Se cumplen 24 a?os del hist¨®rico 3-8 en Oviedo
Peternac marc¨® cinco goles (cuatro de penalti) y Quevedo tres en aquella jornada 41 de la 1995-96 y el Valladolid eludi¨® el descenso directo y ratific¨® la permanencia una semana despu¨¦s.
Est¨¢ siendo una primavera cargada de efem¨¦rides y de aniversarios. Hoy 19 de mayo se cumplen 24 a?os de un partido que sirvi¨® para unir a dos aficiones y que ser¨¢ a¨²n hoy uno de los partidos de la Liga con m¨¢s goles entre los dos equipos, hablamos del Oviedo-Real Valladolid que acab¨® con un espectacular 3-8, que adem¨¢s sigue siendo el partido con m¨¢s penaltis de la Liga en sus m¨¢s de 90 a?os de historia, seis entre los dos equipos.
El 19 de mayo de 1996 el viejo Tartiere ten¨ªa que acoger el choque de la jornada 41 (la Liga era de 22 equipos) en la que el Oviedo ya no se jugaba nada y el Real Valladolid se jugaba evitar el descenso directo y adem¨¢s ganando pasaba a depender de s¨ª mismo y as¨ª afrontar la ¨²ltima jornada ante el Betis en Zorrilla con la opci¨®n de permanecer como as¨ª ocurri¨®.
El Pucela llegaba fuera de los puestos de descenso, pero empatado con los dos que estaban en promoci¨®n, Rayo y Albacete (en aquel entonces se disputaba un playoff con el tercer y cuarto clasificados de Segunda) y s¨®lo dos puntos por encima del descenso directo que marcaba el M¨¦rida porque una plaza de descenso ya la ten¨ªa adjudicada el Salamanca.
Con este panorama la situaci¨®n era muy complicada y era imprescindible la victoria blanquivioleta. El conjunto castellano ven¨ªa de menos a m¨¢s, casi desahuciado en la jornada 23 a las ¨®rdenes de Rafa Ben¨ªtez, era ¨²ltimo a nueve puntos de la salvaci¨®n. Cantatore lleg¨® en la jornada 25 (Antonio Santos hizo de puente con victoria en Compostela) y en las 18 jornadas que estuvo al frente del equipo sum¨® ocho victorias y cuatro empates que le permitieron salvar al equipo en la ¨²ltima jornada ante el Betis.
Situado el escenario y con todo el dramatismo del momento, el Real Valladolid se present¨® en Oviedo aquel domingo t¨ªpico de una primavera lluviosa, para afrontar un partido que se jug¨® a media tarde. La alineaci¨®n de Cantatore para ese partido fue: C¨¦sar, Torres G¨®mez, Pe?a, Iv¨¢n Campo, Santamar¨ªa, Ant¨ªa, Juan Carlos, Fernando, Quevedo, Peternac y Ra¨²l Ib¨¢?ez; tambi¨¦n jugaron Benjam¨ªn y Soto. Por el conjunto carbay¨®n que dirig¨ªa Brzic saltaron al campo: Mora, Armando, Onopko, Jerkan, C¨¦sar, Su¨¢rez, Manel, Berto, Carlos, Christiansen y Dubovsky (tambi¨¦n tuvieron minutos Andr¨¦s, Iv¨¢n Ania y Pedro Alberto).
Con muchos aficionados blanquivioleta en la grada del Carlos Tartiere, m¨¢s de 2.000, el partido comenz¨® movido, ya que Jap¨®n Sevilla se?alaba un penalti en el minuto 6 que transformaba Christiansen en el 1-0; jarro de agua fr¨ªa para la parroquia visitante. Esa primera parte fue m¨¢s o menos normal, un partido con la tensi¨®n propia de lo que hab¨ªa en juego. En el minuto 27 aparec¨ªa el gran h¨¦roe del partido, Peternac, que pon¨ªa el empate y marcaba el primero (tambi¨¦n de penalti) de su cuenta personal, que aquel d¨ªa fue larga. Las cosas se volv¨ªan a poner negras antes del descanso cuando Christiansen mandaba el bal¨®n a la red para hacer el 2-1 (de penalti) y buscar el descanso. La situaci¨®n no pintaba nada bien para el Real Valladolid que ten¨ªa que mejorar y mucho. Lo que nadie sospechaba era la locura en la que se convertir¨ªan los segundos 45 minutos con ?siete goles visitantes! y uno m¨¢s asturiano.
Las caras largas de tensi¨®n en la grada castellana cambiaron r¨¢pido, casi nada m¨¢s pitar Jap¨®n Sevilla el inicio de la segunda mitad, y lo hizo en el minuto 49 con otro penalti que Peternac convert¨ªa en el 2-2. La locura hab¨ªa comenzado. Quevedo, que tambi¨¦n tuvo una gran noche con tres goles, pon¨ªa por delante el Real Valladolid en el 59 y Peternac (otra vez de penalti) colocaba el 2-4 que empezaba a dar tranquilidad. El campo se iba poniendo pesado, pero los goles iban a seguir cayendo. Peternac, esta vez de jugada, marcaba el 2-5 en el minuto 71 y cerraba sus cinco goles de aquella noche en el 84, con el partido ya decidido con un claro 2-6. La grada, desde luego, era una fiesta a la que se uni¨® la afici¨®n asturiana... pero faltaba la traca final. En los minutos que van del 87 al 89, es decir en apenas tres minutos se marcaron tres goles para regocijo del respetable. Acort¨® distancia Carlos en el 87 y Quevedo dej¨® el ya famoso 3-8 con dos goles, uno en el 88 y otro en el 89 de una preciosa vaselina, aunque ser¨ªa bueno recordar que a esas alturas el Oviedo ya jugaba con nueve por la expulsi¨®n de C¨¦sar Mart¨ªn y Pedro Alberto.
El final del partido fue un estallido de felicidad de esos que no se olvidan. Muchos saltaron al campo (por aquel entonces no era tan raro) para llevarse trozos del c¨¦sped en el que se hab¨ªa logrado semejante gesta. El regreso para los aficionados estuvo lleno de prudencia ya que la noche se complic¨® con lluvia y niebla cerrada que oblig¨® a la comitiva de autobuses y coches particulares a tomar precauciones para llegar correctamente a Valladolid. Quevedo marc¨® tres dianas y Peternac hizo cinco goles aquel d¨ªa (cuatro de penalti) y le sirvi¨® para agrandar su leyenda y para firmar aquella temporada 23 goles.