesante Atl¨¢ntico sigue golpeando a las piedras que nos separan del agua salada. El sonido es bello, y lo hace con la misma elegancia y estilo con la que un aruquense de pro se exhib¨ªa en cada campo que visitaba, el Estadio Insular siempre a sus pies. Como a nuestros pies, en la arena negra de San Andr¨¦s, un grupo de pibes, como el peque?o Lucas, de 12 a?os, golpea la pelota. As¨ª, descalzo, empez¨® la forja de la leyenda. Qui¨¦n sabe¡