Un l赤der de papel
Fekir deshizo a un Madrid sin juego ni remate que entreg車 otra vez la primera posici車n al Barcelona. Un error clamoroso de Benzema decidi車 el encuentro.
El curso ha probado que el Madrid es mejor perseguidor que l赤der. De ah赤 la fugacidad de su primera plaza y el regreso a la depresi車n. Falto del nervio del Cl芍sico, de la varita de Isco, de un goleador de cuna y de unas figuras extintas (de James y Bale no tir車 Zidane ni con el agua el cuello), cay車 ante un Betis con m芍s agallas y ante un jugador superior, Fekir, libre de todo pecado en el mal a?o del equipo. Un error de Benzema determin車 el resultado final. El franc谷s, que tanto tir車 del carro, acab車 poni谷ndole el palo en las ruedas.
Apunten otro que pasa a Bale, el incre赤ble hombre menguante, y ya son multitud: Lucas V芍zquez, al que vuelve Zidane una y otra vez, especialmente en partidos en los que sobra trabajo. Fue a cambio de Valverde, que va y viene, perdido su impulso inicial, y con una buena explicaci車n. Obligado a poner un central como lateral derecho por las bajas de Carvajal y Nacho, Zidane no quiso entregar un ala, m芍s cuando escasea el gol. No sali車 bien, porque Lucas no es el de los primeros a?os. Y tambi谷n mantuvo a Marcelo, que seg迆n las tardes es salir con diez o con doce. Esta vez ni sum車 ni rest車. Y la respuesta del Betis tambi谷n fue aventurera, especialmente en un equipo al que la jornada hab赤a acercado al descenso y con un t谷cnico al borde del despido. Una defensa de cuatro por detr芍s de una cumbre de duendes: Canales, Fekir, Joaqu赤n... y Loren en punta. Como canterano, todo le cuesta el doble, pero aritm谷ticamente no hay fichaje que le tosa.
La anchura no trajo la profundidad deseada ni en uno ni en otro. Al Betis le empuj車 la necesidad a una recuperaci車n alta y r芍pida. La estad赤stica dice que no es lo suyo. Con el paso del los minutos le sac車 provecho. El Madrid se ech車 la pelota a la espalda y, por momentos, se manej車 bien hasta tres cuartos de campo. Y ah赤 le asom車 ese inc車modo tic de mandar centros al 芍rea, donde s車lo espera ocasionalmente Benzema, al que el gol no le quita el sue?o. Definitivamente, es un amplificador del juego ofensivo, pero no el que pone el punto final, aunque no se le puede negar el empe?o en las dos 迆ltimas temporadas.
El partido del Madrid, en cualquier caso, no estuvo acorde con la situaci車n en la cabeza, en la que a la p谷rdida de cada punto se le aplica el c車digo penal. Hay tardes en que act迆a como si a迆n conservara la pegada del pasado, pero esa se fue con Cristiano y con la dimisi車n de todos sus cargos de Bale. La carest赤a qued車 bien clara ante la tercera peor defensa del campeonato. Y tambi谷n una alarmante falta de emotividad. A ratos pareci車 un t谷mpano. Cay車 en el olvido esa segunda parte ante el Bar?a, en que gan車 el partido a base de pulsaciones.
S赤 las tuvo el Betis. De hecho, su coraz車n estuvo muy por encima de su posici車n en la tabla. Todo lo que le rodea, incluyendo su plantilla y su historia, supera a su clasificaci車n. Sin continuidad, malbarat車 las dos grandes ocasiones de la primera parte (un cabezazo de Bartra a cuatro metros de Courtois que se march車 alto y una volea tremenda de Fekir que sac車 el meta) antes de acertar, finalmente, con un trallazo tremendo de Sidnei por el primer palo. Record車 al de Morales que mat車 al Madrid en el Ciutat de Valencia. Todos estaban pendientes de si el VAR, que comenz車 con brocha gorda y ahora utiliza pincel de manicura, se?alaba un posible penalti de Ramos y eso le dio cierta ventaja al lateral.
Una reacci車n muy fugaz
A cambio, la presencia del Madrid en el 芍rea de Joel hab赤a resultado testimonial: una volea a los focos de Marcelo, un remate al lateral de la red de Vinicius, menos alborotador de lo habitual, y un cabezazo a ninguna parte de Ramos, en uno de sus ataques de ariete. Y con la rodilla en la lona, Sidnei le devolvi車 lo que le hab赤a quitado Emerson con un penalti de esos en los que sobra el v赤deo sobre Marcelo que transform車 Benzema en el descuento de la primera mitad. Un Madrid para olvidar llegaba ileso al entreacto.
El gol cambi車 el marcador pero no el escenario. Es m芍s, reactiv車 al Betis, que ya bebi車 ese vinagre ante el Bar?a, y amodorr車 a迆n m芍s al Madrid, hecho trizas en su centro del campo, con Kroos invisible y Modric sin f赤sico ni magia. El partido era de Fekir, que le entreg車 medio a gol a Joaqu赤n. Con oficio sorte車 a Courtois y a puerta vac赤a busc車 un pase donde s車lo cab赤a el remate. Modric cogi車 al vuelo el salvavidas. En el lance se lesion車 Marcelo. El Madrid era un zombie insospechado.
Y de pronto, como ante el Bar?a, lleg車 la descarga. En un instante entr車 Mariano, Joel par車 un tiro de Modric, resucitado, y Mendy mand車 un remate con la derecha al palo. Pareci車 el volantazo del partido. A partir de ah赤 fue otro Madrid, sin brillo pero con un empuje que no hab赤a aparecido antes. Los cambios renovaron su energ赤a hasta que Benzema tendi車 una autotrampa. Un error de bulto que dej車 a Tello una autov赤a hacia Courtois. Y el ex del Bar?a, en carrera, fusil車 al belga con extrema facilidad. La acometida final del Madrid result車 desordenada, tard赤a, desesperada. Y se le fue el liderato sin que nada pueda alegar en su defensa.