Valencia: 19 a?os del d¨ªa que roz¨® la Champions en Mil¨¢n
El equipo blanquinegro perdi¨® la final de la m¨¢xima competici¨®n continental el 23 de mayo de 2001, en la tanda de penaltis contra el Bayern.
Hoy hace 19 a?os, la Champions estuvo a punto de viajar hasta Valencia. Fue la vez que m¨¢s cerca ha estado, en toda la historia, de que el cetro de la competici¨®n de clubes m¨¢s importante de Europa llegara a Valencia. Fue en San Siro (Mil¨¢n), el 23 de mayo de 2001, y el Valencia llegaba a la cita m¨¢s importante con el recuerdo en la retina de la final de un a?o antes, donde sucumbi¨® ante el Real Madrid (3-0), en un partido donde no compiti¨®.
Un a?o despu¨¦s, iba a ser distinto. Mendieta marcaba de penalti nada m¨¢s comenzar y el Valencia dominaba la contienda ante un Bayern que tambi¨¦n llegaba escamado a la final puesto que dos a?os antes hab¨ªa perdido la final ante el Manchester United tras encajar dos goles en el descuento del partido. Mucho mejor se pon¨ªan las cosas cuando Ca?izares le deten¨ªa un penalti a Scholl, en la primera mitad.
Al descanso se lleg¨® con ventaja valencianista. La ¡®orejona¡¯ estaba a s¨®lo 45 minutos. Pero pronto el ¨¢rbitro volvi¨® a se?alar un tercer penalti, el segundo a favor del Bayern. Effemberg no perdon¨® y puso el empate. los b¨¢varos se crecieron pero el valencia se defendi¨® bien. La ocasi¨®n m¨¢s clara, sin embargo, la tuvo Zahovic, en los ¨²ltimos minutos, pero control¨® mal, en el ¨¢rea peque?a, y Kahn resolvi¨® el envite. La pr¨®rroga no provoc¨® alteraciones en el marcador y se lleg¨® a la tanda fat¨ªdica para el Valencia.
El Bayern fall¨® el primero y Mendieta y Carew le dieron una ventaja al Valencia en los penaltis. Sin embargo, Zahovic y Carboni fallaron su lanzamiento de manera consecutiva. Entre ellos, Ca?izares tambi¨¦n se lo detuvo a Andersson. Effemberg y Baraja pusieron el 3-3 definitivo en la tanda y se lleg¨® al desempate. Lizarazu y Kily marcaron su tanto y se llegaba al s¨¦ptimo lanzamiento. El definitivo. Linke marc¨® el suyo. Le llegaba el turno a Pellegrino, un central. Y all¨ª apareci¨® Kahn, el eterno verdugo valencianista.
Se esfum¨® la Champions pero para siempre se quedar¨¢n los sentimientos de aquel d¨ªa en el que el Valencia roz¨® la gloria. La imagen de Ca?izares rechazando la medalla del subcampe¨®n dieron la vuelta al mundo. El Bayern gan¨® su cuarta Champions, el Valencia perdi¨® su segunda final consecutiva.