Coutinho podr¨ªa rehabilitarse a puerta cerrada
El brasile?o tendr¨ªa m¨¢s sencillo empezar a ponerse en paz con la afici¨®n s¨®lo desde el juego. La buena relaci¨®n con Messi y Su¨¢rez y las ganas de verlo de Seti¨¦n pueden ayudarle.

El desenamoramiento del barcelonismo con Philippe Coutinho fue un proceso triste. El brasile?o ten¨ªa, futbol¨ªsticamente, todo para calar en el Camp Nou. Su f¨²tbol, fino, parec¨ªa perfecto para asociarse con Messi. No era Neymar, pero su juego sencillo, academicista, tambi¨¦n deb¨ªa calar. Algo sali¨® mal, cuando el principio suger¨ªa exactamente lo contrario. Despu¨¦s de un flechazo inicial con gol decisivo en Valencia para meter al Bar?a en la final de Copa, Coutinho cerr¨® un primer medio a?o brillante en el Bar?a con diez goles y seis asistencias en 22 partidos. La temporada 2018-19 deb¨ªa ser la de la explosi¨®n.
Es muy dif¨ªcil explicar que un jugador que marca el 1-0 en el Cl¨¢sico de octubre de 2019 (5-1 al Madrid) sea ya discutido. Muy discutido. Pero sucedi¨®. Un runr¨²n cr¨ªtico con Coutinho se instal¨® en los medios y en la tribuna del Camp Nou. Mientras jugadores como Arthur eran celebrados por su supuesto parecido a Xavi; y otros como Demb¨¦l¨¦ protegidos pese a su falta de fiabilidad, a Coutinho se le puso la etiqueta de intranscendente en un proceso que ha recordado al de este a?o con Griezmann y que suele ocurrir con jugadores que miran m¨¢s por intereses colectivos que por su lucimiento.
Pero aquello cal¨® y termin¨® por afectar el ¨¢nimo del jugador, que se derrumb¨®. En lugar de consolidarse como un futbolista clave en el Bar?a, se cay¨®. Coutinho jug¨® mucho la temporada pasada (54 partidos, pero sus n¨²meros fueron flojos (11 goles y cinco asistencias), su influencia decreci¨® y todo explot¨® en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions League. Entonces, el brasile?o se invent¨® un golazo marca de la casa ante el United (3-0). En un arrebato impropio de ¨¦l, cansado de lo que consideraba una cr¨ªtica injusta, e puso las manos en los o¨ªdos en un gesto desafiante que la grada del Camp Nou se tom¨® muy a mal.
Aunque el jugador mand¨® un extra?o mensaje para explicarlo luego (¡°nunca en mi vida he faltado al respeto a nadie, ni dentro ni fuera del f¨²tbol¡±), algo se hab¨ªa roto definitivamente. Tanto que, el mismo d¨ªa del 3-0 al Liverpool, lo que deb¨ªa ser una olla a presi¨®n era un estadio con pitos cada vez que Coutinho tocaba el bal¨®n. Valverde termin¨® por cambiarlo por Semedo en el minuto 60, aunque Messi no se olvid¨® del detalle. Cuando meti¨® el 2-0 en el minuto 75 hizo un gesto inequ¨ªvoco a la afici¨®n para que dejase de pitar al brasile?o. Messi y Luis Su¨¢rez, por cierto, estrecharon lazos y protegieron al brasile?o durante su estancia en Barcelona. Su complicidad no llegaba a la que tuvieron con Neymar, pero siempre estuvieron a favor de su continuidad en el Bar?a.
Pero la historia de Coutinho, al menos parcialmente, estaba acabada, mucho m¨¢s despu¨¦s del gol que Alisson le neg¨® en Anfield. El club sab¨ªa que no pod¨ªa seguir y, pese a no encontrar comprador, lo mand¨® in extremis en el Bayern para quit¨¢rselo de encima.
Ahora que se habla sin parar de la opci¨®n de que Coutinho regrese al Bar?a la pr¨®xima temporada; y del inter¨¦s de Quique Seti¨¦n en verlo in situ porque se trata de un jugador de su gusto, puede darse una opci¨®n parad¨®jica. Si, como apunta el escenario m¨¢s realista que maneja el Bar?a, el Camp Nou no se vuelve a abrir al p¨²blico hasta 2021, Coutinho tendr¨ªa la oportunidad de reconciliarse con la afici¨®n s¨®lo con f¨²tbol, y nada influido por el ambiente que su regreso generase. A puerta cerrada.
Eso dar¨ªa tranquilidad a Coutinho. Unas palabras desde M¨²nich confirman esa etiqueta de jugador d¨¦bil mentalmente. Las hace Giovane Elber, leyenda del Bayern: ¡°Creo que (Coutinho) es una persona que se agobia muy f¨¢cilmente cuando las cosas no van tan bien. No es una persona que piense: ¡®soy Coutinho y yo voy a arreglar esto¡¯. Hay jugadores que piensan ¡®lo voy a bordar en este partido¡¯ y otros que se apartan. ?l carece de cierta agresividad y es una pena porque es un gran jugador¡±.
Cualquier futbolista quiere jugar con p¨²blico. Pero a Coutinho podr¨ªa facilitarle la tarea para rehabilitarse. Un buen arranque de temporada a puerta cerrada, y unas declaraciones adecuadas, podr¨ªan terminar de cocinar un ambiente de reconciliaci¨®n cuando el f¨²tbol volviese a ser normal. Es un prisma radicalmente optimista. Seguramente necesario en estos tiempos. La realidad, no obstante, dice cosas distintas. Primero, que el Bar?a colocar¨¢ a Coutinho en la Premier si surge la oportunidad.
Y luego, que si no hay m¨¢s remedio que se quede, el vuelco a la situaci¨®n entre el brasile?o y el socio tambi¨¦n es extremadamente complicado. A puerta cerrada, parad¨®jicamente, puede que resulte m¨¢s f¨¢cil. Y un empuj¨®n de Messi, claro, que no le viene mal a nadie.