El tercer ascenso del Real Zaragoza (I)

La temporada 1949-50 hab¨ªa terminado para el Zaragoza con una enorme decepci¨®n por el fallido ascenso a Primera Divisi¨®n, pero, lejos de desanimarse y pese a que la deuda del club era ya de 1.750.000 pesetas, el presidente Juli¨¢n Abril y su junta directiva decidieron no escatimar recursos para conseguir el ansiado objetivo. ¡°Vamos a hacer un gran equipo y a ampliar Torrero hasta los 35.000 espectadores¡±, asegur¨® el m¨¢ximo dirigente, en una especie de recuerdo de la hist¨®rica sentencia del presidente Jes¨²s Vald¨¦s en 1948, cuando el Zaragoza se encontraba en Tercera: ¡°Hay que ascender a Primera cueste lo que cueste¡±.

El primer paso era la b¨²squeda de un nuevo entrenador y el Zaragoza, de acuerdo a la prescripci¨®n del ¡®alifante¡¯ Tom¨¢s, delegado de f¨²tbol en funciones de secretario t¨¦cnico, negoci¨® en primer lugar con el ex madridista Juan Antonio Ipi?a, que, retirado del f¨²tbol, hab¨ªa obtenido el t¨ªtulo de entrenador nacional en 1949. El 2 de junio de 1950 se lleg¨® a anunciar la contrataci¨®n de Ipi?a, pero ¨¦ste acab¨® rompiendo su acuerdo verbal con el Zaragoza para fichar nueve d¨ªas despu¨¦s por el Valladolid, de Primera Divisi¨®n.

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Los ¡®tiros¡¯ se dirigieron entonces al tambi¨¦n vasco Luis Urquiri, ex medio ala del Alav¨¦s y del Atl¨¦tico-Aviaci¨®n y que hab¨ªa ascendido consecutivamente como entrenador a Primera Divisi¨®n al Deportivo de La Coru?a (1947-48) y al M¨¢laga (1948-49). Urquiri, del que se advirti¨® que ven¨ªa con plenos poderes para confeccionar la alineaci¨®n, firm¨® el 21 de junio por 100.000 pesetas y una suculenta prima de ascenso: ¡°Prometo trabajar en lugar de hablar. Mi lema es trabajar mucho y hablar s¨®lo lo indispensable. El ascenso ser¨¢ dif¨ªcil. El Oviedo, el Sabadell, el Tarragona y el Gij¨®n ser¨¢n encarnizados rivales¡±. Y a?adi¨® como si quisiera empezar a marcar territorio, dada su fama de bondadoso y caballeroso: ¡°No me importa llegar a la sanci¨®n econ¨®mica por falta de entusiasmo¡±.

Urquiri lleg¨® acompa?ado, como auxiliar, de un viejo conocido de Torrero, el ex defensa del Zaragoza Benito P¨¦rez, que firm¨® por un sueldo de 1.500 pesetas al mes. No obstante, a P¨¦rez se le rescindir¨ªa el contrato el 31 de diciembre de 1950 y se le relevar¨ªa por el ¡®alifante¡¯ Ler¨ªn, nombrado dos d¨ªas antes delegado de campo de Torrero.

Contratado Urquiri, el Zaragoza se puso inmediatamente manos a la obra en configurar una plantilla para el ascenso, una plantilla que, por primera vez en su historia, no iba a tener ning¨²n jugador aragon¨¦s por la retirada de V¨ªctor y la finalizaci¨®n de contrato de Malo y Montol¨ªo. Tampoco continu¨® el capit¨¢n ¡®Chus¡¯ Alonso, al que se le abonaron 75.000 de las 100.000 pesetas que ten¨ªa firmadas para rescindir su contrato, sucedi¨¦ndole el central Jugo como portador del brazalete.

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Los primeros fichajes, todav¨ªa en el mes de junio, fueron los porteros Sant¨ªn (Gimn¨¢stica Lucense) y Candi (Granada); este ¨²ltimo aprovech¨® para hacer el Servicio Militar como voluntario en el Cuartel de Aviaci¨®n de Zaragoza. Despu¨¦s fueron llegando el central Egu¨ªluz (Sevilla), el defensa izquierda Pica II (Granollers), el extremo Roig II (Gimn¨¢stico de Tarragona), el veterano medio ala Urra (Real Sociedad) y el extremo Pitarch (Matar¨®), firmado despu¨¦s de una gran temporada en el Melilla, donde, cedido, marc¨® 28 goles en 43 partidos y fue decisivo en el ascenso a Segunda Divisi¨®n del equipo norteafricano. Adem¨¢s, se fich¨® en propiedad al tambi¨¦n extremo Noguera, cedido la temporada anterior, tras abonar un traspaso al Barcelona de 125.000 pesetas. Y con la carta de libertad se contrat¨® al defensa derecha Calo (Barcelona), hermano del gran goleador azulgrana C¨¦sar, al que tambi¨¦n hab¨ªa pretendido el Oviedo.

