Ilicic grit¨® gol
Diakhaby dej¨® al Valencia sin esperanzas por dos penaltis que cometi¨® y el esloveno se encarg¨® de hacer historia para el Atalanta.
En Mestalla se disput¨® un partido con m¨¢s goles que historia, aunque se vaya a recordar por siempre por sus circunstancias, mientras que por televisi¨®n se vio un simulacro de espect¨¢culo. Diakhaby, causante de dos penaltis antes del descanso, se encarg¨® de liquidar la emoci¨®n del partido en s¨ª, un duelo que ven¨ªa marcado por el 4-1 de la ida. Pero el concepto llamado Champions es mucho m¨¢s que dos equipos jugando entre s¨ª, es un torneo que trasciende al que gana y hasta compensa al que pierde por el mero hecho de estar en ella; la Champions es diferente por su forma y por su fondo; una experiencia de vida y no un mero partido de f¨²tbol. As¨ª que la UEFA deber¨ªa meditar sobre ello, porque la frialdad de Mestalla no fue culpa de un comportamiento de radicales sino por la de un virus que est¨¢ aqu¨ª, all¨¢ y de momento nadie sabe cu¨¢ndo se ir¨¢.
Mestalla dijo adi¨®s a la Champions en silencio. Nunca siete goles se gritaron tan poco en ese estadio, porque ¨¦sta vez ni tan siquiera los narradores de las radios lo cantaron desde sus cabinas. Obviamente por B¨¦rgamo s¨ª se festejar¨ªan y mucho. No es para menos. Los de Gasperini est¨¢n haciendo historia y la escriben situados a las ant¨ªpodas del ¡®catenacio¡¯. Esta es su primera participaci¨®n en la Champions y estar¨¢n entre los ocho mejores de Europa. El Valencia se despidi¨® de la Champions al mismo tiempo que las autoridades confirmaban que se aplazaban las Fallas. Est¨¢ claro que a orillas del Turia ha habido d¨ªas mejores; tambi¨¦n mejores temporadas.
Todo ello en un partido que tuvo dos protagonistas antag¨®nicos: Diakhaby e Ilicic. Uno lo hizo todo mal; otro, a la perfecci¨®n. El franc¨¦s entrar¨ªa al vestuario ch¨¦ pidiendo perd¨®n, y si no lo hizo que lo haga hoy, porque los dos penaltis que cometi¨® fueron de principiante. Uno nada m¨¢s empezar, otro al filo del descanso. Si alguien cre¨ªa en la remontada, Diakhaby le dej¨® sin esperanzas. Todo lo contrario que el delantero esloveno a los suyos. ?l se fue de Mestalla entre aplausos. Chapeua. Cuatro goles ayer, cinco en la eliminatoria, y pudo hacer alguno m¨¢s. Ilicic representa lo que es este Atalanta, un equipo de colmillo. Letal.
El Valencia no es que no estuviera ayer en el partido. Lo estuvo incluso pese al madrugador penalti y primer gol de Ilicic. Pero el Atalanta nunca le dej¨® meterse de veras en faena. El Valencia ha encajado ocho goles en estos octavos de final y as¨ª no se puede ir por la vida. Bueno s¨ª, as¨ª uno se va a su casa, que es desde donde ver¨¢n los pupilos de Celades el resto del torneo. El club italiano le ha eliminado con solvencia, con una demostraci¨®n de armas, virtudes y tambi¨¦n defectos. Aqu¨ª y all¨¢. En p¨²blico y en privado.
Solo tras el primer gol de Gameiro se susurr¨® de lejos a la ¨¦pica, porque el Atalanta tiene tanta pegada como lagunas atr¨¢s. Pero el Valencia no tiene defensa ni aunque Coquelin se esfuerce por ser buen central. As¨ª que ni el segundo gol de Gameiro ni el tercer de Ferran sirvieron para nada. Ni tan siquiera para ganar el partido. Ilicic grit¨® gol dos veces m¨¢s. Si el Valencia no sale m¨¢s tocado de esta eliminatoria quiz¨¢s sea por los condicionantes que la han rodeado. De hecho uno dir¨ªa que casi fue mejor para ellos el silencio del murci¨¦lago que escuchar las quejas del p¨²blico que suele ocuparlo.