Una liga de filiales: el eterno debate en el f¨²tbol espa?ol
Muchos equipos modestos consideran la presencia de filiales como el Castilla y el Bar?a B que desvirtuan la competici¨®n. Analizamos y vemos las ventajas e inconvenientes de esta propuesta.
La Liga de Filiales es un debate recurrente dentro del f¨²tbol modesto. Ahora, con la posibilidad de que la pr¨®xima temporada haya 108 clubes en Segunda B tras la propuesta de la Federaci¨®n de dar por terminada la fase regular de la competici¨®n sin que haya descensos pero s¨ª ascensos, muchos aficionados han vuelto a reclamar esta remodelaci¨®n de la categor¨ªa, que muchos clubes modestos ver¨ªan con buenos ojos. El motivo es simple, consideran su presencia una competencia desigual. Son equipos dependientes de clubes con presupuestos de miles de millones, mientras que ellos viven casi al d¨ªa, dependiendo del dinero de las taquillas, los patrocinadores locales y las subvenciones federativas. Donde una participaci¨®n en la Copa del Rey, y el premio econ¨®mico que conlleva, es el Gordo de Navidad.
Esta remodelaci¨®n de la competici¨®n tiene muchos a?os y fue en 2008 cuando estuvo a punto de hacerse realidad. Por aquel entonces Roberto Olabe y Ricardo Resta propusieron crear esta liga de filiales a LaLiga, la Federaci¨®n y los clubes de Primera y Segunda. La propuesta no iba tan encaminada a la protecci¨®n de los equipos modestos, sino a fomentar el talento espa?ol. As¨ª defend¨ªan este proyecto Olabe y Resta hace doce a?os en AS: "Se retrasa mucho el debut y consolidaci¨®n de los j¨®venes. Es muy dif¨ªcil llegar, salvo para los que apuntan a figuras. Hay m¨¢s gasto en conseguir la categor¨ªa que inversi¨®n en la formaci¨®n de futbolistas".
La particularidad de esta hipot¨¦tica competici¨®n hubiera estado en los requisitos que deb¨ªan cumplir los jugadores y cada filial para poder participar: tendr¨ªan que ser futbolistas entre los 16 a?os cumplidos y los 21 y s¨®lo podr¨ªa haber un m¨¢ximo de cinco extranjeros por club para primar el talento nacional. Otra de las particularidades es que algunos jugadores del primer equipo podr¨ªan jugar en esta liga alg¨²n partido a modo de recuperaci¨®n tras una lesi¨®n de larga duraci¨®n. El formato de la competici¨®n, en la que participar¨ªan 42 filiales en una liga sin ascensos ni descensos, consistir¨ªa en tres fases. En la primera se dividir¨ªan en tres grupos. Los cinco primeros de cada liguilla y el mejor sexto jugar¨ªan durante la segunda fase en una Superliga ?lite para ser el campe¨®n de Espa?a. El resto de equipos se dividir¨ªan en dos grupos. En la tercera fase se jugar¨ªa la Copa entre los mejores de la fase 2.
Este proyecto que no lleg¨® a materializarse ten¨ªa algunos inconvenientes y preocupaciones, sobre todo en la Federaci¨®n y en algunos clubes. Aunque fuera y sea dif¨ªcil dar el salto del filial al primer equipo, consideran que la exigencia f¨ªsica de una liga de filiales no es la misma que en Segunda, Segunda B o Tercera. Una de las grandes quejas que tienen los entrenadores de la Premier o la Serie A, donde existen estas liga de equipos reservas. ¡°?Por qu¨¦ no pueden jugar nuestros equipos reserva en una competici¨®n oficial si tienen la suficiente calidad? Nuestros j¨®venes tienen talento, pero no la experiencia para llegar al primer equipo. Por ello no pasan del banquillo. Est¨¢ claro que el sistema de equipos reserva no funciona, hay que hacer algo al respecto para que no se desperdicie el talento de los chicos", protest¨® Rafa Ben¨ªtez cuando entrenaba al Liverpool.
Todos los proyectos tienen sus ventajas e inconvenientes y cada pa¨ªs ha buscado su formula. Mientras que en Inglaterra e Italia existe esa liga de filiales, en Francia y Alemania lo que hacen es limitar la categor¨ªa hasta la que pueden ascender (la tercera divisi¨®n en el caso de los germanos y hasta la cuarta respecto a los franceses). Y al igual que hay distintos modelos por Europa, tambi¨¦n hay diferentes posturas dentro del f¨²tbol modesto. Muchos recelan de compartir categor¨ªa con los filiales, pero hay otros que no lo ven del todo mal. "Los filiales tambi¨¦n le dan bastante chach¨¦ a la competici¨®n. Tal vez habr¨ªa que regular el tema de sus jugadores de otra forma", apuntaba recientemente Felipe Llamazares, director general de la Cultural Leonesa, a AS. O, por ejemplo, Dorado, presidente del Talavera: "No me gustar¨ªa una liga de filiales. Dan mucha vida a la Segunda B y a clubes modestos como el Talavera nos ayuda a llevar gente al estadio".
Por ahora, la Federaci¨®n no planea cambiar el formato de la Segunda B y crear una competici¨®n exclusiva para filiales. Escuchar¨¢ las propuestas que les transmitan los clubes a trav¨¦s de sus respectivas Federaciones Territoriales el pr¨®ximo martes, pero esta liga no se espera que est¨¦ sobre la mesa. Sobre todo por la parte de los clubes modestos. Algunos de los que lo ven como buena idea creen que no es el momento oportuno y muchos no se quieren pronunciar si nadie alza la voz y hace una propuesta en firme.