Sin embargo, se hab¨ªan escapado dos de los grandes objetivos, los interiores Seguer (Barcelona) y Arza (Sevilla), lo que hab¨ªa generado cierta desilusi¨®n entre la directiva y, sobre todo, entre la afici¨®n. En el caso de Seguer, se lleg¨® a un acuerdo con el futbolista catal¨¢n, pero el Barcelona se descolg¨® pidiendo una cantidad exorbitante y la operaci¨®n se vino abajo. Lo de Arza no pas¨® de ser un sue?o imposible, porque el Sevilla no le puso ni precio a su ¡®ni?o de oro¡¯.

Por otro lado, se hab¨ªa tenido que soportar el rid¨ªculo del ¡®caso Manol¨ªn¡¯, un verdadero follet¨ªn, con estafa incluida, que hizo correr r¨ªos de tinta: un supuesto intermediario futbol¨ªstico canario llamado Antonio Lemus ofreci¨® al Zaragoza durante el mes de agosto de 1950 al interior Manol¨ªn, avis¨¢ndole de que ten¨ªa la carta de libertad de la Uni¨®n Deportiva Las Palmas y de que tambi¨¦n lo pretend¨ªa el L¨¦rida, reci¨¦n ascendido a Primera Divisi¨®n. Pero Manol¨ªn, que se llamaba Manuel Santana Sosa, no acababa contrato. Sin embargo, Lemus le dijo al Zaragoza que Manol¨ªn era Manuel Fern¨¢ndez Hern¨¢ndez, un comerciante de 25 a?os que s¨®lo hab¨ªa jugado al f¨²tbol de ni?o, y ¨¦ste cobr¨® las 30.000 pesetas de adelanto por su prima de fichaje que le envi¨® el Zaragoza mediante transferencia por el Banco de Bilbao. Pero este falso Manol¨ªn no viaj¨® a Zaragoza para firmar su contrato y envi¨® en su lugar a su cu?ado Bruno Su¨¢rez, que era extremo en un club canario de regional. El Zaragoza descubri¨® entonces el timo, lo que gener¨® una gran pol¨¦mica y reclam¨® a la Federaci¨®n Espa?ola su intermediaci¨®n para la devoluci¨®n de esas 30.000 pesetas. Pero el m¨¢ximo organismo futbol¨ªstico le contest¨® que como no hab¨ªa ning¨²n jugador federado que se llamara Manuel Fern¨¢ndez Hern¨¢ndez no pod¨ªa hacer nada. El Zaragoza, burlado como nunca antes, tuvo que recurrir a la justicia ordinaria para poder recuperar ese dinero, que no era una bagatela. Por ejemplo, un maestro nacional ganaba en Espa?a en 1950 7.200 pesetas al a?o.

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Y as¨ª se lleg¨® a la ¨²ltima semana de agosto, cuando surgi¨® en medio de la sorpresa general el nombre del internacional Hern¨¢ndez. Durante todo el Mundial de Brasil, disputado durante el 24 de junio y el 16 de julio de 1950 y en el que Espa?a alcanz¨® la cuarta plaza, no hab¨ªa dejado de hablarse del inter¨¦s del Real Madrid por fichar al interior canario del Espa?ol Rosendo Hern¨¢ndez, de 30 a?os. Incluso se lleg¨® a dar por hecha su contrataci¨®n, a falta de resolver algunas diferencias econ¨®micas con el club de Sarri¨¢, donde le quedaba un a?o de contrato. Tambi¨¦n el Barcelona intent¨® seriamente su incorporaci¨®n, pero fue el Zaragoza el que la consigui¨® de forma inesperada mediante un traspaso de 600.000 pesetas y una prima de fichaje para el jugador de 615.000 pesetas repartida en dos a?os, toda una fortuna para la ¨¦poca. El ¡®secretario t¨¦cnico¡¯ Tom¨¢s se desplaz¨® a Barcelona para fichar a Hern¨¢ndez el 24 de agosto y, tras el acuerdo con el Espa?ol, ambos viajaron un d¨ªa despu¨¦s a Zaragoza en avi¨®n para firmar el contrato en la sede del club aragon¨¦s en la calle Requet¨¦ Aragon¨¦s. Cuando salt¨® la noticia pocos le dieron cr¨¦dito, pero su confirmaci¨®n fue acogida con verdadero j¨²bilo entre la afici¨®n zaragocista. As¨ª que quien de menos pod¨ªa esperarse se apunt¨® la baza. El Madrid no lleg¨® a la cifra que ped¨ªa el Espa?ol, y al Barcelona, que s¨ª llegaba, no se lo quiso vender el Espa?ol. ¡°Estoy muy contento de mi fichaje. Me han dicho el presidente y Tom¨¢s que se va a conformar un gran equipo¡±, fueron las primeras palabras de Hern¨¢ndez como nuevo jugador del Zaragoza.

