El Atalanta peg車, el Valencia fall車
Mal partido del valencia a nivel defensivo y en ataque fall車 clar赤simas ocasiones. Necesitar芍 una gesta en Mestalla, pesoe al gol de Cheryshev.


El Valencia se llev車 un correctivo de los que dejan secuelas en San Siro. Hay partidos que marcan el final de un ciclo y ante el Atalanta dio la sensaci車n de que el Valencia que fuera campe車n en mayo ha pasado a mejor vida. Quiz芍s ya lo hizo en la Supercopa en Arabia, como se viera en Mallorca o en Getafe. Pero es la Champions la que pone a cada uno en su sitio y el Atalanta coloc車 pie y medio en los cuartos de final. Solo el gol de Cheryshev da lugar a la esperanza, esa que estar赤a bajo tierra reci谷n acabado el partido y que sin embargo, por ese algo que hace diferente al f迆tbol, ir芍 a m芍s conforme se acerque el partido de Mestalla. Pero desde luego si el Valencia se desenvuelve en las 芍reas como lo hiciera anoche en Mil芍n, ni seis Mestallas levantan la eliminatoria.
Cada llegada del Atalanta era limpia, en modo zafarrancho, con m赤nimo tres futbolistas pisando el 芍rea de Jaume cuando se acercaban a ella. Los ataques ten赤an adem芍s un toque art赤stico cuando el bal車n lo conduc赤a Papu G車mez. El argentino tiene cara de viejo travieso, velocidad de adolescente y lo suyo es puro arte haciendo gambetas. Papu G車mez llev車 como rastrajo por acequia a cuantos blanquinegros se le cruzaron en carrera. A Wass, a Soler, a Ferran, a Mangala, a Kondogbia. A todos. Del peque?o pie del capit芍n de B谷rgamo se desliz車 el bal車n que envi車 al fondo de la red Hateboer, un lateral que no lleg車 al Valencia en agosto para que lo hiciera Thierry Correia. Justicia po谷tica a la planificaci車n de Lim.
Ese gol reflejaba lo que estaba siendo el partido. Lo que acab車 siendo. El Valencia sali車 a San Siro acomplejado, obviamente mermado por las bajas, pero tambi谷n sin la personalidad que exige la Champions. Los de Celades no sab赤an si ir o venir. Si presionaban arriba, el Atalanta les montaba un contragolpe de baile de sal車n. De hecho as赤 la tuvo Palisic antes del gol de Hateboer. Pero si optaban por pensar en hacerse fuertes desde atr芍s, el canguelo a迆n era mayor. Cada bal車n que pasaba por Mangala y Diakhaby era un mel車n por abrir. El Valencia sab赤a desde diciembre que Gabriel Paulista no jugar赤a esta eliminatoria por sanci車n y la posterior lesi車n de Ezequiel Garay vino a confirmar que en enero, y no ahora a correprisas para solo jugar en Liga, es cuando se deber赤a haber fichado un central. Otro aplauso a la planificaci車n.
El Valencia viv赤a exclusivamente de la inspiraci車n de Ferran Torres. Guedes haciendo de Rodrigo ni es Rodrigo ni tampoco es Guedes. Mientras que Maxi G車mez digamos que, por ser ben谷volos, ha tenido mejores d赤as que el que tuvo en San Siro. As赤 que cualquier ataque del Valencia, o pasaba por Ferran o se quedaba en nada, que fueron los m芍s. El de Foios, que sigue sin renovar, an車tenlo tambi谷n en el debe de la planificaci車n, mand車 un bal車n al palo con 1-0 y meti車 tres centros rasos y precisos que para s赤 quisiera cualquier delantero del mundo. Pero lo dicho, ni Carlos Soler anduvo acertado en la que tuvo y Maxi G車mez ten赤a la punter赤a por lo menos en B谷rgamo y el partido se jugaba en Mil芍n.
La pegada que no tuvo el charr迆a la sacaron a relucir los de Gasterini. Quiz芍s los italianos no son el Brasil de los 70 pero est芍 claro que en las clases de catenaccio hicieron pellas. A la eliminatoria llegaban con el cartel de tercer equipo m芍s goleador de Europa e hicieron honor y gloria de ello. El Atalanta tiene un estilo definido y con 谷l gest車 su correctivo al Valencia. Al final fueron cuatro los goles que encaj車 Jaume Domenech, pero bien podr赤a haber sido alguno m芍s. La pasividad de la zaga blanquinegra, de todos, no solo de Mangala y Diakhaby, que los palos hay que repatirlos entre diez y no solo entre ellos dos, contribuy車 a la goleada. Porque Ilicic y Freuler le pegaron desde la frontal con tanta alma y calidad como poca oposi車n, mientras Hateboer hizo el cuarto de los italianos cual conejo de trapo en carrera de galgos.
El Valencia, todo sea dicho, mereci車 marcharse de San Siro con alg迆n gol m芍s que el logrado por Cheryshev, que fue salir por Guedes y besar el santo. Pero el conato de asedi車 final solo sirvi車 para remarcar la impotencia cara a puerta que tuvieron los blanquinegros y tambi谷n para constatar, que al menos viene bien moralmente, que el fuerte del Atalanta no es su entremado defensivo. Ah赤 se le vieron lagunas a los italianos. Es lo 迆nico a lo que aferrarse de cara a la vuelta. A ello y a que se juega en Mestalla. Pero que lleve Celades velas a donde crea y rece por una pronta recuperaci車n de Rodrigo y Coquelin.