Bremen: una noche vale m¨¢s que mil terapias para el Espanyol
El 3 de mayo de 2007 acced¨ªa el conjunto perico a la final de la Copa UEFA tras derribar en Alemania al Werder Bremen, la sombra de su fantasma de Leverkusen.
Hab¨ªan transcurrido ya casi dos d¨¦cadas de aquella pesadilla, pero la final de la Copa UEFA de 1988 pesaba (y pesa) demasiado como para no sentirla sobre las espaldas. La alargada sombra del 3-0 cosechado en Sarri¨¤ que el Bayer Leverkusen revirti¨® en la vuelta representaba un serio aviso en 2007 para un Espanyol que realmente hab¨ªa hecho los deberes a lo grande, en Montju?c, en la ida de las semifinales contra el Werder Bremen. Un antol¨®gico 3-0, otra vez.
As¨ª que, entre las inmensas ganas de celebrar el pase a su segunda final europea y la alargada sombra del pasado, se plantaron los de Ernesto Valverde en el Weserstadion, la noche del 3 de mayo. Un escalofr¨ªo recorri¨® los cuerpos de todos los pericos cuando, tras haber transcurrido solo cuatro minutos, Hugo Almeida establec¨ªa el 1-0. No pod¨ªa ser, de nuevo la misma historia. Se creci¨® el Werder Bremen, comandado por Diego Ribas, y se difuminaba el Espanyol. Sin embargo, ah¨ª estaba Miroslav Klose, el hombre de los Mundiales para Alemania. Y el ¨¢ngel custodio aquel d¨ªa para los pericos.
El delantero hab¨ªa nada m¨¢s empezar una amarilla por un codazo sobre el a?orado Dani Jarque. Y a los 19 minutos, solo 19 minutos, en una carrera con Marc Torrej¨®n se marcaba un innecesario piscinazo y ve¨ªa la segunda tarjeta. Expulsi¨®n inapelable. Los germanos, con diez, y el Espanyol que empezaba a despojarse de sus maldiciones.
Pero no ser¨ªa hasta la segunda mitad, en diez minutos locos entre el 50¡¯ y el 60¡¯, cuando reafirmar¨ªan los pericos su condici¨®n de finalista de la Copa UEFA. Ferran Corominas y Mari Lacruz pusieron a los aficionados a comprar sus billetes para Glasgow, donde esperaba el Sevilla. A que quienes lo hab¨ªan seguido por la tele corrieran al aeropuerto de El Prat a esperar a sus h¨¦roes, que llegaron rodeados de euforia en plena madrugada.
Una noche de f¨²tbol hizo m¨¢s que mil terapias contra los fantasmas del 3-0. Quedar¨ªa, y queda, otro gafe del que despojarse, el de la tanda de penaltis, pero eso ya ser¨ªa pedir demasiado.