Y como un efecto domin¨®, tras Hern¨¢ndez llegaron inmediatamente los delanteros centro Zubeld¨ªa (Celta de Vigo) y Cabido (Oviedo), dos jugadores con cierto nombre que multiplicaron todav¨ªa m¨¢s la ilusi¨®n entre los seguidores del Zaragoza.

Pero todav¨ªa faltaba otro refuerzo de primer¨ªsimo nivel: nada menos que el defensa o medio volante Gonzalvo II. A sus 30 a?os, hab¨ªa quedado en libertad en el Barcelona y luego hab¨ªa sido uno de los mejores jugadores de Espa?a en el Mundial de R¨ªo. Su marcha de Las Corts, pese al inter¨¦s del Barcelona por renovarle, especialmente del secretario t¨¦cnico Jos¨¦ Samitier, se debi¨® a tres razones fundamentales: a una gran bronca del p¨²blico contra ¨¦l en un amistoso el 28 de mayo de 1950 contra el Toulouse franc¨¦s (6-3); a que el Bar?a no le hab¨ªa mejorado el contrato durante la temporada 1949-50 como al parecer le hab¨ªa prometido; y a algunas acusaciones period¨ªsticas de que, junto a su hermano Gonzalvo III, les hac¨ªa la vida imposible a los extranjeros del equipo (los argentinos Marcos Aurelio y Gim¨¦nez y el uruguayo Prais). El problema de fondo era que el Barcelona no hab¨ªa ganado ni la Liga ni la Copa y su afici¨®n estaba muy enfadada, y el d¨ªa del Toulouse la tom¨® con Gonzalvo II.

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Pepe Gonzalvo, de familia aragonesa de Gelsa de Ebro, recibi¨® propuestas del f¨²tbol colombiano, entonces el que mejor pagaba del mundo, del Real Madrid, del Valencia, del Oviedo, del Santander, de la Real Sociedad, del Atl¨¦tico de Madrid y del Espa?ol, que estuvo a punto de contratarlo el 3 de septiembre de 1950. Pero un d¨ªa despu¨¦s Tom¨¢s apareci¨® en su domicilio de Barcelona y lo convenci¨® para fichar por el Zaragoza, donde sus dos hermanos, Julio y Mariano, ya hab¨ªan jugado juntos en la campa?a 1941-42 logrando el ascenso a Primera Divisi¨®n. El Zaragoza llevaba tiempo detr¨¢s de ¨¦l y a Gonzalvo II le hac¨ªa especial ilusi¨®n apurar su ¨²ltimo f¨²tbol en el equipo aragon¨¦s. El 5 de septiembre lleg¨® por la tarde en un vuelo al aeropuerto zaragozano de Sanjurjo y firm¨® por tres a?os, con una prima de fichaje de 200.000 pesetas por cada temporada, nombr¨¢ndosele, adem¨¢s, segundo capit¨¢n. ¡°Estoy muy contento e ilusionado de estar aqu¨ª. Y mis hermanos tambi¨¦n se han alegrado mucho de mi fichaje por el Zaragoza. Me gusta el equipo que se ha formado y haremos todo lo posible por lograr el ascenso. Pero no quiero hablar m¨¢s. Soy hombre de hechos, no de palabras¡±, se?al¨® tras rubricar su contrato. Un d¨ªa despu¨¦s complet¨® su primer entrenamiento en Torrero, y casi se llen¨® el campo de espectadores para verlo entrenar, pese a que la sesi¨®n se puso a primera hora de la ma?ana. Gonzalvo II fue el primer jugador con coche ¨Cun Fiat 1.100- en la historia del Zaragoza.

Ya con la temporada empezada fichar¨ªan el delantero centro Morales (Granada), el extremo izquierda Dav¨ª (Granollers) y el interior izquierda h¨²ngaro Janos Hrotk¨®, procedente del Pro Sesto italiano, d¨¢ndole al Zaragoza el apelativo de ¡®millonario¡¯ y la condici¨®n de favorit¨ªsimo al ascenso. Y es que entre traspasos, primas de fichaje y sueldos mensuales el costo de la plantilla 1950-51 super¨® los cuatro millones de pesetas, una cifra fabulosa para un equipo de Segunda Divisi¨®n.

(El relato de esta temporada continuar¨¢ ma?ana en el cap¨ªtulo XVII de esta serie de Historias de Segunda).