Prosinecki maravilla a Europa.
Un serial que repasa a las grandes sorpresas de la historia del f迆tbol, desde el Nottingham Forest campe車n de Europa al Leicester que conquist車 la Premier.
Y s赤, Prosinecki antes de ser un juguete roto fue una gran promesa del f迆tbol mundial. Cuando el Real Madrid lo fich車 en verano de 1991 el croata, entonces yugoslavo, era un futbolista brillante, el jugador bandera del vigente y sorprendente campe車n de Europa, el Estrella Roja. Toda el continente estaba rendido al talento de un centrocampista de 22 a?os que unos a?os antes hab赤a sido el motor y la estrella de Yugoslavia Sub-20, una generaci車n dorada a la que pertenec赤an tambi谷n Mijatovic, Suker, Mihajlovic y Boban, entre otros, y que se proclam車 campeona del mundo en su categor赤a en 1987.
La verdad es que era un jugador que llamaba la atenci車n. Su pelo rubio y rizado parec赤a la peluca de Harpo Marx y su manera de correr era extra?a. Parec赤a que siempre cojeara. Era lento de velocidad pero r芍pido con la cabeza. Con esas hechuras lider車 al Estrella Roja a la conquista de la primera y 迆nica Copa de Europa que ha logrado un equipo balc芍nico. ?Y en qu谷 tiempos! Eran los a?os de la implosi車n de la antigua Yugoslavia, que pocos a?os despu谷s quedar赤a dividida en varios pa赤ses (Serbia, Montenegro Bosnia, Croacia, Kosovo, Macedonia y Eslovenia). El entrenador del equipo era Ljubomir Petrovic y construy車 alrededor de aquel genio incomprendido de melena rubia un equipazo con algunos de los mejores jugadores yugoslavos del momento como Savicevic, Mihalovic, Jugovic y Pancev, entre otros.
Tras eliminar a Grasshopper, Dinamo Dresde y Rangers, el Estrella Roja dio su verdadero golpe en la mesa en las semifinales ante el Bayern M迆nich. Los b芍varos, con Augenthaler, Effenberg y Brian Laudrup a la cabeza eran claramente favoritos y nadie esperaba el recital que dio el Estrella Roja en el Ol赤mpico de M迆nich. Los alemanes se adelantaron 1-0 con un gol de Wohlfarth y lejos de arrugarse en aquel escenario, Prosinecki dio un paso adelante y empez車 a hacer jugar a su equipo maravillosamente. Savicevic y Pancev remontaron el partido y dejaron encarrilada la semifinal, pero todas las miradas se centraban en aquel chico de rasgos extra?os y peluca rubia que hab赤a dado un aut谷ntico recital de c車mo liderar a un equipo. El Bayern consigui車 empatar la eliminatoria en el peque?o Maracan芍 de Belgrado, pero otra vez ante la adversidad, el Estrella Roja no perdi車 la compostura y fue a buscar a su rival al campo contrario. Cuando el partido parec赤a destinado a la pr車rroga, un gol en el propia puerta en el minuto 90 de Augenthaler meti車 al conjunto de Petrovic en la final de la Copa de Europa.
En la final esperaba otro equipo de leyenda, el Olympique Marsella que dirig赤a Raymond Goethals. El equipo franc谷s fue un aut谷ntico martillo pil車n a principio de los a?os 90, con jugadores como Barthez, Papin, Deschamps, Boli y Desailly, entre otros. Ven赤a de eliminar al Mil芍n de Sacchi y los holandeses desplegando un f迆tbol basado en la potencia y la velocidad de sus jugadores. Al igual que para el Estrella Roja, aquella era su primera final de Copa de Europa. Puede que aquello provocara que ambos equipos, que hab赤an demostrado tener un magn赤fico potencial, estuvieran toda la final m芍s pendiente de no cometer errores que de desplegar su f迆tbol. Con 0-0 se lleg車 a la pr車rroga y m芍s tarde a los penaltis. Amor車s fall車 su lanzamiento y Pancev transform車 el de la victoria.
La alegr赤a en Yugoslavia durar赤a poco m芍s de un mes. 27 d赤as despu谷s de la final, Eslovenia anunci車 su independencia y comenz車 la guerra en los Balcanes. Todo ello provoc車 una desbandada de los grandes jugadores del pa赤s a las grandes ligas europeas, incluyendo a Prosinecki, por el que peleaban todos los grandes clubes. Acab車 en el Madrid y nunca cuaj車. El Bar?a intent車 recuperarle y tampoco pudo. A pesar de ello, pasar芍 a la historia por aquella Copa de Europa del Estrella Roja de 1991 y por ser el 迆nico jugador hasta la fecha que ha disputado dos mundiales con dos selecciones distintas (Yugoslavia y Croacia). Y por Prosikito, claro.