Y Clemente casi obra el milagro...
El t¨¦cnico lleg¨® hace una d¨¦cada al Real Valladolid y estuvo a punto de salvarlo del descenso a Segunda.
Reza el t¨®pico que cualquier tiempo pasado fue mejor, aunque no siempre es as¨ª. Quiz¨¢s en el caso del Real Valladolid lo sea en el corto plazo, por el simple hecho de haber podido desarrollarse como lo ha hecho desde la llegada de Ronaldo; sin embargo, si mira m¨¢s atr¨¢s, la afici¨®n blanquivioleta encontrar¨¢ otros momentos en los que, sin duda, lo pas¨® peor.
Uno de esos instantes, hace algo m¨¢s de diez a?os, fue la marcha de Jos¨¦ Luis Mendilibar. Al t¨¦cnico de Zaldibar lo sustituy¨® On¨¦simo, hasta entonces entrenador del filial. Cogi¨® al equipo con un punto sobre el descenso y cosech¨® una sola victoria en diez partidos, lo que hizo que Carlos Su¨¢rez, en otra vuelta de tuerca, intentara que la salvaci¨®n, entonces a siete puntos, recayera en manos m¨¢s expertas.
En estas, hace este lunes exactamente una d¨¦cada, lleg¨® Javier Clemente, y a punto estuvo de obrar el milagro. Acabar la Liga contra el Barcelona fue lo peor que le pod¨ªa pasar a un plantel que se revitaliz¨® con el t¨¦cnico de Barakaldo y que lleg¨® al Camp Nou con opciones de salvaci¨®n despu¨¦s de un tramo final de campa?a que dio para mucho.
Clemente tuvo que lidiar con un vestuario, dicen, dif¨ªcil, que no hab¨ªa terminado de ensamblar y en el que futbolistas d¨ªscolos como Haris Medunjanin y Pel¨¦ hab¨ªan generado m¨¢s de una distorsi¨®n, mientras que otros como Alberto Bueno y Manucho hab¨ªan rendido muy por debajo de lo esperado. El angole?o fue, precisamente, una de las 'v¨ªctimas' de sus particulares m¨¦todos: emple¨® tiempo en varias sesiones en mejorar su disparo como si de un reci¨¦n iniciado se tratara.
El 'efecto Clemente' surti¨® efecto pronto. Apuntal¨® la defensa para intentar crecer a partir de ella y eso le permiti¨® encadenar cinco partidos seguidos sin perder, en los que solo encaj¨® un gol. No le dolieron prendas en hormigonar el equipo con tres centrales y dos mediocentros de vocaci¨®n defensiva, con los que los resultados fueron llegando hasta cosechar su primera derrota en el Vicente Calder¨®n.
El 3-1 contra el Atl¨¦tico de Madrid dilapid¨® algunas opciones, despu¨¦s de cajar una buena primera mitad en la que los blanquivioletas dominaron a los colchoneros hasta que encajaron el gol de Juanito en el 43'. Fue un quiero y no puedo que dejaba al Pucela tocado para recibir al Racing de Santander, contra quien, sin embargo, se cumpli¨® y se gan¨® con remontada incluida, merced a los goles de Baraja y Nauzet Alem¨¢n. Hab¨ªa que jug¨¢rsela en Barcelona, contra el 'Pep Team', que se jugaba el t¨ªtulo despu¨¦s de haber ganado el 'sextete'.
Aquel maldito despeje de Puyol...
No se puede decir que, a su manera, Javier Clemente no fuera valiente. La prueba fue que no dud¨® en hacer debutar en un contexto de extrema necesidad como aquel a Ra¨²l Navas, cuya experiencia profesional se ce?¨ªa a dos partidos en Segunda con el Sevilla Atl¨¦tico. Ante las bajas que ten¨ªa en defensa y su af¨¢n de mantenerse con cinco defensas, esa fue apuesta. Y, pese al resultado final, alguno pensar¨¢ casi le sale.
El Real Valladolid sali¨® valiente, aun con su poblaci¨®n de zagueros, y eso, unido a los nervios del Barcelona, hizo que tuviera varias ocasiones. La m¨¢s clara lleg¨® en un error de V¨ªctor Vald¨¦s en la salida de bal¨®n, que le dej¨® mal posicionado y dej¨® el cuero franco para Manucho. El angole?o tuvo ante s¨ª la oportunidad de demostrar lo que le hab¨ªa ense?ado el m¨ªster en sus primeros entrenamientos, remat¨® y los aficionados desplazados desde Pucela empezaron a ver el gol en sus retinas... hasta que apareci¨® Puyol, casi bajo palos, para despejar en una suerte de chilena.
Si hab¨ªa habido alguna opci¨®n de convertir al Barcelona en terrenal, aquello las ech¨® al traste. Luis Prieto hizo un autogol y en un abrir y cerrar de ojos el Bar?a se puso 2-0. Otros dos goles llegaron para poner el sosiego en los aficionados blaugranas al tiempo que los resultados en otros campos fueron entristeciendo los rostros de los blanquivioletas (dichoso Pacto de Llanes...), que vivieron con dureza la celebraci¨®n del rival, con su juego de luces y sus discursos, una vez acabado el encuentro, mientras esperaban para ser desalojados del estadio y tomar el camino de vuelta a Valladolid y a una cruda realidad de la que ni Clemente les pudo salvar.