UN A?O DEL LIVERPOOL-BARCELONA
La devoci¨®n de Alexander-Arnold por el ajedrez le dio al Barcelona la puntilla en Anfield
El lateral del Liverpool compara ambos deportes en t¨¦rminos de anticipaci¨®n y de previsi¨®n. En aquel c¨®rner exhibi¨® una agilidad mental que ejercita en los tableros.
Se cumple un a?o de una las mayores remontadas de la historia de la Champions. Esta vez le toc¨® sufrirla al Barcelona en una noche aciaga en Anfield, cuando los de Klopp remontaron el 3-0 de desventaja que se tra¨ªan del duelo en el Camp Nou. Todo le sali¨® mal aquel d¨ªa a los pupilos de Valverde, entre algunas cosas la atenci¨®n a los detalles. Los red, que se empaparon de esa m¨ªstica casi lit¨²rgica de Anfield, todo lo contrario. Entre ellos destac¨® Alexander-Arnold. El jovenc¨ªsimo lateral, que sigue en progresi¨®n ascendente, es uno de los m¨¢s fuertes del continente, sobre todo cuando se habla de la fase ofensiva. Aquella noche en Liverpool le sirvi¨® a Wijnaldum el 2-0 y en la retina de todos queda la jugada que decidi¨® el partido, ese c¨®rner sacado con celeridad que pill¨® in fraganti a todo el Barcelona, casi incluso a su compa?ero Origi, que acert¨® a empujar aquel s¨²bito pase a gol, no sin sorpresa.
Pudieron parecer reflejos o simple instinto, pero pasado el tiempo y escuchando al jugador se vislumbra detr¨¢s una capacidad de enfoque continuo en el juego, agilidad mental y capacidad de anticipaci¨®n y previsi¨®n. Vista con detalle la secuencia se observa c¨®mo Arnold ejecut¨® el c¨®rner como si jugara una posici¨®n sobre el tablero en una de esas partidas r¨¢pidas tan de moda ahora.
Alexander-Arnold siente devoci¨®n por el ajedrez. Lo ha explicado varias veces, pero tambi¨¦n ha relatado como el seguir jugando le est¨¢ ayudando para mejorar su pensamiento en el f¨²tbol. "Se podr¨ªa vincular el f¨²tbol con el ajedrez en t¨¦rminos de tratar de pensar uno, dos o tres movimientos por delante de lo que haga el rival y anticiparse a lo que haga", explica. "Tienes que pensar con anticipaci¨®n y saber qu¨¦ har¨¢s antes de recibir el bal¨®n. Antes que me llegue, trato de obtener una imagen de c¨®mo se presentar¨¢ la situaci¨®n cuando lo reciba y lo vaya a pasar. Observar¨¦ para ver d¨®nde est¨¢n los atacantes. Si preveo que ellos no est¨¢n en una posici¨®n ventajosa, sabr¨¦ que no puedo lanzar el centro sin ni siquiera haber recibido el bal¨®n. Si es al contrario, ya estar¨¦ listo para prepararles el pase con anticipaci¨®n", dice para dar pistas de lo que sucedi¨® aquel 7 de mayo en Anfield. "Tienes que entender que el f¨²tbol cambia en un segundo y que cuando bajas la cabeza y vuelves a levantarla, todo ha cambiado. Una vez que est¨¢s en el fragor del juego, todas estas cosas me vienen de forma natural, y no est¨¢s pensando paso a paso. Sucede deprisa en un solo momento", razona. Quiz¨¢ por eso durante aquellos cuatro pasitos que Alexander-Arnold dio tras poner el bal¨®n en la esquina nunca agach¨® la cabeza y se le ve observando el horizonte, calculando tirando de las habilidades espaciales y del establecimiento de calidad de relaciones dimensionales que da la agilidad de sentarse ante un tablero. A continuaci¨®n, Arnold tira la diagonal a Origi cual alfil.
Una afici¨®n inculcada por su padre.
Su padre le inculc¨® una afici¨®n que Alexander-Arnold abon¨® para competir con sus hermanos. El juego se convirti¨® en pasi¨®n que ahora utilizaba para evadirse del f¨²tbol, pero que ha observado le ayuda tambi¨¦n en el campo. "El f¨²tbol y el ajedrez pueden parecer polos opuestos, pero hay muchas similitudes con el juego moderno, trato de utilizar las t¨¢cticas del f¨²tbol en el ajedrez y al contrario", afirma reconociendo, sobre todo, la mejora en la capacidad de anticipaci¨®n y la planificaci¨®n. El ajedrez aumenta la velocidad y la calidad de la comunicaci¨®n neuronal y en aquel c¨®rner, seguramente, los est¨ªmulos neuronales viajaron por las dendritas del lateral del Liverpool a toda pastilla. Lo que es seguro es que antes que ning¨²n otro futbolista esa noche.
Probablemente, no fue una coincidencia que fuera ¨¦l el ejecutor de una jugada que quedar¨¢ para la historia. Hace un par de a?os, Alexander-Arnold se sent¨® con negras ante Magnus Carlsen. Le aguant¨® 17 movimientos. Bill Gates, por ejemplo, resisti¨® ante el gran maestro noruego y n¨²mero uno del ranking FIDE nueve movimientos. Durante estos d¨ªas de confinamiento por la pandemia muchos han vuelto a acercarse a los tableros. Los datos dicen que las partidas virtuales han aumentado exponencialmente. Muchos padres han seguido el ejemplo del progenitor de Alexander-Arnold, quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa a sus v¨¢stagos se les presente otro c¨®rner...